Los últimos de Sevilla (V)

Javi Chavero, el luthier del viento en la ciudad de las bandas

Este camero abrió en 2012 junto a José Manuel Medina Tecnibrass, el único taller de reparación de instrumentos de viento metal que hay en la capital andaluza

Javi Chavero arreglando una trompeta en su taller

Javi Chavero arreglando una trompeta en su taller / CARLOS DONCEL

Carlos Doncel

Carlos Doncel

Javi Chavero arregla el sonido. Devuelve al pentagrama a trompetas con pistones rotos, trombones con bolladuras o tubas con el latón oxidado. Es luthier del viento, el único con taller en Sevilla, una ciudad llena de bandas y orquestas. Y sin maestros a su lado, solo a base de esfuerzo y años, aprendió a ejercer un oficio manual, técnico, muy preciso, capaz de convertir el metal en música.

La vocación le llegó pronto a este camero. "A los ocho años me regalaron una corneta. Cuando la saqué de la funda y vi cómo brillaba, sentí que quería dedicarme a conseguir que los instrumentos lucieran así", cuenta Chavero. Aquel fulgor removió su inquietud, y poco tiempo después realizó su primer arreglo. Eso sí, un desastre: "En mi primera vez intenté reparar la trompeta con Superglue a un compañero de la banda de mi pueblo. Fue un poco chapuza, la verdad", ríe Javi.

Ahora ha ganado en conocimiento y profesionalidad, claro. Su local, situado en el Parque Empresarial Arte Sacro, está repleto de boquillas, tuercas y esqueletos de instrumentos. Hace mucho ya de la Cuaresma, el periodo de mayor actividad, pero los encargos no paran de llegar. Suelda, platea, engrasa, pule, abrillanta. Después de más de una década de experiencia profesional, ya no se le ocurriría usar pegamento.

Luthier en un país sin formación

Ha sido duro, reconoce, llegar a trabajar de aquello que soñó en su infancia. En España no existe una formación profesional centrada en el arreglo y fabricación de instrumentos de viento metal. Lo más cercano, Alemania. "Tras terminar mis estudios en el conservatorio, empezó el periplo. Me di cuenta de que, aunque aquí no hay tradición en este ámbito, sí que tenemos artesanos de la orfebrería, así que me pegué a algunos de los mejores de Sevilla para que me enseñaran su oficio", apunta este joven de 34 años.

También cursó estudios de tornero y galvanizados. Y justo mientras recorría ese camino se encontró a José Manuel Medina, con quien compartía el interés por el mundo de la luthería. Juntos fundaron en 2012 la empresa Tecnibrass, que en la actualidad dirige solo Javi Chavero tras la marcha de Medina poco después de la pandemia.

Javi Chavero con uno de los bombardinos que tiene en reparación

Javi Chavero con uno de los bombardinos que tiene en reparación / CARLOS DONCEL

"En nuestros inicios había aspectos que desconocíamos, así que pedíamos a algunos maestros que nos los enseñaran", recuerda el camero. La gran mayoría de ellos, sin embargo, no les abrieron las puertas. "Como los antiguos cristaleros de Burano, este mundo es muy hermético", añade. Por suerte sí encontraron algunos que aceptaron transmitirles sus conocimientos, y durante un tiempo Javi y José Manuel se recorrieron media España de taller en taller.

Y entre clases magistrales, pruebas y libros en alemán, consiguieron el bagaje suficiente que requiere este oficio. La vocación, mientras tanto, permaneció intacta: "Tienes que amar muchísimo esta profesión para sortear todos los obstáculos hasta llegar a aprenderlo".

La Leonora, su propia trompeta

De la tuba al fliscorno, de los bollos al óxido. Tras 12 años dedicado a esta tarea, Chavero repara ya cualquier daño de cualquier instrumento de viento metal. No lo hace solo: junto a él también trabajan José Robles y Jesús Fernández. Tres empleados y máquinas antiguas de antiguos orfebres y grabadores para realizar arreglos que necesitan desde dos horas hasta varios meses, en el caso de las tubas.

Jesús Fernández sacando brillo a una corneta

Jesús Fernández sacando brillo a una corneta / CARLOS DONCEL

Además de reparaciones, Javi Chavero se embarcó hace un tiempo en otro proyecto: construir su propio modelo de trompeta, la Leonora. "De momento no recibimos muchos encargos, menos de 10 al año, pero poco a poco hay grandes trompetistas que reconocen nuestro esfuerzo", afirma este artesano. "Somos los únicos que las fabrican en Andalucía. Hacen falta muchos conocimientos técnicos y de materiales para crear una".

Con este trabajo colma la parte artística de su profesión. "Al producirlas intento conocer al músico y aportarle ciertas características a su sonido a través del instrumento", detalla Javi. "Me encanta esta tarea, me vengo al local fuera del horario para construirlas. Luego cuando la escuchas sonar en la calle o en un concierto es muy bonito, un orgullo".

Y de Sevilla, al mundo

Tecnibrass cierra en noviembre la lista de peticiones para Cuaresma. Sin cita previa solo realiza algunas reparaciones de urgencia en Semana Santa. Y aunque tiene el taller muy cerca de Pino Montano, la mayoría de los clientes son de fuera de Sevilla: "Muchas bandas tienen a un componente manitas que se encarga de hacer los mantenimientos. Pero claro, no son profesionales con años de experiencia", señala Javi.

"Tengo la sensación de que los de afuera valoran más nuestra labor que los propios sevillanos. El grueso de la clientela está en Palencia, Barcelona, Oviedo, Tarragona o Toledo", comenta el luthier. "De hecho vino una vez un cliente de México que se pagó una estancia de una semana aquí, justo lo que duraba la reparación de su trompeta".

Tras años de estudio y trabajo, ahora este maestro artesano es quien enseña a los nuevos aprendices de luthier. Tubas, trompetas, trombones, bombardinos, trompas. Ahora es él quien da el brillo que vio en el latón de aquella corneta que le regalaron cuando niño.