Patrimonio
Las discrepancias entre el Ayuntamiento y la constructora paralizan nueve meses las obras de San Hermenegildo
El edificio sigue rodeado de andamios y con el techo al descubierto pese a que ya tendría que estar terminada la intervención, valorada en casi 800.000 euros, que ahora se retrasa hasta enero de 2025, según el Consistorio
Diferencias técnicas, de presupuestos y de seguridad han paralizado la rehabilitación de la iglesia del antiguo Convento de San Hermenegildo. Esta joya de principios el Barroco sevillano debería haber tenido terminada su intervención a principios de este mes, sin embargo, a día de hoy sigue sin cubiertas y con su fachada rodeada de andamios pero sin trabajadores.
Según fuentes municipales consultadas por El Correo de Andalucía, "las obras formalmente están suspendidas por acuerdo de la Comisión Ejecutiva de 15 de marzo de 2024", previamente, "en febrero se había comunicado la necesidad de redacción de un proyecto modificado". Los motivos de esta paralización "son básicamente derivados de la necesidad de resolver previamente varias incidencias respecto a la ejecución de las cubiertas y respecto al tratamiento de las fachadas. Ambas por circunstancias imprevistas en la redacción del proyecto". El Ayuntamiento sostiene que, a día de hoy, "ya se ha conseguido desbloquear la situación técnica" y calcula que el plazo de finalización de la obra sería de cinco meses, es decir, esta obra estaría terminada para enero de 2025.
Mientras tanto, a día de hoy, las mallas siguen colocadas y los carteles de la constructora Joaquín Pérez Díez continúan en su sitio. Según la documentación a la que ha tenido acceso El Correo de Andalucía, la obra ha sufrido una larga cadena de reveses que la han mantenido paralizada durante unos nueve meses. El motivo ha sido las continuas discrepancias entre la adjudicataria y la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente sobre cómo debía ser la rehabilitación de la cubierta desde noviembre.
El techo, el foco de controversia
El primer punto de discusión se refería a la estructura del techo. El Ayuntamiento consideró la posibilidad de restaurarlo in situ, mientras que la empresa abogaba por hacerlo en su taller. Esto supuso la paralización temporal del grueso de la actuación (71%), en concreto, suponía una partida de 420.268,10 euros. Esta situación se mantuvo en el tiempo y provocó a suspensión de todos los trabajos en diciembre, aunque la partida destinada a la fachada se había ejecutado casi por completo en tres de sus caras. En la actualidad, los andamios siguen en su sitio. A esto se suma que Urbanismo paralizó los trabajos sobre la estructura de madera al entender que no se estaban utilizando los materiales adecuados y previstos.
Ya en enero, la empresa que lleva a cabo la rehabilitación pidió suspender el contrato. Desde el Ayuntamiento de Sevilla desestimaron esta posibilidad en marzo, pero admitieron un modificado del contrato. El equipo municipal obligó a que "en el plazo de tres días hábiles desde la notificación" la empresa procediera "a la dotación de los medios personales y materiales necesarios para el reinicio en la ejecución de los trabajos".
Ante las diferencias con la empresa, el Consistorio señaló en aquel momento que si se paralizaban los trabajos significaría el "incumplimiento de las obligaciones del contratista, pudiendo suponer la imposición de penalidades, la resolución del contrato o la declaración de prohibición de contratar". Lo último que recoge el expediente consultado apunta a que esas diferencias no habían quedado resueltas.
Urbanismo adjudicó la obra en junio de 2023 y comenzó el 1 de agosto por un importe de 774.585 euros destinados, según recoge el pliego, a la rehabilitación de este edificio. Estaba previsto que las obras duraran unos 12 meses, sin embargo, el plazo ya se ha cumplido.
El último pronunciamiento público al respecto corresponde a la Comisión Provincial de Patrimonio que, aunque en un primer momento la idea era que el edificio recuperara su tono rojizo original, rechazó esta opción en el mes de julio al considerar que no estaba "suficientemente descrito ni justificado".
Una racha de viento desplazó las lonas de la cubierta
Dadas estas dilaciones, el edificio lleva con el techo al descubierto nueve meses, tiempo en el que apenas se han visto cambios en su estructura. El objetivo de la rehabilitación era, según justificó el Ayuntamiento en su momento, frenar el deterioro de la bóveda, que se había visto afectada por la filtración de agua.
Una de las primeras tareas que se llevaron a cabo fue el desmontaje de la cubierta. De hecho, ahora solo se puede ver el armazón de madera, y que debería reforzarse con una estructura metálica, según se recoge en la descripción de la intervención.
Expertos en rehabilitación de patrimonio histórico explican a El Correo de Andalucía que la cubierta provisional que recubre temporalmente el edificio protege la estructura de las inclemencias del tiempo. Sin embargo, en enero, las fuertes rachas de viento desplazaron las lonas que ejercían de techo provisional y cayeron al vacío. Al respecto de este episodio, según consta en la documentación que incorpora el expediente de esta obra consultada por este medio, la empresa argumentó que no se registraron "otras consecuencias" más allá del desplazamiento de las lonas.
Al margen de la vicisitudes de esta obra, la idea inicial del Ayuntamiento desde la llegada de José Luis Sanz es que, cuando terminaran las obras, la antigua iglesia sería cedida a la Fundación Focus Loyola, durante un periodo de 50 años, una vez finalice la restauración y toda vez que el Arzobispado ya ha pedido a Focus que abandone gradualmente su actual sede, el Hospital de los Venerables. La iglesia quiere establecer en los Venerables el Museo Catedralicio, por lo que la fundación de los Jesuitas tendrá que abandonar el recinto e instalarse en la que fuera sede de un colegio de la Compañía. De hecho, Focus ya tiene una planificación sobre la futura ordenación del espacio, aunque no saben cuándo podrán poner en marcha su proyecto.
La historia de los usos y vidas de San Hermenegildo es extensa. Entre estas cuatro paredes se declaró demente al rey Fernando VII. El templo fue sede de las Cortes Generales en el siglo XIX y una de las primeras ubicaciones del Parlamento de Andalucía, pero poco queda hoy de su importancia en temas pasados. El edificio, que nació en el siglo XVIII para ser la iglesia del colegio de la Compañía de Jesús que se situaba en esta misma manzana, ha sido declarado este julio como lugar de memoria democrática. Pese a su ubicación en pleno centro de Sevilla, el inmueble lleva cerrado desde el año 2006, hace casi 20 años. En 2020 se realizó una intervención para preparar al inmueble para la restauración actual.
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