Sevilla

Roban y destrozan las históricas calesitas de Triana: "Esto es muy duro, ya no tiene remedio"

Luis León, dueño de un tiovivo con más de 60 años de historia, cuenta que este sábado por la noche le desvalijaron la atracción, provocándole unos daños que no podrá ya reparar

Luis León junto a sus calesitas. / Nieves G. Grosso

Carlos Doncel

Frente al mercado de San Gonzalo hay un tiovivo antiquísimo que le da a la plaza un aspecto de otro tiempo. A lomos de sus caballos se han montado varias generaciones de trianeros, que han visto crecer y crecer su barrio mientras aquellas calesitas seguían allí desde que las montaron, allá por el 1959. Pero esta estampa, después de más de 60 años de historia, está cerca de desaparecer: este sábado por la noche han robado y destrozado la atracción.

"Cuando he llegado esta mañana me he encontrado los coches de caballos rotos. Parece que se los querían llevar porque los han hecho polvo, tenían las ruedas y los faros partidos", cuenta Luis León, dueño de un carrusel que heredó de su padre. "También han desvalijado todos los fusibles y varios aparatos más de la luz. No puedo trabajar, me han dejado sin electricidad", lamenta.

"Lo malo es que el cuadro de luz es antiguo también, y los fusibles que me han quitado están ya descatalogados", explica León. Este vecino de Triana detalla que el negocio "no da como para hacer reparaciones", así que se está planteando dejarlo para siempre después de toda una vida dedicada a él. "No tiene sentido seguir. Esto solo da para comer, y ya está".

La voz de Luis León, a sus 71 años, suena ya resignada: "Me han hecho mucho daño. Esto es muy duro, no tiene remedio", reconoce. "Estos cochecitos me han dado para ir tirando con mucho sacrificio. Pero se me hace muy complicado continuar, porque ya les metieron fuego un par de veces hace tiempo, y ahora encima me encuentro que me lo han destrozado todo".

Este robo ha llegado además a las puertas de la Navidad, justo "la época buena". El tiempo en que decenas de padres acercan a sus hijos a pasear en los mismos caballos que un día montaron. "Esto forma parte del barrio, aquí hemos criado a muchos niños que venían con la ilusión de montarse", dice León.

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De confirmarse su marcha, ya no habrá más vueltas de tiovivo ni familias esperando a la puerta del mercado de San Gonzalo. Sin Luis, y sin aquel negocio que le legó su padre, esta plaza de Triana perderá aquella estampa de otro tiempo que le daban las calesas.

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