125 aniversario de El Correo de Andalucía

Juan Holgado, el periodista que se atrevió a preguntar cuando otros interrogaban

Este reportero sevillano trabajó en El Correo de Andalucía desde 1968 a 1981, una época en la que dar voz a los más vulnerables costó registros policiales y noches en la comisaría

Juan Holgado, periodista de El Correo de Andalucía desde 1968 hasta 1981

M. Quesada

Carlos Doncel

Carlos Doncel

Juan Holgado tiene 92 años, y aunque hace más de 20 que dejó el periodismo, las preguntas le brotan como en aquellos tiempos de redacción. Porque este sevillano de Triana tuvo siempre la interrogación a mano desde que corrigió el primer teletipo en 1968. "Siempre se me ha dado mejor preguntar que responder", confiesa con media sonrisa. Un talento que acompañó de arrojo, el que hacía falta cuando las palabras alejadas de la oficialidad se pagaban con noches en la comisaría.

"Mi llegada al periodismo fue casual. Estudié Derecho, pero un amigo que trabajaba en El Correo de Andalucía me presentó al director, José Montoto, y conseguí entrar como redactor auxiliar", recuerda Holgado sentado en el sofá de casa. "Al principio me dedicaba a editar las noticias de agencias que vomitaba una máquina. Pero lo que me gustaba más era la labor de calle", reconoce. Y esa vocación humana, "de sacarle las entrañas" a cualquiera en una conversación, fue la que lo llevó con el tiempo a un género del que es maestro: la entrevista.

Delibes, Cela, Carmen Laforet, Julio Anguita, Vargas Llosa, Massiel, El Lute, Rafael de Paula, dos supervivientes de la tragedia de los Andes. "No sé decir a cuántos he entrevistado durante toda mi vida", comenta con humildad, sin querer darle importancia al asunto. "Para mí era esencial conectar con la persona que tenía delante. Yo preguntaba, y ellos respondían. Y ahí estaba todo", trata de resumir Juan Holgado. Claro que lo innato, lo que surge del puro ingenio, es difícil de explicar.

La autocensura del franquismo

"Durante el franquismo estábamos embelesados en hacer un buen periódico. Pero era difícil, porque más que censura del gobierno en el texto, había autocensura en las oficinas", apunta Holgado. No había ya bolígrafo rojo, aunque el control de la dictadura se notaba incluso más allá de las redacciones: "Tuvimos pinchado el teléfono de casa durante años, tal como nos confirmó un empleado de Telefónica. Me di cuenta un día que, al descolgarlo, escuché una conversación entre soldados", rememora María Jesús González, esposa de Juan Holgado y periodista también de El Correo de Andalucía, donde se conocieron.

Juan Holgado y María Jesús González en la redacción de El Correo de Andalucía

Juan Holgado y María Jesús González en la redacción de El Correo de Andalucía / CEDIDA

Aquellas veces en las que el miedo no dictaba silencio, el régimen intentaba imponerlo de forma explícita. "Entrevisté a varios miembros de la Unidad Militar Democrática, una organización clandestina que se oponía al franquismo. Cuando publiqué el artículo, me llamaron de la Capitanía General", cuenta este trianero. Lo citaron un domingo a la mañana. "El día y la hora me hizo sospechar, así que llamé a mi cuñado para que me acompañara por si acaso. Allí me interrogaron durante horas y me repitieron muchas veces una cuestión: '¿Con qué intención has hecho esto?'".

"También algunas veces entraba a un bar a tomarme un café, y aunque la barra estuviera vacía, llegaba un hombre y se ponía a mi lado. Claro, no podía hablar porque era un miembro de la Brigada de Información", relata. El castigo por lo dicho o escrito sobrevolaba a diario las redacciones, pero Holgado admite que "más que a las posibles represalias, le temía a no poder sacarle jugo a una entrevista".

La secreta, Felipe González y otro interrogatorio

Un encuentro del que sí sacó partido lo mantuvo en octubre de 1974 con el recién nombrado secretario general del PSOE, Felipe González. Cuatro días después de la cita, la Brigada Social se llevó a González y Juan Holgado a la Jefatura Superior. El motivo de estos arrestos, aquella entrevista publicada poco antes en El Correo de Andalucía, la primera que concedió el político sevillano tras convertirse en líder de los socialistas en la clandestinidad. Para el Tribunal de Orden Público, era apología del delito.

Juan Holgado entrevistando a Felipe González años después de que fueran detenidos

Juan Holgado entrevistando a Felipe González unos años después de que fueran detenidos / CEDIDA

"Recuerdo que cuando entró Felipe en la sala en que me encontraba, me saludó a voz en grito: '¡Tu director es un cabrón!'. Los policías nos interrogaron a los dos durante toda la noche, hasta que a las nueve de la mañana me llevaron al Juzgado de guardia para que declarase delante de un juez", narra Juan Holgado, para quien la Fiscalía pidió un año de cárcel. Hasta la amnistía de 1977 tuvo que presentarse dos veces al mes ante la autoridad judicial.

El franquismo en aquel momento consiguió lo que quería: "Cuando vienen dos secretas al periódico y te meten en un coche sientes miedo de verdad. Más aún si te pegas toda una noche de interrogatorios", admite este periodista. Pero como quien se quita una chaqueta, Juan colgaba ese temor justo a la entrada de la redacción cada mañana. Su vocación, al fin, era más grande que todo aquello.

El compromiso con los vulnerables

"Los que hacíamos El Correo de Andalucía en los setenta éramos conscientes de que trabajábamos en un medio que defendía los derechos de los colectivos sociales más vulnerables, aunque esta actitud acarreara sanciones, registros policiales, amenazas de cierre y secuestros del periódico". Así arranca Juan Holgado su libro Mejor que el silencio. Y no lo escribe por simple orgullo corporativo: la sección Mundo Laboral, creada en 1970, era buena muestra de ello.

Holgado en plena faena periodística

Holgado en plena faena periodística / CEDIDA

"Aquella fue la primera sección que daba cabida a las reivindicaciones laborales de los trabajadores de la época", asegura Holgado, que llegó a ser subdirector de un medio que dejó en 1981. "A la redacción, situada en la calle Albareda, venía mucha gente a contar sus problemas y desgracias. Además, nosotros también nos fijábamos mucho en las barriadas para buscar estas historias".

Otro ejemplo de este compromiso social fue la portada de aquel 4 de diciembre de 1977 en que Andalucía salió a la calle para reclamar su autonomía. En blanco, y manuscrito, "Hoy, un día de bandera. Una primera página de la historia de Andalucía que debemos llenar todos con nuestra presencia". Salió del puño de Juan Holgado: "Dudaban qué temas sacar en la primera página, y dije: 'Es más fácil poner un titular y hacerlo a mano, así es más llamativo'". Y de ahí, a la historia de toda una comunidad.

Sentado en el sofá de casa, Juan Holgado confiesa que de empezar de nuevo los 92 años que cuenta, "volvería a ser periodista". Miles de horas frente a una máquina de escribir, noches hasta las tantas, entrevistas, detenciones. "Si te gusta esta profesión, los sacrificios no los sientes como tales", afirma. El Correo de Andalucía estuvo siempre de lado de quienes más lo necesitaban, "mereció la pena arriesgarse por ello". "Dar la cara en aquel tiempo era explorar la libertad, y yo tuve oportunidad de hacerlo". Y lo hizo, lo hicieron.

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