No me dejes mudo. Es el contundente y atinado lema con el que se ha presentado este martes, en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla –el Consistorio es una de las instituciones que se ha adherido este año a la iniciativa–, la tercera edición del Festival de Cortos y Salud Mental (Cine Mental), un certamen organizado por la Asociación de Familiares, Allegados y Personas con Trastorno Mental Grave (Asaenes) y los hospitales universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío al que se han presentado este año más de 200 trabajos procedentes de una veintena de países (de Israel a Groenlandia, de Rusia a Canadá...) y del que han sido escogidos 22 cortos, que serán los que se proyecten entre los días 16 y 20 de mayo.
Rocío Lozano, presidenta de Asaenes, quiso «hacer un llamamiento para que se dé voz al colectivo de personas con enfermedad mental, que queremos avanzar», porque entiende que «la sociedad en su conjunto es la única que puede combatir el estigma, que es el objetivo de esta tercera edición del festival».
Manuel Romero, gerente de los dos hospitales organizadores, recalcó «el papel del cine, que no es una mera forma de contar la realidad, sino también una forma de cambiar esa realidad», y abogó por que «los pacientes mentales graves estén integrados en la sociedad».
La delegada de Salud de la Junta, María Ángeles Fernández Ferreiro, reveló que «según la OMS, el estigma de la salud mental es universal» y «todos debemos contribuir a erradicarlo» y a «luchar contra los mitos que favorecen ese estigma, como que los enfermos mentales son raros o no pueden trabajar».
El último en hablar fue el alcalde Juan Espadas, que abogó por crear «una alianza de todos para conseguir algo que es de justicia social» y, sobre todo, por trabajar con los jóvenes en los centros educativos «para que algunos esfuerzos que ahora son titánicos se hagan de forma natural dentro de un tiempo».
Tras la presentación, los cuatro actores embajadores del festival disertaron sobre la visión de los enfermos mentales en la gran pantalla. María Galiana opinó que «sigue siendo peyorativa casi siempre» porque «aunque se ha evolucionado mucho, hay todavía muchas dificultades y mucha incomprensión».
A Maica Barroso le interesa sobre todo «dar voz a la gente que no la tiene» y hacerlo «sin clichés». Sebastián Haro, que tantas veces ha interpretado a un yonqui, cree que «es necesario observar mucho, mirar a la calle», a lo que Ana Fernández añadió «el trabajo de campo» y «la convivencia con personas que lo padecen» para «sentirlo en la piel».
Los finalistas –15 cortos nacionales (cinco andaluces), cuatro realizados en Italia, dos en el Reino Unido y uno en Francia– podrán verse de forma gratuita y hasta completar aforo en cuatro sesiones que se desarrollarán en la Casa de la Provincia (días 17 y 18, en horario de tarde) y en el aula magna del Virgen Macarena (18 y 19, en horario de mañana).
La inauguración (día 16) y la gala de clausura (20) serán en el salón de actos de la Fundación Cajasol. Además de las proyecciones, profesionales del ámbito de la salud, el cine y la comunicación analizarán los trabajos y debatirán en mesas redondas después de cada sesión. Todo el programa en www.saludcinemental.org.