Sevilla

El futuro de la terraza Líbano está en un despacho del Tribunal Supremo

Tanto este bar de copas como el restaurante La casa del estanque son propiedad de la familia Cebolla, que mantienen desde hace años una batalla judicial con el Ayuntamiento que les permite seguir abiertos

La terraza Líbano, en pleno jardín de las Delicias

La terraza Líbano, en pleno jardín de las Delicias / CARLOS DONCEL

Carlos Doncel

Carlos Doncel

En los jardines de las Delicias, ese parque romántico del XIX declarado Bien de Interés Cultural en 2004, hay una terraza en la que se sirven copas. Muy cerca de allí, dentro también de este recinto, un restaurante. Ambos locales, Líbano y La casa del estanque, pertenecen al Grupo Batuta, propiedad de los Cebolla, una conocida familia empresaria sevillana. Y el futuro de los dos negocios está a varios cientos de kilómetros de allí, en un despacho del Tribunal Supremo.

Tanto Líbano -"la mejor opción para salir de fiesta en Sevilla", según prometen en su web- como La casa del estanque -"un restaurante que aúna tradición y frescura"- funcionan gracias a una concesión administrativa. El gobierno de Monteseirín le dio de manera formal a una de las sociedades a nombre de Rafael Cebolla, Adriano Diez SL, el permiso para ejecutar la actividad hostelera en los jardines hace más de una década, el 20 de abril de 2011.

Desde un principio se fijó que la concesión duraría como máximo ocho años. Pero han pasado ya más de 13 y aún se despachan gintonics y ensaladas. El motivo de que un lustro después del supuesto fin sigan abiertos está en la batalla judicial que mantienen el Ayuntamiento y la compañía. Un litigio que terminará cuando el Alto Tribunal dicte sentencia.

La cláusula que alargó la concesión

Los ocho años de concensión deberían haber terminado en teoría en 2019. Aunque la cláusula tercera del contrato sellado por ambas partes establecía un matiz importante: "El espacio público se pondrá a disposición del adjudicatario en la fecha en que se produzca el inicio de las obras". El reloj por tanto no empezaba a contar a partir de la firma, sino desde que comenzaran las reformas de acondicionamiento que tenía que acometer la empresa concesionaria.

La Junta de Gobierno local, a petición de los Cebolla, puso entonces como fecha tope el 12 de febrero de 2022, ya que justo ese día de 2014 fue cuando se inició la intervención en La casa del estanque. Así, el Grupo Batuta había conseguido ganar unos años más de actividad para sus dos locales, a pesar de que hay constancia de que Líbano llevaba explotándose desde el 18 de mayo de 2012.

Y no acabaron ahí las demandas de Adriano Diez SL: a principios de 2020 pidieron al Consistorio "el restablecimiento del equilibrio económico de la concesión mediante la ampliación de cuatro años adicionales". Esto es: compensar las supuestas inversiones imprevistas que habían tenido que realizar en las infraestructuras a cambio de alargar el fin del contrato.

El Ayuntamiento, por su parte, fue tajante: no habría ninguna ampliación. La fecha máxima para abandonar los jardines seguía el 12 de febrero de 2022, tal como había aceptado anteriormente. Los empresarios recurrieron la resolución de la Junta de Gobierno, que lo desestimó. Ante ello, y viendo que tendrían que desalojar las instalaciones, se llevaron el asunto a la Justicia.

Dos sentencias en contra...

Los Cebolla presentaron un recurso ante el Contencioso Administrativo en junio de 2020, dos años antes de que expirase el permiso. Y en esta causa usaron los mismos argumentos que habían utilizado antes: el sobrecoste y los retrasos que provocaron obras no previstas en el proyecto. Una justificación que la jueza no consideró válida, y por ello dio la razón al Consistorio hispalense.

El Contencioso Administrativo desestimó la demanda interpuesta por Adriano Diez SL contra la resolución dictada por la Junta de Gobierno municipal

Durante el juicio, los letrados del Ayuntamiento acusaron además a la concesionaria de haber infringido varios acuerdos del contrato. En concreto, "por ocupar terrenos públicos que no formaban parte de la concesión", "incumplir horarios y poner música sin autorización" o por no abrir en ciertos periodos que no les salían rentables "pese a que el plazo máximo de cierre es de tres meses". Unas alegaciones en las que no tuvo que entrar la magistrada para dictar la sentencia.

Los abogados de Adriano Diez SL no quedaron conformes con el veredicto y lo elevaron al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Pero la Sala volvió a fallar en su contra: “No podemos concluir que la valoración de la prueba efectuada por la juzgadora de instancia sea arbitraria, ilógica o errónea, lo que nos lleva a apoyarnos en la argumentación dada por la Administración apelada". Así que de ahí, al Supremo.

Y una pendiente

El TSJA emitió la sentencia el 31 de mayo de 2023. En esa fecha, y si el caso no hubiese estado judicializado, Líbano y La casa del estanque deberían llevar cerrados más de un año. Pero tal como aclara el Grupo Batuta a El Correo de Andalucía, "mientras se esté haciendo uso del derecho a la defensa, el concesionario actual puede mantenerse, lo que se aplica a ambos negocios".

Por eso siguen abiertos los dos locales a día de hoy, porque tras el fallo del TSJA, los Cebolla lo volvieron a recurrir de nuevo, esta vez al Tribunal Supremo. Desde el actual equipo de gobierno municipal manifiestan que se incorporaron "en la fase final del proceso", y que el gabinete jurídico aconseja "mantenerse a la espera de sentencia firme".

De recurso en recurso, Líbano y La casa del estanque llevan sirviendo copas y platos dos años y medio más de lo que les correspondía en un principio. En otras circunstancias, tendrían que haber cerrado el 12 de febrero de 2022, fecha tope de la concesión. Pero al menos durante este verano, en estos rincones de un jardín histórico seguirá la música y la fiesta. Los asuntos en la Justicia, ya se sabe, van despacio.