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Comprar con abanico o paraguas

Los mercados de San Jerónimo, Candelaria, Arenal o Cerro del Águila están pendientes de obras en la techumbre y de la reparación del aire acondicionado

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
24 may 2017 / 06:59 h - Actualizado: 24 may 2017 / 12:38 h.
"Sobrevivir en la plaza"
  • Los vecinos de la Candelaria vuelven a alertar de problemas con el aire acondicionado, reparado de urgencia el año pasado. / Pepo Herrera
    Los vecinos de la Candelaria vuelven a alertar de problemas con el aire acondicionado, reparado de urgencia el año pasado. / Pepo Herrera
  • Comprar con abanico o paraguas

Los mercados sevillanos no siempre han tenido un mantenimiento adecuado a lo largo de su existencia. En la mayoría de los casos, su cuidado ha dependido de la intensidad de las reclamaciones de vecinos y comerciantes. Filtraciones, goteras, losas que se levantan al pasar, puertas descolgadas, falta de aire acondicionado, estructuras anticuadas y en desuso... Son algunos de los retos que tienen determinadas plazas de abastos.

Uno de los casos más sangrantes es San Jerónimo. Hace unos años el edificio perdió la mitad de su extensión debido al mal estado de las instalaciones. La tapia que se levantó sentenció su futuro. Poco a poco los puestos fueron echando la persiana mientras que se iban agravando los problemas de filtraciones en la cubierta y de acumulación de suciedad y ratas en la zona clausurada. También cerraron buena parte de los locales del perímetro del edificio. «Es una pena. Lo han dejado morir. Ahora sólo quedan tres puestos, uno de ellos es un bar», asegura el portavoz vecinal, Juan José Conde, que ha alertado en más de una ocasión de la necesidad de realizar «una actuación integral» tras las caídas de cornisas en la fachada del vencido inmueble de la calle Sábalo. El Ayuntamiento ha sacado a licitación el arreglo de las cornisas y la mejora de las instalaciones.

En el mercado de la Candelaria hay que comprar con paraguas cuando llueve y a golpe de abanico cuando sube el mercurio. El techo hace aguas y el aire acondicionado está averiado «justo ahora que empieza el calor y el verano está a la vuelta de la esquina». El representante vecinal, Francisco Robledo, ha denunciado estas deficiencias, en especial el sistema de refrigeración: «Hay que arreglarlo ya. Con el calor no hay quien compre». Pero hay más. Las losas del suelo se encuentran en mal estado y la puerta de la plaza Doctor Andreu Urra lleva tiempo estropeada: «Sólo se puede abrir una hoja, la otra ha quedado fija. El día que ocurra una emergencia, vamos a tener un problema», alerta Robledo.

En el mercado del Arenal la queja más común está relacionada con una «gestión antigua, deficiente y arcaica». Consideran que el espacio está «desaprovechado» teniendo en cuenta el enclave privilegiado que tiene, en pleno centro, con un paso fluido de turistas. Así, si en la Boquería de Barcelona entran al día 5.000 personas y en verano llegan a 50.000; en el Arenal las cifras descienden a 120 o 150 al día. Tampoco ayuda la mala climatización del edificio «con un calor asfixiante en verano». Hay días en los que llegan a registrar máximas de 50 grados y a los placeros les resulta imposible mantener los productos en los mostradores.

En el Cerro del Águila están pendientes que de que se ponga en marcha un proyecto de renovación de las instalaciones. Los placeros han planteado al Ayuntamiento la reforma y modernización de los puestos, así como la sustitución del pavimento de las calles interiores, con un estado deficitario desde de las últimas obras. Como sucede en otras plazas de abastos de la ciudad, también aquí avisan de tener continuos problemas con el sistema de refrigeración. «El aire acondicionado va y viene, y hay que arreglarlo bien para estos meses de verano que llegan», afirman los placeros cerreños, que no saben en qué momento podrían acometerse las obras de albañilería para evitar que éstas afecten a las ventas. «Tenemos que ver cuándo sería la fecha mejor para todos», confiesan.

La reforma que experimentó el mercado del Tiro de Línea hace siete años ha aplacado la demanda de estos placeros. El proyecto ejecutado contempló la reparación de las maltrechas cubiertas y la instalación del aire acondicionado. Aún así, los comerciantes reconocen que quedan algunas mejoras por hacer, aunque «ya menores». Entre ellas refieren la instalación de unas viseras para esquivar la lluvia a la hora de descargar el género de los camiones y la sustitución de las tapas del alcantarillado de las calles de esta plaza de abastos del sur de la ciudad. También el Ayuntamiento ha anunciado obras de mejora para esta plaza.