Navidad

Los Reyes Magos tienen listos sus trajes y vestirán telas de todo el mundo: "Son especialmente exigentes"

El diseñador Rafael Díaz lleva desde 2016 al frente de los diseños del cortejo y los elabora junto a una costurera desde su pequeño taller en el municipio de Salteras

Rafael Díaz, el sastre que viste a los Reyes Magos en la Cabalgata de Sevilla.

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Está a punto de llegar la noche del 5 de enero, cuando tres coronas llenas de magia se apoderarán de las calles de Sevilla. Van acompañadas de la Estrella, el Gran Visir, el Heraldo, la Diosa Palas Atenea y el Mago, además de 33 carrozas que siguen el ritmo desde el lejano Oriente. Turbantes, brocados, mangas vaporosas, túnicas, casacas, brillos, sedas y terciopelos visten a sus majestades los Reyes Magos para convertir la Cabalgata de Sevilla en un verdadero espectáculo de ilusión y fantasía.

Detrás de los lujosos y espectaculares diseños de los principales personajes están las manos de Rafael Díaz, diseñador del vestuario del cortejo real de la Cabalgata desde 2016. Los impactantes trajes que visten a Melchor, Gaspar y Baltasar se comienzan a hilar en septiembre en su pequeño taller en el municipio de Salteras, donde con la ayuda de Ángela, la costurera, consiguen crear toda la indumentaria, un proceso totalmente artesanal.

Rafel Díaz, diseñador del cortejo de la Cabalgata, con la corona de un rey mago en su taller.

Rafel Díaz, diseñador del cortejo de la Cabalgata, con la corona de un rey mago en su taller. / Rocío Soler Coll

En una conversación entre las paredes de su discreto estudio y a pocos días de que sus diseños salgan a la luz, Rafael reconoce que uno de los principales desafíos a los que se enfrenta cada año es la personalización de los trajes, puesto que "los Reyes Magos son especialmente exigentes".

El sastre de sus majestades

La incursión de este diseñador en la Cabalgata de Sevilla comenzó en 2015, cuando recibió el encargo del traje del Gran Visir y del Mago. Su trabajo tuvo tan buena acogida que al año siguiente el Ateneo decidió convertirle en el diseñador de los trajes de todo el cortejo. Desde que sus diseños son protagonistas en uno de los días más mágicos del año, buscar la inspiración es una constante en su día a día. "Está en todas partes, me fijo en películas clásicas como El último faraón pero también en los grabados antiguos del Ateneo", reconoce el sastre. De ahí que el resultado recuerde tanto a la procedencia de los reyes: Oriente.

Bozetos de los nuevos trajes del Heraldo y el Mago.

Bozetos de los nuevos trajes del Heraldo y el Mago. / Rocío Soler Coll

Las telas de los abrigos, el colorido de las sedas, los estampados, las plumas y los brillos propios de esta indumentaria los compra siempre en otros países. Sin ir más lejos, este año Rafael ha viajado hasta la India y Marruecos para conseguir materiales auténticos y exóticos como saris y telas con grandes brocados. Su entusiasmo se percibe cada vez que extiende en la mesa de su taller los tejidos que ha utilizado para los nuevos trajes. Disfruta contemplando su calidad, apreciando la riqueza del color e imaginándose el resultado final en las calles de la capital andaluza.

Este año el diseñador ha viajado hasta la India y Marruecos para comprar las telas de los trajes

Sin embargo, además de tener un buen vestuario, lo más importante según Díaz para que un Rey cumpla con su cometido es que crea que es un Rey Mago. Insiste en que si la persona no lo interioriza es muy difícil que lo transmita al público y defienda su papel con credibilidad y naturalidad. "Nosotros desde que se proclama Rey lo llamamos majestad", destaca.

Trajes a medida con detalles escondidos

El primer paso para empezar a diseñar los trajes es una conversación con quienes van a lucirlos. "En septiembre quedamos con los reyes así como con el resto de personajes y nos ponemos de acuerdo para dar con un diseño con el que se sientan cómodos", explica Díaz, insistiendo en que no se trata de un disfraz, sino de un traje.

La corona que lucirá la Estrella esta Cabalgata.

La corona que lucirá la Estrella esta Cabalgata. / Rocío Soler Coll

En el encuentro, los miembros del cortejo suelen señalar algunos detalles que les gustaría que estuvieran presentes en su ropa. "Me han pedido desde medallas de sus hermandades, colores relacionados con el fútbol, un bolsillo interior para poner alguna fotografía hasta detalles inspirados en las mariquillas de la Macarena", recuerda el diseñador, colaborador habitual de la marca sevillana de mantones Foronda. A día de hoy, por ejemplo, tiene pendiente colocar una medalla del Mago en su sombrero hecho a medida.

La comodidad es una máxima para el diseñador. "Ten en cuenta que tanto los personajes como los reyes reparten entre cinco y ocho mil kilos de caramelos, están continuamente lanzándolos y el Heraldo va a caballo", remarca. Por ello, es indispensable que el vestuario les permita moverse con agilidad y sin molestias.

Una de las babuchas que usarán los Reyes Magos esta Cabalgata.

Una de las babuchas que usarán los Reyes Magos esta Cabalgata. / Rocío Soler Coll

No obstante, siempre se deja un margen a la improvisación por lo que pueda pasar: "El año pasado, el rey Melchor quiso que le cortara una falsa manga a una hora de salir".

"La noche de antes no duermo"

Quedan escasos días para que los diseños que ahora reposan en un maniquí cobren vida en la piel de quienes este año conformarán el cortejo. El día de la Cabalgata los nervios afloran entre todos los implicados. En su caso porque es el responsable de proveer a todos los personajes de los trajes y los accesorios. Nada puede quedarse atrás, ni un broche, ni una pluma, todo debe trasladarse hasta el rectorado de la Universidad de Sevilla. "La verdad es que la noche de antes no duermo", confiesa el sastre con una sonrisa en el rostro.

Las incalculables horas que tanto Rafael como su costurera invierten en los trajes, se ven recompensadas cuando ambos pisan la calle el 5 de enero. Esa noche, el diseñador no puede evitar la emoción cuando ve el rostro de los niños, impactados por la puesta en escena, y oye los comentarios de los adultos, alabando sus diseños. No obstante, su mayor recompensa, confiesa, es cuando los reyes le reconocen que se sienten como tal gracias a su traje.

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