«Completamente destruido» por un incendio de origen incierto

Los técnicos de Defensa son incapaces de establecer si el avión se incendió al impactar en el suelo o al chocar con una torre de alta tensión de la finca

18 sep 2017 / 22:16 h - Actualizado: 18 sep 2017 / 22:53 h.
"Aeronáutica","Accidentes aéreos","A400M","Accidente A400M"
  • Extractos del informe entregado por Defensa al juzgado que lleva el caso. / El Correo
    Extractos del informe entregado por Defensa al juzgado que lleva el caso. / El Correo

El A400M accidentado el 9 de mayo de 2015 quedó «completamente destruido» como consecuencia del grave incendio que sufrió tras colisionar en una finca agrícola de La Rinconada. Sin embargo, el informe de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM), que ha sido entregado a la jueza del caso más de dos años después del accidente, no es capaz de precisar si el fuego se originó como consecuencia del impacto inicial contra el suelo o si fue posteriormente al arrastrar una torre de alta tensión.

«No se ha podido determinar si el incendio se originó como consecuencia del impacto inicial del terreno, o de la posterior colisión con la torre de alta tensión», señala el documento al que tuvo acceso este periódico. «Se considera probable que el contacto con la torre favoreciera la rápida difusión del fuego», añade en una de sus conclusiones. Según detalle el informe, el MSN023 colisionó con una torre de alta tensión instantes después de su contacto con el terreno» en el momento en el que el fuselaje estaba en pleno arrastre y antes de que se detuviera. Esta colisión se produjo en el plano derecho de la aeronave «arrancándola de su base y partíendola en dos partes de unos 5 y 18 metros, respectivamente».

El incendio hizo que el interior del aparato se llenara de un «humo negro» espeso en pocos minutos, aunque el fuego no llegó de forma inmediata a la cabina. Sin embargo, poco después se propagaría, en parte, gracias a las 40 toneladas de combustible que portaba el avión. Esto hizo que los cuerpos de las cuatro víctimas que no pudieron abandonar el aparato fueran localizados carbonizados.

El hecho de que el avión tomara tierra sin tener desplegado el tren de aterrizaje hizo que el impacto fuera mayor, ya que «es uno de los elementos diseñados para absorber parte de la energía del impacto». Es más, tampoco el hecho de que la cabina de pilotaje estuviera más elevada evitó que la zona del impacto fuera mayor en la zona delantera del fuselaje. Aún así, las lesiones que sufrieron los tripulantes fueron incompatibles con la vida, pero sí «pudieron dificultar el abandono de la aeronave».

En cuanto a los sistemas de retención, el informe señala que el incendio los destruyó, por lo que el testimonio de los supervivientes es lo único de lo que disponen para aseverar que toda la tripulación los llevaba. En este sentido, el documento también señala que dos de los tripulantes iban sentados en la llamada zona de descanso de las tripulaciones, que no debe ser utilizada ni en el despegue ni en los aterrizajes, pero en este caso uno de los dos ocupantes que iban en los mismos salvó la vida, con lo que «no se puede relacionar el fallecimiento con el hecho de que fuera sentado en esta zona». Por último, también destaca que el fuego redujo a «polvo» componentes como memorias y tarjetas de un portátil y de un iPad que llevaban a bordo.