Homenaje

La emotiva historia detrás de la corona fúnebre más viral: "Vía er Betis y ponme un rebujito"

El funeral de Valentín Castaño se ha hecho viral por el particular homenaje que sus hijos quisieron hacerle en su despedida de este mundo

La corona de despedida en el funeral de Valentín Castaño

La corona de despedida en el funeral de Valentín Castaño

Ana Ramos Caravaca

Ana Ramos Caravaca

Hace unas semanas se hacía viral el particular mensaje inscrito en una corona fúnebre vista en Sevilla. Julio Muñoz, el Rancio Sevillano, enseñaba en sus redes de la foto de este elemento mortuorio envuelto por una curiosa dedicatoria: "Vía er Betis y ponme un rebujito".

Obviamente, su explosión en redes fue inmediata, tanto por lo original como por haber elegido esas palabras para la despedida de un ser querido. Detrás de esta corona están los hijos de Valentín Castaño, un bético muy feriante. Hasta ellos mismos se han sorprendido de la repercusión, no obstante, les emociona saber que el recuerdo de su padre, como ellos querían que se viera, haya llegado a tantas personas.

Normalmente, las coronas fúnebres son arreglos florales que asociamos a la muerte, sin embargo, en esta ocasión, se trata de un homenaje a la vida, concretamente a la de Valentín. Por ser un hombre tan lleno de vida y que ha sabido disfrutar cada día en este mundo, sus hijos no lo dudaron a la hora de encargar tan peculiar recuerdo.

Valentín Castaño durante la celebración de uno de sus cumpleaños

Valentín Castaño durante la celebración de uno de sus cumpleaños / Sandra Castaño

"Esta corona, en particular, fue cosa de sus hijos", cuenta a El Correo de Andalucía Sandra Castaño, la hija de Valentín. Cuando falleció su padre y empezaron con los trámites del entierro, a la hora de encargar los arreglos florales querían tener un gesto especial para despedir a su padre, algo acorde al gran sentido del humor que le caracterizaba.

"Dijimos de poner algo del Betis, pero yo dije que si poníamos algo del Betis, había que poner también algo de la Feria", relata Sandra. Fue entonces cuando a todos les vino a la cabeza esa frase: "Ponme un rebujito". "Esa era una frase muy de él", recuerda su hija. Era tan de él, cuenta Sandra, que incluso fue lo primero que dijo tras salir de una operación de corazón. "Él tenía un marcapasos y en una de las operaciones, cuando se despertó, le dijo a la enfermera nada más abrir los ojos: 'Ponme un rebujito", rememora entre risas.

Sus dos pasiones

Además de su familia, las dos grandes pasiones de Valentín eran el Real Betis Balompié y la Feria de Sevilla. "A mi padre, de las cosas que más le gustaban en el mundo era el Betis y la Feria, y todos somos muy feriantes gracias mis padres". Y pese a que la frase que tanto le caracterizaba y le ha despedido tenía que ver con el rebujito, "el luego nunca bebía, sólo bebía en la feria".

Pero además de bético y feriante, una de las principales virtudes de Valentín, cuenta con orgullo su hija, era su gran sentido del humor. "Seguro que se estará jartando de reír con esto", cuenta ilusionada Sandra. Y no sería de extrañar, ya que la corona no pasó desapercibida para ninguno de los asistentes al entierro, quienes al verla, pensaron lo mismo: "Cuidao las ocurrenciass vuestras".

Valentín, en su caseta de la Feria de Abril

Valentín, en su caseta de la Feria de Abril / Sandra Castaño

Al hacerse tan viral en redes sociales, son muchos los mensajes que han recibido Sandra y sus hermanos sobre tan divertido gesto. "En Twitter, mi hermano, como es socio del Betis, la gente le escribió diciéndoles que era muy bonito, que vaya homenaje, que ojalá tener una despedida así. Todas las personas han sido muy respetuosas. Me quedo muy contenta con que el mensaje se haya entendido así", asegura Sandra.

Todos en la casa de Valentín eran del Betis. "Somos muy del Betis y es por mi padre, y eso me encanta", puntualiza orgullosa.

La familia bética de Valentín

La familia bética de Valentín / Sandra Castaño

Valentín Castaño se ha marchado de este mundo a los 86 años, pero tal como le gusta creer a su hija, "ha tenido una vida larga y llena de cosas bonitas". Ya el año pasado, la enfermedad que padecía no le permitió cumplir con su cita anual en el Real de Los Remedios, pero un año antes, como si supiera que iba a ser la última vez que lo pisaría, se despidió por todo lo alto.

"El año anterior fue el último año de Feria. Iba con su bastón y salió de la caseta bailando. Y mira que él no bailaba, se sentaba, veía a mi madre bailar, tocaba las palmas, pero no bailaba. Esa también fue la despedida de él de la Feria. Se despidió así de su caseta y de sus amigos", recuerda Sandra.

Por eso, los socios y amigos de la caseta fueron los que vieron reflejado el carácter de Valentín en el detalle de sus hijos. "Lo vieron y dijeron: 'es tal cual". Porque esa era su frase, la que decía nada más poner el pie en la caseta y por la que siempre le recordarán sus amigos, que seguro que en la próxima feria brindarán por él con un rebujito.

"Yo me quedo con lo bueno, que ha sido una persona muy buena y que ha estado muy con su familia. Nos ha dejado una herencia muy buena, de tradiciones y recuerdos. Somos creyentes y pensamos que ahora está en un sitio mejor", confiesa Sandra.