Música

¿Cómo conocer mejor a Sabina sin preguntarle nada?

Un documental de tres capítulos sobre la vida y los pecados del célebre cantautor profundiza en su personalidad a través de una treintena de entrevistas, entre las que destaca la de Cristina Zubillaga, la exnovia que le inspiró sus ‘19 días y 500 noches’

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
26 may 2020 / 18:39 h - Actualizado: 26 may 2020 / 18:44 h.
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  • Parte del cartel promocional del documental. / El Correo
    Parte del cartel promocional del documental. / El Correo

Atresmedia estrenó el pasado domingo –de momento solo en Atresplayer Premium- un documental, Pongamos que hablo de Sabina, que ha causado sensación no solo por las declaraciones de la examante que más ha influido en las más célebres canciones del más célebre de nuestros cantautores, la exmodelo mallorquina Cristina Zubillaga, sino porque demuestra cómo puede conocerse mejor a un personaje desde la periferia de quienes lo han tratado en sus mejores momentos que preguntándole directamente a él en el reducido momento de la actualidad. “Primero no pudimos entrevistarlo por cuestión de agenda”, dice el periodista cordobés y residente en Sevilla Manuel Guerrero, responsable del guion, del rastreo de la documentación y de las preguntas de casi todas las entrevistas a terceros, “pero después vimos que era mucho más interesante rescatar sus propias declaraciones a lo largo de cuatro décadas que hacerle una entrevista de media hora y que nos diera solo la versión de ahora, de un Sabina mucho más comedido, que no es el que fue”.

El caso es que, a lo largo de hora y media, y con declaraciones de personajes de toda condición que lo han conocido bien, desde El Gran Wyoming hasta Baltasar Garzón, pasando por Ana Belén, Almudena Grandes, Vanesa Martín, Celia Villalobos, Esperanza Aguirre o Pablo Iglesias, entre otros muchos, se reconstruye ese personaje tan poliédrico que es el artista de Úbeda (Jaén), aquel muchacho de la calle melancolía que, con los años, se convirtió en un indiscutible icono de la evolución de nuestro propio país, un intelectual sin pelos en la lengua que siempre ha sorprendido por su habilidad para el soneto y para no plegarse a ningún cliché preestablecido, amante de los toros y a quien Nuria Fergó, tras su éxito en OT, le rechazó una oferta para grabar algo juntos por considerarlo “un viejo verde”.

¿Cómo conocer mejor a Sabina sin preguntarle nada?
Cartel promocional del documental.

El segundo capítulo podrá verse el próximo domingo 31, y el serial no defraudará porque “se ha hecho con la más absoluta de las libertades”, según Guerrero, a quien le sorprendió, durante su trabajo de un año, que su primer mánager, Paco Lucena, dijera de Sabina que lo mejor de su producción poética se concentra entre 1983 y 1999, es decir, “desde que empezó a consumir droga hasta que la dejó”.

Y sin embargo

El documental ha causado tanto revuelo a nivel internacional que ya se han hecho eco del mismo medios de comunicación del Viejo y el Nuevo Mundo. Sin duda, uno los motivos de su éxito es que Cristina Zubillaga haya roto su silencio de más de 30 años. Joaquín y ella se habían conocido en 1986 en una discoteca de Madrid. “Los dos dejábamos a quien nos acompañara para acabar la noche juntos”, dice Zubillaga en la entrevista, quien recuerda cómo Joaquín dejaba una copia de la llave de su casa a todo el mundo. “Me levantaba y me encontraba a gente en la casa. ‘No, es que estoy aquí para enseñarle la casa de Joaquín a esta amiga’ me decía uno. ¡Que era mi casa! Yo salía en camisón. Menos mal que siempre he sido muy presumida e iba muy arregladita”, ha contado de aquella época, que terminó en una cena en Menorca, como habría de confirmar el propio Sabina en otra entrevista suya. “La chica que yo conocía desapareció, pero desapareció entre la sopa y el postre”. El resto de la historia es canción: “Y tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla 19 días y 500 noches”.

¿Cómo conocer mejor a Sabina sin preguntarle nada?
Sabina y Cristina Zubillaga.

Zubillaga, musa de otras muchas canciones del ubetense, asegura que hay otras que le gustan más, como “Contigo”, “A la orilla de la chimenea” o “Y sin embargo”.

Torero de depresiones

El documental, dirigido por Alberto del Pozo y presentado por el televisivo Iñaki López, consta de tres episodios de media hora: Pongamos que hablo de sus pecados, Pongamos que hablo de sus amores y Pongamos que hablo de sus pasiones. En el conjunto se reparte material inédito: una canción y fotografías desconocidas hasta el momento.

Del artista que vivió sus días de vino y rosas con Cristina Zubillaga, quien cuenta cómo hacían muchas fiestas en casa porque Joaquín sufrió un arresto domiciliario por un altercado con una seguidora, relata también la novelista Almudena Grandes, muy amiga suya, que el ictus que sufrió en 2001 derivó en una depresión, crónica desde entonces, y que empezó a cultivar más amistades literarias que musicales. “Joaquín torea la depresión bastante bien porque es una compañera de viaje”, señala la autora de Los aires difíciles, que cuenta en uno de los capítulos que está por venir una sabrosa anécdota de uno de sus cumpleaños en Rota al que acudió Joaquín acompañado nada menos que del Premio Nobel Gabriel García Márquez.

Cada capítulo del documental es rematado por una versión que hacen tres artistas actuales de tres de sus canciones con más alcance: su sobrina Zahara, que versiona Pongamos que hablo de Madrid; Salvador García Pitu, que hace Contigo, y Pablo López, que interpreta Quién me ha robado el mes de abril.