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El Polígono Sur lleva años esperando una comisaría de Policía Nacional. / El Correo
Un año tras otro, desde hace cinco años ya, los presupuestos estatales pasan de largo por Sevilla y su provincia. En este tiempo lo habitual es que el Gobierno de la nación olvide algunas de las grandes infraestructuras y proyectos que tanto la capital hispalense como sus pueblos necesitan de los recursos del Estado para poder llegar a desarrollarse.
De hecho, recientemente, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) cifraba en hasta 1.000 millones los que en este lustro adeuda por falta de inversiones el Gobierno español a la provincia de Sevilla. Algo que, además, el sindicato estima que ha supuesto la pérdida de 37.000 puestos de trabajo.
CCOO denunció entonces que durante todo este periodo, que coincide con la llegada al poder del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, la inversión por habitante es muy inferior a la media. En concreto, destacó que el año 2012 fue el peor de todos cuando la aportación estatal por sevillano fue de unos 140 euros en comparación con los 323 euros que se invirtió de media en el resto del país.
Todas estas cifras tienen una traducción en el día a día de la capital hispalense que lleva años esperando a que se desbloquee el ansiado Metro y por fin pueda tener más de una línea para atender a toda la población de la ciudad. Algo que requiere de inversiones de Estado, Junta y en parte del Consistorio.
Además está pendiente la ampliación de la red de Cercanías, la comisaría que necesita el Polígono Sur y el soterramiento de las vías del tren en esta misma zona, la colocación de pantallas en la SE-30 o las mejoras necesarias en el Arqueológico y el Bellas Artes, segunda pinacoteca de España, donde cuelgan algunos de los más bellos ejemplos de los grandes maestros del Barroco español y los pintores del XIX.
En la provincia, la movilidad también cobra un papel importante en lo referente a las tareas pendientes del Gobierno central. La ampliación de la SE-40 –de la que solo están operativos 17 de los 77 kilómetros previstos–, del tercer carril de la A-49 hasta la provincia de Huelva o el desdoble de la peligrosa N-IV, en la que han fallecido más de un centenar de personas en la última década, son las principales inversiones que nunca logran el crédito suficiente como para que dejen de ser un quebradero de cabeza.