La población andaluza activa envejece y los mayores de 55 años son el 19 % de la fuerza laboral

El envejecimiento de la población ha impactado de lleno en el mercado de trabajo, donde los mayores de 55 años suponen el 19,6 % de la fuerza laboral, un 74 % más que hace una década, y superan, por primera vez, las 800.000 personas.

Con ello, las personas mayores de 55 años han ganado un gran peso en el mercado laboral andaluz, ya que hace una década representaban el 11,6 % y hace veinte años eran el 8,9 %, ha informado en un comunicado el grupo de recursos humanos Adecco.

La comunidad andaluza es una de las cinco regiones españolas con menor proporción de personas 'sénior' activas (que tienen trabajo o lo buscan), junto a Canarias, Comunidad de Madrid, Baleares y Murcia, mientras que la media en España es del 20,8 %, 1,2 puntos superior a la andaluza.

Sin embargo, Andalucía no escapa de la tendencia de envejecimiento de población activa que experimenta toda España, según datos del grupo de recursos humanos Adecco.

Por provincias andaluzas, Córdoba es la que tiene la fuerza laboral más envejecida (23,5 % de la población activa supera los 55 años), seguida de Granada (20,6 %); Jaén (20,3 %); Málaga (19,5 %); Cádiz (19,4 %); Sevilla (19,2 %); Huelva (18,4 %) y Almería (16,8 %).

Actualmente, en Andalucía se contabilizan 116 personas mayores de 64 por cada 100 menores de 16, un índice del 116 % que, aunque inferior al nacional (137 %), crece a un ritmo desbocado en un contexto en el que los indicadores de esperanza de vida y tasa de natalidad avanzan sin tregua hacia un invierno demográfico, ha apuntado Adecco.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, el proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo, por lo que, a su juicio, urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad.

Por otra parte, el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, por lo que ha urgido a apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país, permitiendo aportar su talento a personas tradicionalmente inactivas como aquellas con discapacidad o mujeres que han dedicado su vida a la familia y ahora desean incorporarse al mercado laboral.