Los felices veinte –del pasado siglo- resucitaron a Sevilla desde que fue Capital de Indias. Una Exposición General Española proyectada acabó convirtiéndose en Iberoamericana. El impulso de la dictadura de Primero de Rivera y gobernanza del Comisario Cruz Conde ninguneó la excelencia del arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio. Algo parecido ocurrió con Jacinto Pellón, el tenaz ingeniero que plasmó la Expo Universal de 1992 sobre turbias sevillanías, egos y barroquismo rancio.

Una de las huellas de aquella Expo del 1929 fue un barrio entonces apartado del centro histórico. Es decir, nadie quería vivir allí por su lejanía. Concebido como ‘hotelitos’ aquellas casas provisionales se pilotaron y tomaron nombre de Herodoto y un barrio cairota: Heliópolis.

El magnífico conjunto arquitectónico aglutinó orgullo de barrio. Su plaza Mayor toma nombre de Los Andes, que copia un colectivo vecinal que reivindica lo legítimo de ese orgullo. Otro colectivo, Foro Heliópolis vindica su historia. Ente los dos conmemoran los 90 años de su patria residencial.

Los actos previstos no podían comenzar con mejor pié. El Alcalde Juan Espadas presidió el acto de entrega a 18 vecinos del barrio que han superado los 90 años. Antes, tuvo emotivas palabras para la concurrencia de un Avelino abarrotado de premiados, familiares, vecinos y votantes, pues vivimos días electorales.

Espadas, debe decirse, ejerce más de Alcalde hispalense que de político en campaña. Sus palabras llegaron al corazón de esa Sevilla universal que debe conocerse entre sus barrios. Puso como ejemplo, el de Papachina. Invitó a los heliopolitanos a que los sevillanos nos conozcamos más mutuamente. Su discurso caló entre la asistencia

Dos excelsas sabias de lo suyo estaban junto al Alcalde. Una deleitó sobre el devenir sentimental y arquitectónico de aquella Sevilla. Redondeó la emotividad de Espadas cuando tomó la palabra. Nos referimos a la Alegría Roncero poeta y escritora. Habla como pregonera local hasta la emoción más íntima que ya plasmó en un libro sobre el barrio. El quehacer de la Catedrática de Arquitectura Amparo Graciani lo calcó con una excelente gráfica de edificios de los que se conoce todas sus entretelas históricas. Dejó sedimentada una sensación entre atentas miradas de sus fotos y palabras de que Heliópolis es un lugar importante aunque su fisonomía tenga tan sólo 90 años en una ciudad, Sevilla, que cuenta por miles sus años de existencia.

Moderó a tan ilustres conferenciantes otro Catedrático, este de Derecho de la Universidad de Sevilla , con sabias palabras. Antonio Ojeda Avilés mantuvo el alto nivel del acto junto a Teresa Florido, ex Concejal y líder del Foro Heliópolis.

Si las paredes hablaran el alma de José Avelino Loureiro hubiera tomado la palabra. Quien regentara el Restaurante-Bar de la Plaza de los Andes (ahora compartido con el Doña Clara) y su espíritu solidario con alma bética tiene quien pululaba por allí con fotos antiguas del barrio.

Quien le sucede en la gestión del negocio Julio Moreno Perpiñán, nacido en Los Remedios pero heliopolitano adoptivo desde hace décadas, prestó el Avelino para los eventos vecinales. Hoy miércoles, a las 19 horas, hay un concierto de rock (Sweet Hole) y mañana jueves será la banda sinfónica municipal, a las 20 horas, quien deleite al vecindario para conmemorar la alegría de esos 90 años y que prometen concurrencia.

En el Avelino vemos todos los días cómo es Heliópolis. Encontramos a madres tranquilas con sus hijos pequeños correteando por la Plaza, a estudiantes de la Preu o Campus Reina Mercedes, a abuelos en tertulia sobre politiqueos o lo mal que juega el Betis en casa y los golazos que mete fuera, a parejas de enamorados o a grupos de chicos y chicas que disfrutan de su juventud con sonrisas. A los 90 años de Heliópolis le sucederán más actos en los próximos meses, pero esa es otra historia.