Caños de Carmona, reliquia almohade destruida en 1912

Los tres lienzos supervivientes del derribo presentan ruina provocada por el vandalismo y la climatología

18 jun 2016 / 09:40 h - Actualizado: 18 jun 2016 / 09:48 h.
"Hemeroteca El Correo"
  • La alcantarilla de las Madejas, cercana a la Puerta de Carmona y que salvaba el arroyo Tagarete. / Francisco José de Jesús Pareja
    La alcantarilla de las Madejas, cercana a la Puerta de Carmona y que salvaba el arroyo Tagarete. / Francisco José de Jesús Pareja
  • Según informa Manuel Trillo de Leyva en su obra La transformación urbana de Sevilla (1980), fueron los vecinos del barrio de La Calzada los promotores del derribo del acueducto almohade del siglo XII. Las manifestaciones públicas contra el mantenimiento de los Caños de Carmona se iniciaron el día 6 de mayo de 1911, y el Ayuntamiento accedió a la petición. La fotografía da fe del comienzo de la destrucción del monumento. / El Correo
    Según informa Manuel Trillo de Leyva en su obra La transformación urbana de Sevilla (1980), fueron los vecinos del barrio de La Calzada los promotores del derribo del acueducto almohade del siglo XII. Las manifestaciones públicas contra el mantenimiento de los Caños de Carmona se iniciaron el día 6 de mayo de 1911, y el Ayuntamiento accedió a la petición. La fotografía da fe del comienzo de la destrucción del monumento. / El Correo
  • Caños de Carmona, reliquia almohade destruida en 1912
  • La Virgen de la Madeja original que se encontraba en el Acueducto fue trasladada a la iglesia parroquial de San Roque en 1912, y allí desapareció en 1936. / F. J. J. Pareja
    La Virgen de la Madeja original que se encontraba en el Acueducto fue trasladada a la iglesia parroquial de San Roque en 1912, y allí desapareció en 1936. / F. J. J. Pareja

El acueducto (1172-1912) conocido como Caños de Carmona no tuvo casi nunca interés especial para los sevillanos, pese a ser una de las obras emblemáticas de la Isbiliya almohade (1147-1248), junto con el puente de barcas (1171), el alminar (1198) base de la Giralda, la torre del Oro (1220), la Buhaira (1195)... Tanto es así que en 1911, cuando los vecinos del barrio de La Calzada decidieron manifestarse el 6 de mayo para pedir la demolición del acueducto, el gobierno municipal no dudó en aceptar el deseo y tras rápida tramitación del expediente de las obras de derribo, éstas comenzaron el 26 de enero de 1912. Se trataba de un deseo largamente mantenido por los vecinos del citado barrio, para acabar con los problemas de salubridad y convivencia provocados por las personas que utilizaban los arcos más alejados de la Puerta de Carmona como viviendas de fortuna, generalmente inmigrantes y desahuciados de los corrales de vecinos, y que eran focos de numerosos conflictos sociales.

La ciudad perdió así un monumento notable, que ahora representaría valores extraordinarios arqueológicos e históricos con proyecciones culturales y turísticas. El origen del acueducto es romano y sobre los restos de su primitivo trazado, descubierto por los almohades, se construyó en 1172 el que llegó casi intacto hasta 1912, en su trazado, pero en lamentable estado de conservación, y del que se mantienen tres lienzos: dos en el comienzo de la calle Luis Montoto, y el tercero al final de la avenida de Andalucía, en la zona de Ranilla. Este último tramo fue reformado en 1834. Los dos lienzos iniciales están muy cercanos al lugar que ocupó hasta 1912 la alcantarilla de las Madejas para salvar el arroyo Tagarete, donde luego se construyó (1929-1931) el paso elevado sobre el ferrocarril derribado en 1991, cuando la calle Luis Montoto fue reformada.

