Rancio reivindica "la necesidad de lo único" en su pregón de la Feria del Libro Antiguo: "Interesa lo diferente"

"Me da igual cuál sea tu pasión, porque cuando el ser humano tiene pasiones, es alguien maravilloso capaz de hacer eso por lo que estamos aquí, convertir un producto masivo en un cuadro único, en un vino que cuando lo bebas ya no hay otro o en un libro singular". Julio Muñoz, también conocido como Rancio Sevillano, periodista, escritor y colaborador de El Correo de Andalucía con su sección semanal Mapa Rancio, ha inaugurado este jueves con su pregón la 47ª edición de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, un acto celebrado en el Círculo Mercantil de Sevilla que ha contado con la presencia del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, en un auditorio lleno de público de todas las generaciones.

La Feria, que lleva casi 50 años celebrándose en la capital andaluza y se ha posicionado como una de las más longevas y estables de la ciudad, tendrá lugar desde el 27 de septiembre hasta el 20 de octubre en la Plaza de San Francisco.

En su pregón, Muñoz ha abogado por el humor y la sinceridad para reivindicar el valor de los libros antiguos, aludiendo a la importancia de tener entre nuestras manos algo único que, lejos de ser solo un libro, es una pieza con años de historia, experiencias propias y recuerdos que trascienden más allá del propio relato entre sus páginas.

Este autor, periodista con una experiencia de más de 20 años en medios de comunicación nacionales y escritor de más de 10 novelas de éxito, en las que explora la identidad sevillana desde el humor, ha arrancado su discurso confesando un hábito que dista de la filosofía de los libros antiguos: "Leo bastante, pero soy de esos psicópatas que se ha pasado y lee en e-book".

Para situar a los oyentes, ha querido describir lo que para él define el momento histórico en el que nos encontramos, un lugar donde todo se produce de manera masiva, serial. Entre sus ejemplos, los pantalones de Zara, todos iguales; los pisos de Marina d'Or, idénticos entre ellos; y los muebles de IKEA, objetos que privan de personalidad los hogares.

"Supongo que os ocurre también que conocéis a alguien y en los primeros tres minutos ya sabéis qué música le gusta, a qué partido vota, qué cosas no soporta, qué piensa de Puigdemont o qué formato de feria quería", ha subrayado el escritor, haciendo hincapié en las consecuencias de vivir en un mundo donde prima lo normal, aburrido y predecible.

Por ello, Muñoz no ha dudado en apelar a la originalidad y a la creatividad. "Había una viñeta de Cuttlas, una serie cómica que salía en El País de las Tentaciones hace muchos años, que yo recorté de adolescente y tenía pinchada en el corcho de mi cuarto de Bami". En ella, según relata el periodista, se leían frases como "Deberíamos ser más originales", "Deberíamos pensar cada uno por nuestra cuenta" y "Deberíamos ser independientes y libres". 

El un mundo con fabricaciones masivas, el autor ha apelado a la originalidad y creatividad para combatir lo predecible

El nudo de su pregón ha llegado cuando ha expuesto tres propuestas, o mejor dicho tres armas, que pueden combatir la serialidad, lo impersonal. La primera es el arte. "Reivindica el poder de la unicidad", dice. "Las Meninas solo hay uno, para ver El Mundo de Cristina, que a mí me encanta, tienes que ir al MoMA", prosigue. "Esos cuadros no hablan solo del cuadro, hablan del momento en el que se pintaron", recalca. Ha insistido en que algo único, fruto de la pasión, el talento y el conocimiento "habla mucho más de la condición humana que unos pantalones de Zara".

"Los seres humanos somos cualquier cosa menos seriales. Las huellas de nuestros dedos ya nos hacen ejemplares únicos, como los libros de vuestra feria. Y, de hecho, según la hora que sea del viernes y la discoteca, a muchos también los convierte en ejemplares de ocasión", ha añadido, sin poder evitar la risa.

Su segunda herramienta para luchar contra lo predecible es el vino. "A mí me gusta el vino, probablemente más que leer, pero lo practico menos porque me embalo rápido".

Para hablar del vino ha recurrido a una experiencia personal, las catas de vino que frecuentó durante sus años en Madrid. En una de esas catas, un día que había poca gente, el sumiller y organizador decidió sorprender con una botella de fino de Jerez. Era única, se había embotellado en 1921.

No nos olvidemos, los seres humanos somos cualquier cosa menos seriales

Julio Muñoz, Rancio Sevillano

— Periodista y escritor

Por lo tanto, el vino había vivido una Primera República, la Guerra Civil, la posguerra y la dictadura. "Lo único que hacía ese vino era prepararse para llegar en plenitud a ese momento, con aquellas seis personas, en una vinoteca de Chamberí. Lo abrimos, lo olimos, y lo disfrutamos como locos.", ha recordado Muñoz, aludiendo a que ningún científico, ningún fabricante y ninguna IA podría crear ese vino.

Finalmente, la respuesta más revolucionaria a la fabricación en serie de Muñoz han sido los libros antiguos. Ha insistido en la idea de que si una gran imprenta industrial viera como una persona busca un libro descatalogado desde hace una pila de años y al encontrarlo le diera igual que estuviera viejo, subrayado o dedicado, se le fundirían los fusibles.

Esa inquietud por encontrar lo usado, lo viejo, lo que en muchas ocasiones está despreciado por el resto es, precisamente, el resultado de la pasión. "Hay pocas cosas peores para mí que no tener pasión".

Hay dos libros antiguos que Muñoz lleva años buscando, pero que no ha ido capaz de encontrar. "El primero es un ejemplar de Los hermanos Karamazov de Dostoievski. Pero yo no quiero un ejemplar de Los Hermanos Karamazov de Dostoievski, yo quiero Los hermanos Karamazov de mi abuela Emilia".

El segundo libro que busca es la primera edición de su primera publicación, El asesino de la regañá. Muñoz cuenta con lujo de detalles la historia detrás de esta publicación: un contrato precario, una primera publicación con nombres y apellidos de personajes reconocidos de Sevilla fruto de un error y una respuesta por parte del público muy superior a lo que él jamás podría haber imaginado.

Yo no quiero un ejemplar de Los Hermanos Karamazov de Dostoievski, yo quiero Los hermanos Karamazov de mi abuela Emilia

Julio Muñoz, Rancio Sevillano

— Periodista y escritor

De hecho, gracias a ese primer libro al que tantas editoriales cerraron la puerta, hoy ha publicado más de 10 libros y ha vendido más de 100.000 ejemplares. Hoy, es la editorial sevillana El Paseo, que dirige David González Romero, la encargada de publicar todas sus obras.

Antes de poner el punto y final a su pregón, que ha provocado sonrisas, risas y hasta carcajadas entre los presentes, Muñoz se ha dirigido personalmente a los libreros y libreras que forman parte de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. "Si dedicarse a los libros ya es ser la resistencia, vosotros sois la resistencia dentro de la resistencia, vosotros, los artistas y el vino sois las únicas cosas en las que podemos confiar para seguir siendo humanos".