Ruinas romanas en las que perderte por Sevilla más allá de Itálica y Carmona

Munigua fue el centro político de la Vega del Guadalquivir, pero el fin de los minerales hizo que cayera en el olvido

Restos de Munigua. / El Correo

V. F.

Sevilla es conocida por su pasado musulmán, pero en la provincia podemos encontrar recuerdos de nuestros antecesores que trasciende lo que se estudia en los libros de historia. En la provincia vivieron musulmanes, tartesos y romanos, que imprimieron nuestro carácter, marcaron nuestra arquitectura y aún hoy perduran. Con la llegada del fin de semana y el fresquito y el final de las lluvias se plantea una oportunidad magnífica para recorrerse los pueblos de la provincia conociendo la historia que nos ha precedido.

En el municipio de Villanueva del Río y Minas encontramos el yacimiento arqueológico de Mulva-Munigua, ubicado a poco más de una hora de Sevilla capital. En 1756 fue rescatada del olvido por la Academia de Buenas Letras de Sevilla, aunque no fue hasta dos siglos después, en 1956, cuando el Instituto Arqueológico Alemán comenzó a trabajar en su exhumación y estudio. En ese intervalo de tiempo, en 1931, el conjunto fue declarado BIC y monumento nacional. Actualmente, está integrada en la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA).

Aunque los orígenes de Munigua se remontan al siglo IV a.C., los restos de la ciudad que podemos disfrutar hoy en día pertenecen a los siglos I, II y III d.C. En aquella época los expertos creen que Munigua era probablemente el mayor productor de hierro de toda la provincia Bética romana, es decir, de toda Andalucía. Además, durante siglo y medio fue el centro político, administrativo y religioso en la Vega del Guadalquivir y las primeras estribaciones de la Sierra Morena.

Un importante centro político

Sin embargo, con el paso del tiempo la importancia de la ciudad fue decayendo, de poco importó que el emperador Vespasiano les concediese el derecho latino, la máxima categoría, a sus ciudadanos. No solo eso, el dirigente romano llegó a elevar la ciudad a la condición de Municipio Flavio Muniguense. Pero el fin de los minerales a partir del siglo IV el mineral y un importante terremoto, la población romana decidió abandonar el lugar. Aunque se ha conocido que hubo población en el lugar hasta época almohade nunca volvió a tener la importancia que alcanzó en los siglos I, II y III.

La ciudad está presidida por un imponente Santuario edificado en terrazas sobre la colina que, en época romana, estuvo dedicado al culto de la diosa Fortuna y de Hércules. Alrededor del edificio principal, los visitantes pueden encontrar también edificios y espacios públicos, privados y sagrados que le dan forma a la ciudad romana. Por delante del Lacio, a un nivel más bajo, está el templete del tipo de podio que se erige en una pequeña plaza dedicada a Mercurio. Eso sí, a diferencia de lo que suele ocurrir con las urbes romanas, que siguen un trazado octogonal, en este caso, sus arquitectos decidieron respetar la geología de la colina.

En el transcurso de las diferentes campañas de excavación se han recuperado en Munigua 45 piezas escultóricas de gran calidad y más de 150 piezas de terracota del siglo II d.C., la mayor parte de estas últimas procedentes de los ajuares funerarios. También de los ajuares de las tumbas se han recogido joyas, vasijas vítreas y cerámicas, objetos de tocador y monedas.

El horario de visitas, de miércoles a domingo de 10:00 a 14:00 permite un amplio abanico de posibilidades para, después pasear por el municipio sevillano. Cabe destacar que el enclave se encuentra en una finca privada por lo que hay que dejar los vehículos en los alrededores del apeadero de Renfe y trasladarse hasta los restos arqueológicos con un agradable paseo. El acceso, que es gratuito se puede realizar en turnos a las 10:00, 11:00, 12:00 y 13:00.

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