Un vecino de la citada calle, Francisco César García, acude a nosotros para exponer el abandono que sufren los restos de los Caños de Carmona desde hace más de una década. La verdad es que después de las restauraciones generosamente sufragadas por Emasesa con motivo de la Exposición Universal de 1992, los lienzos del acueducto han sido abandonados a su suerte. El señor César García ha peregrinado con espíritu cívico por todas las dependencias oficiales que podían considerarse vinculadas al monumento, con nula fortuna. En todas partes ha entregado fotografías que denuncian los efectos de la climatología y, sobre todo, del vandalismo. Ni caso... Mientras tanto, los ladrillos siguen descarnándose, cada vez hay más huecos en los pilares, y van agrandándose los agujeros por la pérdida del adobe interior. O sea, que la ruina avanza... La placa de azulejos que recordaba a la Virgen de las Madejas, presenta los efectos de las pedradas, y el portacarteles donde al principio había un plano del acueducto y textos explicativos, hace muchísimos meses que está vacío.

Si los sevillanos de 1912 derribaron el acueducto de los Caños de Carmona, los de finales del siglo XX y principios del siglo XXI tampoco demuestran interés por conservar sus restos arqueológicos. Como clamó José María Izquierdo, en estos detalles se valora la cultura de un pueblo y de sus autoridades.

Según informa Manuel Trillo de Leyva en su obra La transformación urbana de Sevilla (1980), fueron los vecinos del barrio de La Calzada los promotores del derribo del acueducto almohade del siglo XII. Las manifestaciones públicas contra el mantenimiento de los Caños de Carmona se iniciaron el día 6 de mayo de 1911, y el Ayuntamiento accedió a la petición. La fotografía que reproducimos da fe del comienzo de la destrucción del monumento el día 26 de enero de 1912, que duró varios meses.

La Puerta de Carmona está ligada a los Caños de Carmona, el acueducto que fue símbolo de la ciudad durante ocho siglos y cuyo origen se considera romano, aunque fue rehabilitado por los almohades en 1172. Y naturalmente tanto la Puerta como el acueducto, están vinculados al Vía Crucis de la Cruz del Campo, al Cristo de San Agustín y su convento Casa Grande de San Agustín y a la Virgen de las Madejas. Todo el enclave se concentra en San Benito de la Calzada.

Nuestro corresponsal Jerónimo Luna nos ha facilitado un documento esclarecedor, que reproducimos, de la falta de sensibilidad histórica y cultural que provocó en 1912 la destrucción de los Caños de Carmona, una obra emblemática de la Sevilla almohade, construido en 1172 por el califa Abu Yacub Yusuf (califato, 1168-1184).

Fechado en Madrid el 23 de Mayo de 1911, y con las firmas de Fidel Fita, José Ramón Mélida y del Marqués de Cerralbo, conocemos el informe de la comisión académica que aprobó el derribo de unos restos arqueológicos únicos, procedentes de la época almohade, y con 740 años de antigüedad, pese a la defensa que de los restos hizo José Gestoso Pérez.

En el citado informe académico, pueden leerse párrafos como los que reproducimos: «El propósito mantenido por el Ayuntamiento de Sevilla de realizar obras de urbanización y ensanche para las cuales, dado el plan de las mismas, se considera obstáculo el Acueducto, cuya demolición se intenta; y ante el conflicto seguido, por virtud de las reclamaciones que en nombre de los intereses históricos y arqueológicos hizo la Academia, propone la citada Comisión de monumentos como medio de transacción entre esos intereses y los que se alegan como del vecindario de Sevilla, que sea permitida la demolición del Acueducto, pues que a su juicio, es obra vulgar, sin rasgos artísticos, desprovisto de interés arqueológico, y solamente sea conservado, como recuerdo del sistema de conducción de aguas a que responde el monumento, un trozo del mismo, «del número de metros que de común acuerdo sea determinado» por aquel Ayuntamiento y por la Comisión.

El acueducto hispalense, según declara el señor Gestoso en su informe, consta hoy aparte de la obra subterránea y magnífica de su alumbramiento de una construcción que se desarrolla en una longitud de mil seiscientos treinta y seis metros, en una serie de cuatrocientos y un arcos de medio punto, sobre pilares cuadrados, siendo sus fundamentos de hormigón y lo demás de ladrillo toscamente enlucido, y mostrando en parte donde la desigualdad del terreno lo pide arquería de setenta y un huecos».