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Clientes en uno de los puestos de Pescadería José Enrique en el mercado de abastos de Las Palmeritas, en Nervión. / El Correo -
Eva, al frente de uno de los puestos de congelados en Las Palmeritas. / El Correo -
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José Ángel Rubio afirma que el pavo y el pollo campero triunfan. / El Correo
43 años lleva la plaza de abastos de Las Palmeritas, en Nervión, en una instalación provisional. Y 43 años lleva celebrando la Navidad por todo lo alto porque las cestas se llenan para la fiesta del consumo por excelencia. Sólo uno de los puestos de este mercado vende entre 800 y 1.000 kilos de marisco al día durante este mes.
Gambas, langostinos, langostas, bogavantes, cigalas e incluso angulas, corderos, pavos o pollos camperos. El menú navideño es bastante variado, pero tiene sus productos estrellas y, por supuesto, su gráfico lineal ascendente: los precios suben, pero no todo se encarece en la etapa final de la Natividad.
La primera semana de diciembre la hurta, los pargos y los besugos se vendían a unos doce euros el kilo. El día 15 de ese mismo mes, siete días después, ya estaban a 20 euros. «Y yo los vi hasta a 40 euros el kilo algún año porque entró poco pescado, así que este año dependerá también de si hay producto o no». Así lo explica José Enrique, que cumple más de 30 años detrás del mostrador de la pescadería que fundaron sus padres.
Según un informe de la OCU, los productos que más se consumen en Nochebuena y Navidad han subido en apenas dos semanas entre un 7 y un 10 por ciento. El precio del marisco puede llegar a subir en los días previos hasta un 200 por ciento comparado con cualquier otro mes. Preguntemos en el mercado.
El pescado fresco, evidentemente, sube de precio conforme se acerca la Nochebuena, pero algunos profesionales, como José Enrique, tienen sus remedios para evitarlo. «Nosotros compramos muchas cantidades cuando los precios están bajos y recomiendo al cliente que compre y congele. Otros productos, como las nécoras, las congelo yo para no tener que subir los precios», comenta.
En el puesto de José Enrique, famoso no sólo en el barrio, lo más caro son las angulas: 270 euros el kilo, congeladas. Frescas, a 800, 900 y hasta 1.000 euros el kilo. «Yo vendo un par de kilos al año para clientes que todas las Navidades me piden 200 o 300 gramos». Y es que las gambas todo el mundo las come, pero las angulas, no.
Eva, hermana de José Enrique, se encarga del puesto de los congelados. Ya el pasado día 15 casi una veintena de personas hacían cola ante sus guirnaldas y estrellas. Y no sólo del barrio. Antonia Ramos Vega, de La Rinconada, compra todos los años el marisco que pone en su mesa por Navidad en el puesto de Eva. «Por la calidad y el precio». No le importa ir tan lejos. Tiene que dar de comer a 15 personas y asegura que tiene en la cartera alrededor de 200 euros para gastar «hoy».
Y si de la mar, la gamba y el langostino; de la tierra, el cordero. Eso sí, sube un 30 por ciento aproximadamente por Navidad. Una pierna de recental costaba a mediados de diciembre 12,90 euros el kilo, mientras que durante el año se vende a 9,90 euros. Y ya no subirá más, según José Ángel Rubio, propietario de uno de los puestos más conocidos de Las Palmeritas. Vende unos 400 kilos de cordero durante estas fiestas.
Tras 25 años en esta plaza, asegura que el pavo y el pollo campero son también muy demandados por Navidad y que estos «no suben». Eso sí, tienen competencia: los rellenos, que quitan trabajo en la cocina. El solomillo relleno, a 12,9 euros el kilo, es uno de los más servidos. Y si no sabe cocinarlo, pregúntele a Emiliano Acedo, con una receta para cada carne y con ibéricos y quesos para Papá Noel, los Reyes Magos o el Grinch.