«Cuando Espadas cogió la mano a Participa e IU sabía donde se metía»

Dentro de ese clima de tensión entre el gobierno y sus aliados de inicio de la que llama «izquierda radical», el líder de la formación naranja aprovecha ese hueco para reivindicar su papel de negociador y de oposición «constructiva pero a la vez exigente»

Iñaki Alonso @alonsopons /
15 jun 2017 / 07:00 h - Actualizado: 15 jun 2017 / 09:00 h.
"Ayuntamiento de Sevilla","Ciudadanos","Balance en el ecuador del mandato","Javier Millán"
  • Javier Millán, en las calles del centro de Sevilla. / Jesús Barrera
    Javier Millán, en las calles del centro de Sevilla. / Jesús Barrera

{Javier Millán ha sabido en dos años encontrar su hueco. Se ha hecho un traje de negociador, capaz de colgarse medallas de lo pactado por el gobierno a la par que lo critica en espinosos asuntos como el del taxi. Es el único apoyo de Espadas tras la ruptura de la que llama «izquierda radical», que le corresponde con el apelativo de «socio de gobierno» del PSOE. Él ni se inmute. El sigue don erre que erre en eso de tender puentes «con casi todo el mundo».

—¿Cuál es su valoración del gobierno de Espadas, donde Cs ha sido parte activa?

—Han sido dos años perdidos. El alcalde ha sido incapaz de cambiar el rumbo de la ciudad y seguimos estancados, incluso perdiendo competitividad, como en turismo. Los grandes proyectos como Gavidia, Altadis, el Metro o Ciudad de la Justicia siguen empantanados. Le doy un sobresaliente en venta de humo y un suspenso en hechos. Queda mucho por hacer para que Sevilla funcione y ahí está pendiente la policía de barrio, la red de aparcamientos en los barrios, la limpieza,...

—¿Cree que Sevilla sigue con esa bronquitis agudas que diagnóstico en el primer debate del estado de la ciudad?

—Sigue en shock. No ha habido impulso definitivo. Por ejemplo, este gobierno ha sido incapaz de darle un giro a la obtención de licencias. No podemos permitir un retraso de año y medio con alguien que quiere invertir 250 millones en un centro comercial. Estos inversores me visitaron y casi se me pusieron a llorar haciendo la comparativa entre lo que se hace en Valencia, donde Urbanismo lo lleva Podemos, y lo que les pasa en Sevilla. Aquí sufren las de Caín, con trámites hasta triplicados. Hay que unificar Urbanismo y Medio Ambiente, tener un interlocutor único para grandes proyectos y simplificar las ordenanzas.

—Sobre las ordenanzas, ¿confía en que llegue esa bajada del IBI que pactó para 2018?

—Es una bajada incondicional y se vigilará con un grupo de trabajo, donde se analizará la situación económica financiera del Ayuntamiento.

Aquí entra la teoría de la manta, si se baja impuestos habrá menos para invertir.

—La combinación bajada de impuesto y la simplificación de la burocracia provocará la reactivación económica. Eso incrementará la recaudación. No le compro a la izquierda radical que a mayor presión fiscal más política social.

Habla de izquierda radical, ¿cómo valora lo ocurrido en el encierro del Consistorio?

—El populismo y la frivolidad están en su apogeo. Cuando Espadas hace dos años cogió la mano a Participa e IU sabía donde se metía. Pero su prioridad era obtener la Alcaldía pese a esos socios. Ya se sabe, si con niños se acuesta meado se levanta. Las instituciones son prostituidas por unas banderas populistas. La gente espero que valore las dos formas de oposición: los que construimos, somos exigentes y nos preocupan los problemas de la ciudad y los que están buscando cualquier excusa para montar un circo. En los últimos días, una legítima reivindicación laboral ha sido tapada por una disputa política basada en la confrontación por la confrontación.

Desde el otro lado lo llaman el socio de Espadas, ¿le puede afectar de cara a 2019?

—Al final la lluvia fina cala y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Nuestra filosofía es buscar el acuerdo para qué y no con quién. Por ejemplo, he propiciado un encuentro de toda la oposición por el reglamento del pleno. En el taxi, no hay nadie más contundente que Cs. No somos ni azules ni rojos, estamos en medio y podemos llegar con acuerdos con casi todo el mundo.

Con un pacto presupuestario de por medio, ¿cómo va sus condiciones: Año Murillo, Artillería, BTR?

—Nos lastra que, por incapacidad del gobierno, los presupuestos se hayan aprobado tan tarde. Pero queda claro que es una prioridad para el gobierno ejecutar lo acordado por Cs. El balance llegará el 15 de septiembre. Hay temas que se han avanzado como ayudas al comercio tradicional, los alquileres de viviendas privadas o medidas para acortar el trayecto en autobús de Sevilla Este al centro.

Le preocupa que no se ejecute su aspiración del Cercanías al aeropuerto.

—Es nuestro proyecto bandera y de ahí no nos apeamos. Confiamos en que se firme un convenio de las tres administraciones para encarrilarlo. Lo primero es emplear los recursos que están, gracias a nosotros, en los presupuestos andaluces y municipales, para redactar el proyecto.

—¿Cómo se acaba con la mafia del taxi?

—Primero hay que reconocer que Sevilla tiene un problema desde hace 20 años y hay que tener valentía. Cs plantea la solución, avalada por la Justicia y puesta en marcha en otras ciudades, del turno rotatorio. Hemos exigido que Espadas implante ese turno, porque en el caso del taxi damos al delegado de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, por amortizado. La honestidad de la mayoría del personal del taxi reivindican que se defienda su derecho al trabajo en toda la ciudad de Sevilla, incluido el aeropuerto. ~