‘Carmen’ pone voz a la afasia

El Salón de Actos de Capitanía General acogió anoche una gala lírica y muy flamenca organizada por la Cátedra ‘General Castaños’ y la Asociación ARPA

24 jun 2016 / 00:29 h - Actualizado: 25 jun 2016 / 00:44 h.
"Ópera","Afasia"
  • Rocío Morera, Chary Maldonado, presidenta de ARPA, y Antonio Morera. / Manuel Gómez
    Rocío Morera, Chary Maldonado, presidenta de ARPA, y Antonio Morera. / Manuel Gómez

Cuando la Asociación para la Rehabilitación y Prevención de la Afasia (ARPA) se constituyó, sus responsables decidieron que sus actos serían todos en positivo. Claro que había que explicar y sacar a la luz un trastorno poco conocido y cuya denominación es, todavía hoy, solo un fantasma para la mayoría; pero hay maneras y maneras de hacerlo. Este jueves, el Salón de Actos de Capitanía General de Sevilla –por cierto, uno de los escenarios más hermosos y desconocidos de la ciudad– acogió la gala lírica La voz de la afasia, un acto cultural y social organizado por ARPA y también por la Cátedra General Castaños.

La periodista de El Correo TV, Elizabeth Ortega, introdujo una velada en la que quedó patente que la afasia, sí, «es una afectación del lenguaje derivada de un daño cerebral». Eso, al menos, dice la teoría. Luego, a ras de tierra, y enfrentándose a ella, testimonios como el de la presidenta de ARPA, Chary Maldonado, permiten conocer qué hay tras la fría definición: «La afasia también es generosidad, gente que te abre la puerta cuando se lo pides», explicó al respecto de su experiencia compartiendo vivencias con familiares y afectados.

Un entrañable y breve documento audiovisual –en el que Maldonado se ve acompañada por su madre, Isabel Mata, afectada por esta alteración– sirvió como último preámbulo a la música, en el que se entregó un reconocimiento al General Carlos Palacios Zaforteza, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Terrestre, cuya sede, Capitanía General, acogió anoche la gala.

Resulta un tanto paradójico que en la ciudad en la que nace el mito de Carmen, la célebre ópera de Bizet sea tan poco divulgada. A falta de que el Teatro de la Maestranza se atreva alguna vez a presentar la gran producción que merece, cualquier ocasión es buena para recordar por qué Carmen es una de las obras líricas más populares de la historia del género.

Ideada por Sevilla de Ópera, esta adaptación –Carmen y su sentir flamenco– combinó hábilmente, y de manera natural, lo puramente jondo y los pasajes fundamentales de la obra. Y, al contrario que las personas que padecen afasia, con deseos y emociones, pero forzosamente encerradas en sí mismas, Carmen representa, justamente, lo contrario; la máxima exteriorización de las pasiones humanas. Por eso se nos antoja un personaje ideal para dar voz a quienes la tuvieron y, drásticamente, se han visto privada de ella.

El público pudo disfrutar, además, de una versión camerística con solistas vocales de nivel, caso de la soprano Carmen Serrano, que solventó con buena proyección y hermoso color la Habanera; o del Don José que redondeó Arturo Garralón. Jorge de la Rosa –ilustre secundario en muchos títulos del Maestranza– y María Ogueta también dejaron muestra de su talento; al igual que el grupo Sentir Flamenco.