Beltrán Pérez devuelve al PP al debate final de los presupuestos

Abre una «vía de diálogo» con tres nuevas condiciones al gobierno

Iñaki Alonso @alonsopons /
07 feb 2018 / 23:37 h - Actualizado: 08 feb 2018 / 09:51 h.
"Presupuestos","Beltrán Pérez","Juan Espadas"
  • Pérez, reflexivo mientras Espadas interviene en el pleno. / Manuel Gómez
    Pérez, reflexivo mientras Espadas interviene en el pleno. / Manuel Gómez

El PP, que se había quedado aislado del debate tras naufragar su presupuesto alternativo por el rechazo, informe en mano, de la Intervención y haber desechado la opción de transformar sus demandas en enmiendas, vuelve a meterse de lleno en la negociación del proyecto de presupuestos para 2018, que parecía encaminada a lo que determinara en sus procesos asamblearios la formación Participa Sevilla. En ese viraje, los populares no han tenido que renunciar a su línea de trabajo: quiere marcar su impronta. Y aunque legalmente no se pueda implantar en las cuentas para 2018, sí dará su abstención a un proyecto que «no le convence» si el alcalde, Juan Espadas, asume tres concesiones «extrapresupuestarias» que, en algunos casos, colisionan frontalmente con la filosofía aplicada hasta ahora por el gobierno socialista

De esta forma, el portavoz local, Beltrán Pérez, requirió como condición para desbloquear los presupuestos que el alcalde reclame los 14 millones que no han llegado a las arcas municipales procedentes de la Patrica –los tributos de la Junta de Andalucía– que los populares llevan años reclamando desde todos los estamentos; la adhesión, vía pleno, del PSOE a la reclamación del desarrollo de la red completa de Metro –que le otorgaría una bandera que ondear a Pérez en su carrera a la Alcaldía– y una bajada «de verdad» del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), para situar a la capital hispalense entre las de menor presión fiscal. Peticiones que, a la vista del debate presupuestario, se antojan complicadas de asumir por parte del gobierno socialista, que ha confrontado sobre todo en la demanda de los populares respecto al suburbano.

El nuevo resquicio de pacto con el PP, que Pérez definió como «una vía abierta de diálogo», llega «auspiciada», por «agentes sociales preocupados por la situación y que quieren que la ciudad cuente con un nuevo presupuesto». Y el PP, aunque no sea el deseado, se muestra proclive a que Sevilla no se quede sin presupuesto para 2018 y mantendrá su puerta abierta «hasta el último minuto».

Esas nuevas condiciones llegan en un día en el que Ciudadanos le tomó el relevo al PSOE en eso de pedir que alguien se una a su tándem para dar vía libre a las cuentas municipales. Espadas ya se encargó el martes de rogar a los tres ediles de Participa por una «abstención crítica», que pasa por ser cuestionado in voce por su gestión, pero avalado en las votaciones. A esa solicitud llegó el turno a su aliado naranja, que solicitó nuevamente al PP a abstenerse bajo el argumento de que prime «la responsabilidad más allá de los conflictos internos». El concejal de Ciudadanos Javier Moyano insistió en el propósito de su formación, que era aprobar un presupuesto «en tiempo y forma». No en vano, el pleno de presupuestos se celebrará dos meses después del pacto suscrito entre PSOE y Cs.

Pero ahí queda la búsqueda de un tercer socio. Mientras el PP expone sus nuevas condiciones, Participa Sevilla se escuda en que su decisión no va a estar motivada del malestar de sus tres concejales con los acuerdos con el PSOE, sino a la decisión que adopten sus militantes. La portavoz de la formación verdemorada, Susana Serrano, replicó al alcalde que la «responsabilidad» de sacar adelante el proyecto presupuestario no es suya, sino que corresponde al alcalde, Juan Espadas, que «intenta desesperadamente dar protagonismo a Participa porque le ha salido mal el pacto con la derecha». Así, recordó que los ediles de Participa votarán en el pleno en función de lo que determine la consulta promovida entre sus bases. En esa balanza juega, por un lado, la aceptación de 57 enmiendas al presupuesto con sello de la marca blanca de Podemos; y, por otro, las quejas por «incumplimiento» del 60 por ciento de sus aportaciones al presupuesto de 2017. Sobre este punto, el gobierno municipal rectificó a su antaño socio al asegurar que cumplió total o parcialmente el 63 por ciento de los acuerdos de investidura suscritos y que hay otro 20 por ciento en tramitación para su ejecución en 2018.