Pulmones urbanos

Cuando el verde que vale no es el del dinero

El Ayuntamiento de Sevilla aplicará a partir del 1 de abril un nuevo modelo de zonas verdes que, de primeras, prima las cláusulas sociales y pone freno a las bajas temerarias.

27 oct 2016 / 09:11 h - Actualizado: 27 oct 2016 / 09:13 h.
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El verde que vale, en la mayoría de casos, es el del dinero. Y, de hecho, así se palpó en tiempos de crisis. En 2012, con el PP recién aterrizando en el poder y con el objetivo de podar unos gastos que ahogaban las cuentas municipales, optó por un macrocontrato de cuatro años y dividido en seis lotes que acababa con «el despilfarro» de mandatos anteriores, gestionado en pequeños contratos. Esa era la filosofía y, de hecho, el PP defiende que ese modelo es el que ha heredado el Gobierno de Juan Espadas, que implantará su propio macrocontrato, dividido en diez lotes, a partir del 1 de abril.

Pero el modelo difiere. No tanto en la superficie atendida –superior a las 700 hectáreas– pero sí en el concepto de verde. El coste importa pero no es lo importante. Y, en ese eje diferenciador es el que se ha sustentado el actual gobierno municipal. En primer lugar, la cuantía es un 20 por ciento mayor, elevándose el montante de los diez lotes en 59 millones de euros. Pero, dentro de esa búsqueda que el verde que prime sea de la masa arbórea y forestal, ha apostado por rebajar el peso de los criterios económicos, que sólo representan 30 puntos. Además, se suma que las ofertas no podrán estar un 2 por ciento por debajo de la media presentada. Mientras se prima los cláusulas sociales: ganará puntos quién realice incorpore en los 338 contratos a colectivos de difícil inserción laboral (mínimo del 10 por ciento) o mujeres (40 por ciento). También se incorporarán criterios ambientales como la eliminación del glifosato, el reciclaje de restos vegetales, proyectos para aprovechar las naranjas amargas recogidas o el uso del vehículo eléctrico. O dicho de otra manera, pensar más en verde que nunca.

ARBOLADO EN RIESGO

Una de las particularidades del nuevo contrato que entrará en vigor el próximo 1 de abril es dar continuidad a ese mapa de riesgos del arbolado que emprendió, a principios del presente mandato, el Gobierno de Juan Espadas. Ahí se detectaron, en un primer vistazo, 2.477 árboles cuyo estado podría suponer un peligro para los viandantes. La vigilancia se mantendrá en los diez lotes, aunque se tendrá especial en aquellos que afectan al arbolado de las calles de la ciudad y los pequeños parques (143 que tienen una superficie que oscila entre las 0,2 y las 5 hectáreas). Así, partiendo del inventario municipal y cruzándolo con un estudio que identifique las zonas de mayor o menor presencia de usuarios, las empresas que sean adjudicatarias elaborarán «un mapa de riesgo aparente de arbolado», que permitirá hacer una criba sobre las especies potencialmente en peligro. Además, «con el objeto de que ningún árbol escape a este estudio», las empresas deberán llevar a cabo durante el primer año de contrato una inspección partiendo de un método que consiste en la inspección in situ de cada zona por un especialista en la materia. La preocupación por el estado del arbolado es tal que se les exigirá a las adjudicatarias informes mensuales y una memoria anual de los trabajos realizados.

RECOGIDA DE NARANJAS

El macrocontrato tiene en cuenta cómo se debe proceder para la recogida de la naranja en los casi 35.000 naranjos que hay en las calles de Sevilla. El pliego recoge que la empresa deberá emprender la recogida «con el máximo respeto hacia los árboles». «Está prohibido el vareo de ramas, así como sacudir las copas violentamente de forma que puedan provocar daños y fracturas de ramas», recoge el documento, que marca también que la recogida debe ser completa, incluso «la naranja verde y la existente en la zona alta de las copas». Dentro del esmero que ha de dedicarse a estos trabajos, se incide en el hecho de retirar el fruto antes de que estos se precipiten al suelo. Por último, se tendrá que confeccionar una programación mensual de recogida, además de informar con tres días de antelación on line de las calles afectadas para ponerlo en conocimiento del Cecop, Policía Local y Lipasam.

BATALLA AL PICUDO ROJO

El Ayuntamiento de Sevilla pretende plantar la batalla definitiva al picudo rojo, ese incómodo bicho que tanto daño ha hecho a las palmeras de la ciudad en etapas anteriores. Así, el macrocontrato de zonas verdes obliga a la empresa adjudicataria a cumplir unos requisitos de sanidad vegetal. Ahí entra realizar «en el primer mes de contrato» una programación general de los tratamientos que se llevarán a cabo para evitar que se siga extendiendo la plaga por las palmeras que son de propiedad municipal. La prioridad del servicio de Parques y Jardines se centra, y así se recoge en los documentos, en actuar sobre las palmeras observando, protegiendo y, en caso de muerte de algún ejemplar, retirando y destruyendo sus restos para evitar la existencia de focos que puedan difundir el parásito, al resto de palmeras. Y es que el picudo rojo tiene como hándicap que es un insecto que se propaga con mucha rapidez.

CONTRA LOS HERBICIDAS

El Ayuntamiento ha aprovechado estos pliegos para dar cumplimiento a lo aprobado en el pleno de abril pasado, cuando se acordó la prohibición expresa de utilizar herbicidas que contengan en su formulación el glifosato y sustituir los que contengan esta materia activa por otros como el ácido acético, en estos momentos en experimentación, u otros métodos como los mecánicos o los térmicos. Así, los pliegos de condiciones remarcan que será obligación de la empresa adjudicataria proponer métodos alternativos, consensuados con la dirección técnica de Medio Ambiente. «Se procurará que todos los productos utilizados no generen emanaciones que puedan provocar gases de efecto invernadero y, en cualquier caso, tengan baja toxicidad para el medio ambiente», señalan.

PLAN ÁRBOL EN LOS COLEGIOS

El nuevo contrato de zonas verdes se desliga del Jardín Americano, que pasará a cuidarse con manos municipales en un intento de recuperar este espacio que antaño sirvió para recoger las especies más exóticas del nuevo continente. Sin embargo, se incorpora a estos pliegos tanto el Parque Central de Sevilla Este –situado en el entorno de Aquópolis y que empezará a cobrar mayor actividad entre finales de año y principios de 2017– y otros elementos como los huertos urbanos y el arbolado de los colegios. Los pliegos recogen con detalle dónde se encuentran los 4.600 árboles y 600 palmeras de los centros educativos y los edificios municipales de la capital hispalense. También se tiene en cuenta en los pliegos una atención a los 348 zonas de juegos infantiles.

UN MANUAL DE PODAS

Hasta tal punto se quiere cuidar el arbolado de la ciudad que la Dirección General de Medio Ambiente y Parques y Jardines se ha extendido en un inmenso dossier ya no sólo de la poda, sino hasta de la forma de podar. Quince folios conforman el manual de poda que recogen los pliegos. Así, se centra de primeras en una poda del arbolado, donde se recoge que deberá tener un carácter anual, aunque «se intervendrá todas las veces que sea necesaria ante situaciones de peligro de caída de ramas» o posibles desprendimiento. Además, se señala cómo se debe realizar «correctamente» los cortes. «En ningún caso, sea cual sea el diámetro de la rama, podrán producirse desgajes en su eliminación, por lo que deberá emplearse siempre la regla de los tres cortes», recoge el documento. Además del arbolado, se exponen una serie de requisitos para las podas de arbustos y palmeras.