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Aglomeración en un comercio de Sevilla al comenzar las rebajas. / Jonathan Palanco -
Las calles comerciales del centro se atestan. / J. M. Espino (Atese) -
Las bolsas, distintivo de la época de rebajas. / José Luis Montero
Las rebajas no son lo que eran. Las calles del centro están llenas de escaparates que anuncian descuentos nada más haber comenzado el año, cuando los Reyes Magos todavía hacían acopio de regalos.
Para el pequeño comercio la temporada de descuentos se ha diluido con la libertad para establecer periodos de abaratamiento de precios. Es la postura de la patronal Aprocom, que habla de «ley de la selva» con la «liberalización total», en palabras de su presidente, Tomás González.
«Y especialmente malo para el consumidor: no sabe cuándo empiezan y cuándo terminan, no como cuando todo el mundo sabía que arrancaban el 7 de enero y finalizaban el 28 de febrero. Esto ha provocado que la marca Rebajas se disgregue. «Antes había un mes de compras masivas. Ya no, se compra a lo largo de todo el año y al tercer día de rebajas tienes el público de siempre».
Las rebajas, recuerda, tienen todavía cierto peso en el balance de las tiendas de moda textil y de calzado, que cambian su oferta de productos cada año, por lo que Aprocom, que cuenta con 5.000 afiliados en Sevilla, reclama un pacto con las grandes empresas distribuidoras y las grandes superficies para volver a fijar periodos claros de rebajas para las temporadas otoño-invierno y primavera-verano.
No todas las asociaciones están de acuerdo. El colectivo Alcentro de pequeños comerciantes se ha manifestado más partidario de la libertad de horario –debido a factores como el turismo o los horarios de los gigantes comerciales con los que comparten ecosistema–.
Pero... más allá de las asociaciones, ¿cómo viven las rebajas los pequeños comercios? Alfonso Jiménez está al frente de cinco tiendas en la ciudad de Sevilla y otra en Mairena del Aljarafe, Zapatos Sin Estrés. Por tanto, se encuadra en uno de los sectores en los que las rebajas pueden ser cruciales. En cada una de estas zapaterías trabajan unas 10 personas de media.
«Antes las rebajas eran el momento de dar salida a los [productos] excedentes de la temporada. Quien tenía que hacer rebajas agresivas era porque la temporada había sido mala. Sí, eran la guinda del pastel, aunque no tan decisivas como para hundir o salvar un negocio. Y cuando comenzaban el 7 de enero todo el mundo esperaba un porcentaje de descuento significativo.
Hoy día, con la libertad de rebajas, muchos comercios la adelantan a diciembre, la mayoría, al 2 de enero, y además ha llegado lo del Black Friday, con lo que la temporada de compras se diluye desde noviembre y ya no existe ese boom de los primeros 15 días de rebajas.
Ahora las compras masivas son más cortas y en 2017 habrán terminado el 15 de enero.
Zapatos Sin Estrés ha adelantado este año las rebajas (en 2016 comenzaron el 7 de enero, ahora llevan desde el día 2, explica Jiménez) y con eso esperan aprovechar el último tirón navideño y mejorar las del año pasado, cuando fueron «buenas hasta el 20 de enero».
Manuel Rodríguez trabaja con su hermano en un pequeño comercio especializado en electrodomésticos, Isla del Tesoro. Su fuerte no son las rebajas ni los bajos precios, sino «la atención al cliente, buscar el modelo adecuado a la necesidad particular, el aparato justo para ese cliente», por lo que para este negocio las rebajas no son un periodo crucial y su oferta frente a las grandes cadenas y superficies no se distingue por el precio.