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Aprender idiomas sin correr riesgos

Rechazar métodos milagro para aprender y conocer la trayectoria del centro, el perfil del profesorado o el precio total del curso, claves para elegir con garantías

24 may 2017 / 14:23 h - Actualizado: 24 may 2017 / 14:23 h.
"Educación","Idiomas","Las academias arrasan"
  • Un grupo de alumnas aprende inglés en una academia de idiomas. / El Correo
    Un grupo de alumnas aprende inglés en una academia de idiomas. / El Correo

¿Sabía que conseguir un nivel B1 de cualquier idioma, desde cero, puede suponer normalmente unas 300 horas de clase, más el tiempo de estudio? ¿O que un B2 puede superar las 500 horas? Los métodos para aprender una lengua distinta a la materna han evolucionado, por suerte, durante los últimos años. Pero no hay métodos milagrosos para ello. Así que desconfíe de las soluciones rápidas y los atajos que determinados centros usan en sus publicidades.

Este es tan solo uno de los consejos que la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA-UCE), junto a la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de Andalucía (Aceia), ofrece a los usuarios para que el saber no les ocupe lugar ni tampoco les deje el bolsillo vacío y la moral mermada. Algo que puede suceder si no se tienen las garantías suficientes sobre el centro de enseñanza no reglada –aquel que no está dentro del sistema educativo oficial– en el que hemos decidido estudiar un idioma en concreto. Este sector ha experimentado un gran auge en los últimos años debido, principalmente, «a la globalización y los cambios en el mercado laboral», señalan desde la UCA-UCE.

Incluso Aceia tacha este fenómeno de «burbuja lingüística» pues, al calor de esa demanda, han proliferado los centros y academias que cumplen escrupulosamente la legalidad vigente, si bien también se ha detectado un «preocupante intrusismo en el sector, ya que son muchos los pseudocentros que abren sus puertas sin ofrecer garantías o certificaciones al alumnado», explica la UCA-UCE.

En colaboración con Aceia, se editó un folleto informativo con distintas claves para elegir un centro de idiomas con garantías, habida cuenta de la cantidad de nuevos espacios «donde nos prometen aprender idiomas desde cantidades ínfimas al mes o tomándonos un café», asegura el presidente de Aceia, Borja Uruñuela. Porque, a su juicio, el principal problema al que se enfrentan tanto los usuarios como los empresarios de estos centros es el «intrusismo», que genera una «mala imagen» del sector al hacer «promesas imposibles de cumplir». No obstante, Aceia, nacida en 1980, cree que la competencia en un mercado libre es «sana», siempre que todos se rijan por las mismas normas.

La llamada de atención que hacen a los usuarios no tiene otro fin que «evitar que no les den gato por liebre, que no sean víctimas de engaños», a tenor de las quejas que la asociación recibe sobre posibles irregularidades de algunos de estos centros.

Como principales consejos a seguir para esquivar el fraude, se encuentra conocer la trayectoria del centro, centrándonos en datos como cuánto tiempo lleva ofreciendo sus servicios así como su experiencia previa en la enseñanza de idiomas.

La pertenencia del centro en cuestión a una asociación u organismo profesional que avale su calidad siempre será un punto a favor. La propia Aceia cuenta con un total de 128 centros asociados, a los cuales acuden más de 130.000 alumnos y en los que trabajan más de 1.900 profesores cualificados.

Por otro lado, teniendo en cuenta que el alumno se inscribe con el objetivo de obtener un nivel determinado o un título en concreto, es conveniente manejar el número de candidatos que certifica el centro cada año para los niveles del Marco de Referencia Europeo (A1, A2, B1, B2, C1 y C2) y el porcentaje de aprobados para los exámenes oficiales. Por eso, lo normal es que se realice al usuario una prueba de nivel escrita y oral antes de acceder al curso.

En este sentido, también resulta útil saber si los exámenes que ofrecen cuentan con validez a escala internacional para poder optar a becas como la Erasmus, pedir trabajo en cualquier país de la Unión Europea o presentar un buen currículum de continuidad de aprendizaje.

En cuanto al tema monetario, desde Aceia y la UCA-UCE se insiste en la necesidad de conocer el precio total del curso para no tener sorpresas desagradables. Asimismo, y ante el elevado coste que puede tener el aprendizaje de una lengua, hay que evitar firmar préstamos crediticios con entidades financieras, «sobre todo si están vinculados al centro de enseñanza».

Con respecto a aspectos más legales, es conveniente comprobar si se cuenta con licencia de apertura, si los profesores están dados de alta en la Seguridad Social o si cumplen con la Ley de Protección de Datos de los clientes y están al día de todas las obligaciones u opciones de la normativa que protege a consumidores y usuarios: legislación legal de consumo, decreto andaluz de academias privadas, hojas de reclamaciones o adhesión al sistema arbitral de consumo.

Igualmente, resulta apropiado informarse sobre las características del profesorado del centro, «no solo de su situación legal para trabajar en España», sino comprobar si los docentes que imparten el idioma son licenciados, nativos o bilingües.