Por la Iglesia, ante un juez o un concejal, o un notario. Cada vez son más las opciones que tienen sobre la mesa las parejas que deciden darse el sí quiero. La crisis hizo que muchas optaran por no dar este paso o por retrasarlo, como demuestran las cifras estadísticas. En los últimos años se está produciendo un repunte en el número de enlaces, que aún así suponen un millar menos que hace 20 años. Si se está pensando en unirse a otra persona sepa que los trámites que hay que seguir son diferentes en función del tipo de enlace por el que opte.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer semestre de 2016 –son los últimos datos consolidados– se casaron en Sevilla capital 1.225 parejas. En la provincia, lo hicieron 3.389, de las que 2.221 fueron civiles y 1.250 por lo civil. En 2015, en Sevilla capital contrajeron matrimonio 200 parejas más que en 2014 con un total de 2.621 parejas (78 de ellas del mismo sexo), de las que 1.478 lo hicieron por lo civil y 1.128 por la Iglesia. La cifra supone un millar menos que en 1997, cuando se registraron 3.621 enlaces, cifra que bajó a 3.397 en 2007. Si miramos los datos de hace cinco años, en 2012 y en plena crisis, tan solo fueron 2.468.
La primera decisión que tiene que tomar una pareja que quiera casarse es qué tipo de unión quiere llevar a cabo. Las dos opciones son civil o religiosa, y dentro de cada una de ellas se abre un amplio abanico. Si se opta por lo civil el trámite es más o menos similar en todos los casos. El primer paso sería acudir al Registro Civil de la población, o en caso de que no cuente con uno al juzgado de Paz. «Lo primero es que se incoa un expediente de matrimonio», explican en el Registro. Es el momento de aportar toda la documentación que sea necesaria, además de las partidas de nacimientos de ambas todas aquellas circunstancias que haya que acreditar para casos en los que los contrayentes sean divorciados o viudos.
El siguiente paso sería una entrevista con el magistrado, en el caso de Sevilla capital el encargado del Registro. «Es el trámite de audiencia reservada, en el que la pareja tiene que venir con un testigo», señalan. En esta entrevista el magistrado comprueba que no existe ningún tipo de interés ilícito en la celebración del matrimonio, como pueda ser «la obtención de la nacionalidad». «Cada semana hacemos unas 60 entrevistas, entre 14 y 17 al día», señalan.
Además de la aprobación del magistrado, la propuesta de matrimonio tiene que contar con el visto bueno del fiscal, que debe emitir su informe. Una vez superado este trámite la pareja ya podría casarse en la fecha elegida. La agenda está ahora disponible a partir de octubre.
A partir de aquí se abren varios caminos. Los contrayentes pueden casarse en el propio Registro que cuenta con una sala de bodas en la que se celebran los enlaces jueves y viernes entre las 11.10 y las 13 horas. «Cada semana celebramos 24 bodas, 12 cada día», lo que supone unos diez minutos por enlace. «Hay quien nos pide poder decir unas palabras y hacer el intercambio de anillos, a lo que accedemos para que no sea tan frío, siempre y cuando no se extienda demasiado», dicen. El año pasado de las 1.966 parejas que iniciaron expediente en el Registro, 810 optaron por casarse allí mismo. En lo que va de año, lo han hecho 316 parejas de las 1.011 que han solicitado los trámites.
Las otras opciones, la más novedosa, es que una vez superada la entrevista se elija contraer matrimonio ante un notario, que pueden celebrar bodas desde julio de 2015. Es más rápido, pero también más caro, ya que tendrá que abonar los aranceles establecidos, mientras que en el juzgado es gratis. Además, en este caso puede acordar con el notario el día elegido e incluso el lugar.
El Ayuntamiento se ha convertido también en una alternativa bastante empleada por las parejas, que solo tienen que comunicarlo en el Registro y solicitar la cita en el Servicio de Protocolo municipal, que otorgará una fecha en función de la agenda institucional del Consistorio. El año pasado fueron 344 los enlaces celebrados aquí, según fuentes municipales.
Todas estas opciones ofrecen la posibilidad de celebrar una ceremonia, al margen del verdadero matrimonio, en la que poder celebrar con familiares y amigos la unión matrimonial. Un acto que realmente no es válido, pero con el que festejar este día en el lugar que elija la pareja. Aquí ya cada uno puede organizarla a su gusto y en función de su presupuesto.
La otra opción es la vía religiosa, reservada exclusivamente a parejas heterosexuales. Si el rito es el católico, el procedimiento tiene su propio trámite, pero si es de otra confesión debe ser el juez el que autorice el enlace, que luego se oficiaría según la creencia religiosa.
Un acuerdo con la Santa Sede permite a la Iglesia encargarse de todos los trámites matrimoniales, de tal forma que los nuevos esposos solo tienen que acudir al Registro Civil para inscribir el matrimonio y que les sea entregado el libro de familia.
Uno de los últimos cambios introducidos por la Archidiócesis de Sevilla es que para contraer matrimonio eclesiástico es obligatorio estar confirmado, algo que antes no era un requisito fundamental, solo se pedía el bautismo. La pareja debe aportar la fe de soltería expedida por el párroco de su parroquia. La Iglesia, además, establece, algo similar a la entrevista con el magistrado, que en este caso se llama toma de dicho y que es un encuentro del párroco con la pareja para evaluar la libertad de la misma para contraer matrimonio canónico y si comprenden el sentido del mismo. Posteriormente, en las parroquias de cada uno de ellos se llevará a cabo las amonestaciones, que es exponer públicamente el enlace por si alguien conoce un hipotético impedimento. El coste en este caso depende de cada templo en cuestión, pero puede superar los 300 euros.