Croquetas de chuletón y ensaladilla de 'pringá', este es el bar cerca de Torneo en donde puedes probarlo

En una ciudad como Sevilla, croquetera por excelencia, arriesgar con este manjar puede salir muy bien o muy mal. En este bar cercano a la Avenida de Torneo de la capital, entre los puentes de El Alamillo y La Barqueta, con mesas mirando al Guadalquivir, experimentar les ha salido bien y sus croquetas son de las más comentadas por los vecinos.

En el Terracotta Tapas y Bar, que así se llama este restaurante, se puede desayunar muy bien, con tostadas con pan de cristal de Lebrija y se puede almorzar o cenar buena cocina fusión con toques italianos, ya que sus impulsores, aunque afincados en la capital hispalense, proceden del país vecino. Entre sus exquisitas chapatas, sus risottos o sus carnes (especial mención a la carrillera con sake y mostaza), sobresale la tapa estrella, la que se conoce por el boca oreja que llega de extremo a extremo de la amplia avenida, de San Jerónimo a los bajos de Chapina. Son nada más y nada menos que sus croquetas de chuletón.

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Una propuesta gastronómica diferente en una zona donde abundan los bares de cocina tradicional y hay poca oferta moderna. Las croquetas en cuestión son cremosas y muy sabrosas, y a pesar de que se puede pensar a priori que son muy fuertes o pesadas, nada más lejos de la realidad. Estas croquetas están llamadas a ser de las que ocupen el top 10 de la capital. Y, ojo, para los que no son de carne, también cuentan con unas riquísimas croquetas de setas.

Influencia italiana y reminiscencias asiáticas: la carrillera con sake es otro de sus 'best sellers'

Pero lo que más llama la atención del público local es otra de las sugerencias de la casa: ¿cómo será la ensaladilla de pringá con salsa verde? Sin duda, otro de los reclamos de un bar de tapas que lleva ya casi un lustro sirviendo comida en esta parte de La Macarena. Lo mejor de todo son también sus precios, ya que equilibra una selección de originales platos sin que resulte excesivamente caro.

Este local tiene una carta mestiza donde impera lo mediterráneo pero también las reminiscencias asiáticas. A sus bocadillos selectos se une una variopinta oferta gastronómica, de la lasaña de cordero al perrito de gambón. Cuentan con varios puntos a favor, como que no cierran cocina en todo el día, y para la tarde tienen frappés, smothies, cafés especiales y cócteles con los que aderezar sus exquisitos postres caseros.

¿Qué más se puede comer? Desde una tabla de quesos andaluces a burratina de Puglia o el clásico vitello tonnato italiano. Todo es elaborado íntegramente in situ con una filosofía que apuesta por el sabor, especiada y con guarniciones diferentes que van desde hierbas salteadas a polenta a la brasa o knodel de quesos.

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"Tapas y platos muy buenos, al menos los que probamos, pero no dudo que los demás estarán en la misma línea. Buenas cantidades. Relación calidad, precio, cantidad excelente. Muy recomendable", dice una de sus reseñas en Internet. Aunque es cierto que hay opiniones para todos los gustos entre los internautas que realizan sus valoraciones.