Así es la historia de los trajes de flamenca desde su origen

La Casa Consistorial de Sevilla ha mostrado la evolución del traje de flamenca partiendo de sus orígenes.

Carmen Osuna CarmenOsunaG /
03 may 2021 / 11:47 h - Actualizado: 03 may 2021 / 12:17 h.
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La propuesta en sí ha sido estudiada con detalle. Hablamos de una investigación sobre diferentes muestras de esta artesanía que se viene desarrollando desde mediados del siglo XIX. Fotografías, pinturas o algunas estampas, por ejemplo. A raíz de conseguir esos conocimientos, la recreación artesanal y personal sobre cada época ha visto la luz gracias a los diseñadores asignados para cada una de ellas.

La historia que cuentan sobre la evolución de este atuendo habla de que su origen, se encuentra en el vestido de maja del XVIII, algo que popularizó Francisco Goya. Aunque al principio de su consolidación entre 1870 y 1909, las gitanas y campesinas usaban ropas cómodas y ligeras acordes a sus vidas feriantes, este traje llegó a convertirse en el traje de flamenca que hoy conocemos.

Parte de la responsabilidad de este resultado, cuentan que fue gracias a las señoras de la burguesía, que, encantadas con la esencia de estas ropas, comenzaron a encargar los suyos propios para acudir al Real. Un claro ejemplo se aprecia con la Duquesa de Alba.

Estamos ante el único traje regional, que, según los responsables de esta demostración, se consigue adaptar a todos los tiempos y épocas. Para ello, tanto los tejidos como los complementos han sufrido numerosas transformaciones y su diseño, ha sido su característica principal.

Desde las mangas o la largura del talle hasta las diferencias entre el tamaño y cantidad de volantes. Por su parte, muchos materiales como el carey (prohibido en la actualidad) o el nácar, por ejemplo, han sido también productos que se adentraron en estas indumentarias gracias al tránsito marítimo entre Asia y América, algo que ha significado, el cambio en las calidades de estos.

En los años 60, después de que los mantones de Manila ya supusieran un elemento en la vida cotidiana de las mujeres, el traje de flamenca sufrió uno de sus mayores cambios estéticos. Llegaron los flecos cosidos al cuello y se suprimieron los mantones de Manila de talle que volvieron en los 70 y 90 con otro estilo: flecos largos y liso.

Un camino de largos años protagonizado no solo por sus tejidos y modas, sino también por todos los complementos y objetos como las castañuelas, que caracterizan las fiestas flamencas. El paso de la mujer que acompañaba a su marido a las ferias ganaderas por trabajo a las flamencas que, acompañadas de sus flamencos, bailan y lucen sus trajes en el Real.