Llega la Feria del Belén "más pura" a la Avenida de la Constitución: todo sobre una tradición muy sevillana

Si algo tiene la Feria del Belén de Sevilla es pureza. No le falta detalle, o mejor dicho, los pequeños detalles en todas sus piezas marcan la diferencia. Esta Navidad, el evento artesano ya ha arrancado y de nuevo se ven caras embobadas en los puestos contemplando el realismo de las figuras. Desde mercadillos de frutas, carne o pescado, pasando por tinajas en todas sus formas hasta fuentes con cascada de agua e infinitas imágenes de pastores.

Sin embargo, tras 30 ediciones -y 31 años- en la Avenida de la Constitución, los artesanos no dudan cuando afirman que "lo que más se vende siempre es el nacimiento y los Reyes Magos".

Esta nueva entrega de la feria de artesanos más esperada del año es a cargo de la Asociación de Comerciantes del Belén de Sevilla (ACOBE) y desde su primera edición en 1993 se ubica a los pies de la Catedral de Sevilla con 28 puestos artesanales. Aunque todavía es pronto para calibrar el éxito de asistencia de este año, los artesanos esperan con ansia el puente de la Inmaculada porque es "el plato fuerte", aunque este año tendrán que compartir protagonismo con la Magna.

Para los interesados, la feria está abierta al público hasta el próximo 23 de diciembre de lunes a viernes de 10,30 a 14 y de 17 a 21 de la noche y los fines de semana y festivos de 11 a 14,30 y de 16 a 21 de la noche.

"Es más auténtica que la de Madrid"

El origen de esta feria es de lo más peculiar. El responsable de que hoy los vecinos y visitantes puedan comprar todo tipo de figuras a unos pasos de Archivo de Indias es Luis León Cabrera, un vecino sevillano propietario de la tienda de juguetes Dado Hobby, hoy reconvertida en una tienda especializada en belenes y pasión.

"Fue en un viaje a Madrid. Mi padre conoció por primera vez la feria de Navidad y a pesar de que era enorme le impactó los pocos motivos que se vendían para el belén", dice su hijo Luis León, mientras habla con este periódico desde su puesto en la feria.

Cuando su padre regresó decidió montar la primera edición de la Feria del Belén de Sevilla. Como consecuencia fundó ACOBE con el único objetivo de ofrecer una feria que fuera "más pura" que las de las grandes ciudades. "Aquí no se permiten guirnaldas o figuras de Papa Noel, esta es más auténtica que la de Madrid", dice Luis, insistiendo en que todos los productos deben estar estrictamente relacionados con la Navidad cristiana.

Este es el caso de Joaquín García, un alfarero sevillano que lleva participando en la feria desde su segunda edición. Su puesto, Alfares, está ubicado frente al edificio de Correos y es uno de los más concurridos cada año. Sus figuras encandilan a la gente: una parada de pan con un horno de piedra, una de queso con todas sus variedades, una de carne de lo más realista y otra de pescado con salmonetes, rapes y boquerones, entre muchos otros tipos.

"Todo lo que ves lo hago junto a mi familia", dice García sobre un trabajo que llevan a cabo durante todo el año. Su público predilecto es el "belenista", aquel que todos los años compra complementos para aumentar su pesebre. El suyo es sin duda uno de los puestos que más triunfa, prueba de ello son las constantes fotografías que sacan los transeúntes de las pequeñas figuras que vende García, que tienen una puesta en escena impresionante.

El belenismo, un bien protegido en Andalucía

"Estos primeros días ha ido bastante bien porque las procesiones que ha habido atraen a más público". Este es el primer balance de Elisabeth Santos, vendedora del puesto 22 - Jorge Antequera desde 2019, refiriéndose a la salida extraordinaria de la Hermandad de los Estudiantes, que tuvo lugar el 17 de noviembre. Todos los productos que vende en esta parada son de origen español, algo que se cuida con especial atención en esta feria.

Y entre sus clientes, algunos son como María del Carmen, una sevillana que ha llegado a la feria junto a su marido para comprar un árbol de gran tamaño y una luz para su pesebre. "Nosotros todo lo hacemos a mano, nos esmeramos muchísimo y tardamos semanas en terminarlo", dice la vecina.

A la acción de comprar figuras para el belén se le llama belenismo, una actividad que desde el año pasado en Andalucía está protegida como BIC de Interés Etnológico andaluz.

Esta distinción no sorprende cuando la tradición traspasa de generación a generación, como en este caso, que la feria navideña está llena de gente joven. "No me lo pierdo ningún año, el trabajo que hacen los artesanos me encanta porque todo está muy bien hecho", cuenta Carla, una joven de Sevilla que, insiste, puede estar horas contemplando las figuras con detenimiento.

Con más de un mes de feria por delante, todavía son miles los vecinos y visitantes que tienen que llegar hasta la Avenida de la Constitución para hacerse con aquella figura que les falta. Sin embargo, desde el primer día los comerciantes se preguntan expectantes cómo afectará la Magna a las ventas de este año.