Gastronomía

Nueva vida para el Mercado del Barranco tras dos millones de inversión: “Ahora viene más público local”

Hace solo un mes que esta nave de hierro a un paso del Puente de Triana abriera de nuevo sus puertas con un concepto de carta y mercado basados en el servicio en mesa y no en el autoservicio, como solía ser

La nueva barra de ultramarinos 'La Fina' del Mercado del Barranco. / Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

A Gustave Eiffel el Ayuntamiento de Sevilla le encargó allá por el siglo XIX construir una nave modernista de hierro que fuera una lonja para los pescadores que venían de Huelva. Por su función, la ubicaron a los pies del Guadalquivir y para su comodidad, a un paso del Puente de Triana.

Lo que no imaginaba el arquitecto de la Torre Eiffel es que hoy, casi 200 años después, esta nave sería un mercado gastronómico que en la entrada tendría una pastelería gourmet con su apellido y un puesto de café con su nombre.

Los tiempos han cambiado y Sevilla también. Es prácticamente un mantra para Miguel Pichardo, CEO del Mercado del Barranco desde 2013 y artífice del gran cambio al que se ha sometido este espacio gastronómico durante julio y agosto. Han hecho falta dos millones de euros de inversión para un lavado de cara en tiempo récord que ha cambiado por completo su concepto, su carta y su servicio, aunque todavía queden zonas por inaugurar.

Aunque un mes no sea tiempo suficiente para hacer balance, Pichardo asegura que "ahora viene más público local", aunque la presencia extranjera sigue presente, pues la diversidad de idiomas resuena entra las paredes de un nuevo concepto de mercado que incluye lo local en una propuesta muy internacional.

Entrada del Mercado Barranco. / Rocío Soler Coll

¿En qué ha cambiado esta gran nave? Para entenderlo cabe destacar que durante los últimos 10 años estuvo constituido por 20 establecimientos alquilados a hosteleros españoles. Ahora solo hay nueve propuestas y todas ellas son propias y únicas. "Tenía un enfoque totalmente turístico y con la llegada de la pandemia nos vimos obligados a cerrar durante casi dos años, manteniendo a todo el personal", recuerda el empresario sevillano mientras se dirige a la puerta principal del local con tal de empezar a desengranar las novedades que hay ahora.

"Queremos acercar a los sevillanos esta nueva versión del mercado con una barra sevillana, un servicio de diez y una gran calidad en la materia prima", señala Pichardo, conocedor de todos y cada uno de los detalles que hay detrás de cada plato.

Un camarero atiende a dos clientes en la barra de ultramarinos del Mercado Barranco. / Rocío Soler Coll

"Antes este espacio era incómodo para el sevillano, porque a nosotros nos gusta una barra clásica y el buen servicio", reconoce el propietario, que asemeja el antiguo modelo al actual Mercado de San Miguel.

De primero gyozas y de segundo salpicón

A día de hoy este mercado lo conforman nueve puestos de comida: una heladería artesana, una pastelería, un puesto de café, una parada de smash burgers, un rincón de comida oriental, una zona de foccacias y comida sana, una gran barra clásica con ADN andaluz, un puesto de ultramarinos e ibéricos y una parada de mariscos y arroces. Está pensado para que el visitante encuentre todo tipo de propuestas y pueda probar varias desde una misa mesa.

"Ahora el cliente ya no tiene que levantarse, pedir y recoger el pedido, ahora solo tiene que sentarse en una mesa y esperar a que el camarero le traiga cualquier plato o tapa de nuestra carta", apunta Pichardo.

Propuesta de 'cheesecakes' de la pastelería del Mercado Barranco. / Rocío Soler Coll

¿Por qué ahora el concepto es más sevillano? Para este apasionado de la hostelería la respuesta está en el servicio, el tipo de carta, ahora con platos muy reconocibles de la gastronomía andaluza y, por supuesto la cerveza, según él, "la más fría de la ciudad". Lo justifica con su sistema de congelado, donde el propio vaso de cañón se mantiene a temperaturas heladas.

Lejos de asemejarse a la típica taberna sevillana, donde el paso del tiempo y el sutil toque de decadencia convierte a los lugares en míticos, icónicos o clásicos, este establecimiento de grandes dimensiones tiene una decoración especialmente cuidada, los conceptos de marca, algunos aún por desarrollar, tienen mucha importancia y las propuestas gastronómicas son muy cosmopolitas, como la 'cheesecake' de Kinder Bueno, las foccacias, las empanadas argentinas o los dim sum.

Comensales en las mesas centrales del Mercado Barranco. / Rocío Soler Coll

Pichardo insiste en la calidad del producto: marisco y pescado fresco directo de las lonjas de Isla Cristina, chacina ibérica 100% de bellota, quesos artesanos, langostinos de Sanlúcar o pan artesanal elaborado en un horno de piedra.

Lo mismo sucede con los puestos de comida callejera: "La carne de las hamburguesas es 100% carne de ternera nacional, picada a diario, 99'9% es carne y el 0,01% restante es sal y pimienta", destaca a lo que añade: "el pan es de brioche con patata, nos lo hacen en La Esencia", una panadería artesanal de la capital andaluza.

Un cañón de la barra 'La Bonita' del Mercado del Barranco. / Rocío Soler Coll

Todavía hay zonas por descubrir

"Los socios del grupo hemos hecho una gran inversión para poder remodelar el concepto de este mercado", reconoce Pichardo. Consciente de que el local "se había quedado decadente", el grupo empresario que en su día contó con la participación de figuras como Carlos Herrera o Francisco Rivera, decidió ponerse manos a la obra y poner de sus bolsillos 2 millones de euros.

Una tapa de salpicón de pulpo de la barra 'La Fina' del Mercado Barranco. / Rocío Soler Coll

Han abierto con agilidad, pues "mantener a tanto personal estando cerrados es complicado", por ello, la terraza todavía tiene que someterse a cambios: ahora se puede disfrutar de prácticamente toda la carta de las paradas del interior, pero en un futuro cercano una parte estará dedicada a una carta más exclusiva con propuestas en la línea de restaurantes como Río Grande o María Trifulca.

El puesto de café abrirá en una semana y las dos barras en la parte trasera del establecimiento en el próximo mes. "Se convertirán en dos barras encaradas que ofrecerán una carta exclusiva con productos de primerísima calidad y una selección de vinos en copa o botella de bodegas muy reconocidas".

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Este mercado, al lado de propuestas consolidadas entre el público local como Casa Aníbal, tiene un gran desafío por delante que afronta a base de "buen servicio y calidad".

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