Bares
Ruta de tapas por el Pumarejo: del chicharrón de Casa Macareno al ajoblanco de El Puma
Se trata de una guía con la tapa más característica de cinco de los bares más emblemáticos de la zona
La Plaza del Pumarejo y Nueva York tienen algo en común: nunca duermen. Sin embargo, mientras la gran manzana está invadida de turistas, las terrazas de los bares que envuelven este enclave sevillano siempre tienen las mesas llenas vecinos, cuando los niños no juegan en el parque los aficionados del swing bailan los martes por la noche sin descansar y otros días la música en directo ameniza los encuentros entre los parroquianos. Es uno de aquellos rincones donde el aura de ambiente vecinal y la vida de barrio sigue intacta y ajena al crecimiento del turismo que acecha el centro.
Por ello, la gastronomía de este enclave es como su barrio: auténtica. La carta de la Bodega Bar Umbrete, Casa Macareno, Bodega Soto o la taberna de Gonzalo Molina no es creativa ni sorprendente, pero tienen clásicos que los convierten en aquellos lugares donde siempre es buena idea acudir para desconectar de la jornada laboral con una cerveza fría en la mano.
Con la intención de que el visitante vaya a tiro hecho, estas son las tapas y bebidas imprescindibles en cada uno de los bares que conforman esta zona emblemática del barrio de La Macarena, una ruta para que el interesado pueda degustar lo mejor de cada lugar.
Las espinacas con garbanzos del Bar Umbrete
Este bar abrió en 1929 y desde entonces se ha convertido en un clásico de la ciudad. Es especialmente conocido por los caracoles y las cabrillas, que los sirven en temporada.
Sin embargo, el resto del año triunfan con sus tapas clásicas, donde destaca la cazuelita de espinacas con garbanzos, un emblema de la cocina tradicional sevillana.
Entre toda su oferta, también destacan los serranitos , los montaditos y el famoso pellezquín, que lleva carne de lomo aliñado a la plancha.
El chicharrón de Casa Macareno
En diciembre de 2021 llegó a la Plaza del Pumarejo el bar Casa Macareno, un local que recuerda a la clásica tasca sevillana del centro.
Chachinas, mariscos y guisos caseros. Estos son los tres pilares que conforman la carta de este lugar que, aunque lleve "poco tiempo" en la calle, se ha ganado la confianza de sus vecinos. Se define como un bar de ultramarinos y chacina, donde el producto se sirve en el clásico papel de estraza. Los precios son de barrio, por lo que uno puede comer por un precio entre 10 y 15 euros.
En cuanto a las chacinas, llegan directas de León, en el caso de la cecina y el chorizo ahumado, de Cataluña, de donde traen butifarra negra y sobrasada, y de Extremadura con la morcilla patatera y la torta de los Barros.
No obstante, la tapa estrella es el chicharrón gigante, crujiente por fuera y jugoso por dentro, servido con sal gorda y un aliño característico, y cortado a tacos. No obstante, la ensaladilla de chicharrones, las papas aliñás templadas con bonito y las empanadillas de carne de retinto también son platos que triunfan en el establecimiento.
Ajo blanco en El Puma Bar
Ubicado en la calle Relator número 91, este bar tiene una carta extensa y algo más innovadora que los bares mencionados anteriormente. Es decir, aquí también sirven el tan famoso tartar de salchichón ibérico o tacos con sardinillas asadas, pipirrana, mayonesa y melosa de chile y miel al oloroso. Sin embargo, el motivo por el que todo aquel que transite por la zona de la Plaza del Pumarejo debe conocer El Puma Bar es su ajoblanco con higos.
Se trata de una exquisita tapa -famosa en el local- con atún, frutas y almendras laminadas. Su precio es de 8,50€ siendo uno de los platos más caros de la carta, puesto que la mayoría de tapas que ofrecen van desde los 3€ a los 6,50€. También es típico pedirse el montadito Mojaito, con chicharrón de Cádiz, panceta Ibérica, AOVE y salmorejo para mojar así como el tomate aliñao con lomos de atún.
Surtido de embutido en la Bodega Soto
Las puertas de este local se abrieron en 1994 y desde entonces es el punto de encuentro de los hermanos de la Hermandad de la Macarena. El establecimiento recuerda a una auténtica bodega, donde los jamones cuelgan y los barriles decoran el espacio. Huelva y Extremadura tienen un papel protagonista en este local porque surten de embutido a la Bodega Soto.
Un surtido con jamón ibñerico, caña de lomo, queso manchego y salchichón cortado a taquitos es la especialidad de la casa y el plato que sale de la barra a pares, uno detrás de otro.
Y además de embutido de primera calidad, también ofrecen montaditos con chacinas, papás aliñás y conservas, como los mejillones en escabeche.
Vino de naranja en la Taberna de Gonzalo Molina
Finalmente, como la cerveza congelada es el habitual acompañante en este tipo de comidas, aquí se propone una alternativa diferente y de lo más auténtica. Se trata de una copa de vino de naranja en la clásica Taberna de Gonzalo Molina, ubicada en la calle Relator desde 1944. Este local se ha ganado su fama gracias a esta bebida. Tanto es así, que la gente lo conoce como "el del vino de naranja", aunque también se sirve manzanilla de Sanlúcar y vino de fresa.
En cuanto a la carta de este bar, gira en torno a las frituras como las codornices y las alitas de pollo fritas, una selección de encurtidos, banderillas picantes, aceitunas con pepinillos, cachinas variadas, conservas o tortilla con salsa al whisky.
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