Las obras que los franceses expoliaron a Sevilla: estos son los cuadros de Murillo y Zurbarán que están en el Louvre

Sevilla, o mejor dicho, el arte barroco sevillano, sigue sufriendo las consecuencias de la invasión de los franceses en la capital andaluza en 1810. ¿El motivo? La gran cantidad de obras maestras de artistas como Murillo o Zurbarán que fueron expoliadas hace cuatro siglos y que jamás volvieron a su lugar de origen, aquellos espacios para los que fueron pintadas.

En concreto fueron 999 obras las que los franceses retiraron de Sevilla, todas ellas pertenecientes a conventos e iglesias y que durante dos años y medio almacenaron en los salones del Real Alcázar de Sevilla. Su inventario demuestra las cifras de la expoliación: 82 zurbaranes, 74 de Valdés Leal y 43 murillos, entre muchas otras. Si bien en un principio el rey francés José Bonaparte firmó en la rendición de la ciudad que respetaría la religión cristiana y que nunca se exclaustrarían los conventos, la realidad fue drásticamente diferente: las tropas francesas entraron en todos ellos y saquearon el patrimonio artístico.

Los franceses se fueron de Sevilla tras la derrota en la batalla del Puente de Triana, pero para aquel entonces, todas las obras que habían expoliado ya no estaban en la capital andaluza. Como consecuencia, los cuadros se dispersaron por el mundo, algunos acabaron en Ohio, en San Petersburgo o en Alemania, pero las más reconocidas hoy se pueden contemplar en el Museo Louvre de París. Hasta allí se ha trasladado el gestor cultural y experto en patrimonio histórico, Jesús Pozuelo, conocido en las redes sociales por su cuenta de divulgación de patrimonio histórico de Sevilla, Ispavilia.

"Actualmente hay siete obras en el Louvre que pertenecían a la colección del Mariscal Soult, que fue quien perpetró el atraco", explica el historiador en una conversación con El Correo de Andalucía. A modo de ejemplo, Pozuelo habla del cuadro de El nacimiento de la Virgen de Murillo, expuesto en el museo francés, y relata que fue un canónico quien se lo ofreció a los soldados de Soult, pues querían llevarse en un primer momento La visión de San Antonio de Murillo y que por sus enormes dimensiones consiguió convencerles para que se llevaran uno más pequeño pero con el mismo valor artístico.

"La gente no sabe cuánto patrimonio artístico se perdió durante esa invasión y que hoy está expuesto en museos de todo el mundo", reconoce el experto en patrimonio artístico.

Las obras sevillanas que están en el Louvre

1.El Nacimiento de la Virgen, de Bartolomé Esteban Murillo

Esta obra, que refleja el nacimiento de la Virgen María y donde también está representada Santa Ana. Se realizó originalmente en 1660 para la capilla de la Concepción de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla.

2.El Triunfo de la Inmaculada, de Bartolomé Esteban Murillo

Esta obra, que se encontraba en la Iglesia de Santa María la Blanca, fue expoliado junto a dos obras más.

3.San Junípero y el Mendigo, de Bartolomé Esteban Murillo

Esta obra, que permanecía en el Claustro Chico del Convento de San Francisco fue robada junto a toda la colección del pintor sevillano. Se trata de un óleo sobre lienzo que fue identificado por Diego Angulo Iñiguez, el mayor estudioso reconocido de la obra de Murillo, en 1961. Antes, el lienzo era titulado "Un pobre quitándole los hábitos a un lego", entre otros títulos.

4.San Basilio dictando su doctrina, de Herrera el Viejo

Se trata de la obra de uno de los pintores que forma parte de la primera generación del Barroco en Sevilla. Fue expoliado del antiguo Convento de San Basilio, sede de la fundación de la Hermandad de la Macarena.

5.Santa Apolonia, de Francisco de Zurbarán

El lienzo procede con toda probabilidad del retablo mayor de la iglesia del convento de la Merced Descalza de Sevilla -la actual Iglesia de San José- donde los expertos indican que formaba pareja con la Santa Lucía del Musée des Beaux-arts de Chartres.

6.San Buenaventura en el concilio de Lyon, de Francisco de Zurbarán

Se trata de una obra realizada en el 1629, pero que fue restaurada en 1940 por Edgar Aillet. Esta obra permanecía en Colegio Franciscano de San Buenaventura, sede de la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura.

7.La Exposición del cuerpo de San Buenaventura, de Francisco de Zurbarán

Esta obra representa el ritual del velatorio o exposición del cadáver del santo franciscano Buenaventura de Fidanza y se enmarca en una serie sobre él, de la que se conservan algunas pinturas en el Museo del Louvre, como la mencionada anteriormente. Fue expoliado del Colegio Franciscano de San Buenaventura.

Finalmente, una de las principales peticiones de Pozuelo es un acuerdo entre la administración pública y el Museo del Louvre para llevar a cabo una cesión temporal o un acuerdo diplomático en el que se cedieran durante seis meses o un año y así las obras pudieran volver, aunque por un breve tiempo, de su lugar de orígen.