Asenjo pide al laicado ser «luz y sal» de la sociedad

El obsequio ha sido una cruz pectoral realizada en el taller del orfebre sevillano Jesús Domínguez, con el que los movimientos han querido reflejar algunos de los signos que subrayan el ministerio episcopal de Asenjo.

17 oct 2019 / 08:20 h - Actualizado: 17 oct 2019 / 08:22 h.
"Arte","Patrimonio","La Trinidad"
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El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha hecho un llamamiento este miércoles al laicado para que sea "luz y sal" de la sociedad, en la entrega de un presente por parte de un nutrido grupo de representantes de los grupos que conforman la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar de Sevilla, coincidiendo con las bodas de oro sacerdotales de Asenjo.

El obsequio ha sido una cruz pectoral realizada en el taller del orfebre sevillano Jesús Domínguez, con el que los movimientos han querido reflejar algunos de los signos que subrayan el ministerio episcopal de Asenjo. De este modo, como motivo central de la cruz, se sitúa la figura del Buen Pastor, "una imagen paleocristiana, referencia a su gusto por el arte y por el cuidado de nuestro patrimonio, junto a un signo importante de su ministerio entre nosotros", según ha informado la Archidiócesis en un comunicado.

A los pies del Buen Pastor aparece una fuente, con la que el orfebre pretende recordar a la Virgen María. "El agua, por su misma naturaleza y porque ha sido creada por Dios, se presenta como elemento vivificador y purificador, un elemento esencial para vivir, como María para todos nosotros". Esta fuente, además, es la Fuente de los Cuatro Caños de Sigüenza, un detalle ante el que el Arzobispo se ha mostrado "visiblemente emocionado".

En el reverso de la cruz aparece el escudo episcopal del Arzobispo, con su lema "ex alto". Y más abajo una palmera, "símbolo del cristiano porque crece en circunstancias difíciles, no se deja influenciar por el mundo; crece orientada siempre a lo alto, hacia el cielo, y siempre da fruto".

Durante la audiencia, los presentes han reconocido que Asenjo "es para nosotros un pastor bueno, paciente y cercano que durante estos años nos ha ayudado a crecer en la gracia", y que ha colaborado a "unificar y armonizar la diversidad carismática en la unidad de la Iglesia".

Finalmente, se han mostrado convencidos de que "la comunión entre los obispos y los Movimientos y asociaciones pueden impulsar un renovado compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad, en un mundo que busca a Dios sin saberlo".

Por su parte, el Arzobispo ha agradecido las palabras que le han dirigido y el cariño de los presentes, y ha confesado sentirse "impresionado" por la multitud que le ha acompañado. Ha admitido estar "contento con todo lo realizado durante los últimos años".

Su intención ha sido --ha asegurado-- procurar el "fortalecimiento de la comunión entre los distintos carismas y grupos", porque esta unidad en la diversidad es "fundamental en la vida de la Iglesia que imita la unidad de la Trinidad". Por último, ha pedido a los laicos que "sean luz y sal" en sus ambientes de trabajo, en casa y en la sociedad en general.