Del alquiler de bicis a una sesión de teatro

Junto a los puestos tradicionales se abren negocios entre los que triunfan los productos ‘gourmet’

24 may 2017 / 06:41 h - Actualizado: 23 may 2017 / 21:25 h.
"Barrios","Mercados","Sobrevivir en la plaza"
  • En el mercado del Arenal, junto a los puestos tradicionales, se ha instalado un negocio de alquiler de bicicletas. / Manuel Gómez
    En el mercado del Arenal, junto a los puestos tradicionales, se ha instalado un negocio de alquiler de bicicletas. / Manuel Gómez
  • En el mercado de Triana hay una pequeña sala de teatro. / Manuel Gómez
    En el mercado de Triana hay una pequeña sala de teatro. / Manuel Gómez

Los mercados de abasto de Sevilla dijeron adiós hace años al concepto más puro y clásico de plaza. Empujados por el panorama adverso que dejó la crisis, los nuevos modelos de familia y de consumo, no son pocos los negocios que se salen del canon. Desde un puesto de alquiler de bicicletas pasando por los bares, peluquerías, pastelerías o salas de teatro, para llegar a la última tendencia: los productos gourmet.

En concreto, uno de los mercados más antiguos, el del Tiro de Línea, ha puesto en marcha varias iniciativas como una nevera solidaria donde tanto los placeros como los vecinos que quieren colaborar contribuyen a llenarla con el excedente de sus negocios o incluso con algún que otro tupper de comida –clasificada con fecha de caducidad– y que posteriormente estos productos se distribuyen entre las familias más desfavorecidas del barrio. La plaza del Tiro de Línea puede presumir además de ser la primera en haber acogido un concierto de la Banda Municipal y de contar con un desfibrilador –como en Pino Montano–, que se instaló a petición de los placeros tras un incidente ocurrido en sus instalaciones. Otro de los servicios que ofrece es una suerte de biblioteca pública, auspiciada por la asociación de vecinos Santa Genoveva-Tiro de Línea, que permite el préstamo de libros a los usuarios del mercado.

En el mercado del Arenal, de 1978, entre los puestos clásicos se encuentran también, amén de los establecimientos de hostelería, uno dedicado a la venta de vinos, otro especializado en comida vegana e incluso un negocio de alquiler de bicicletas, que causa furor entre los turistas.

Propios y ajenos son los que acuden a la plaza localizada junto al puente de Triana a disfrutar de obras de teatro en la coqueta sala que se abre en uno de sus puestos. Nada tiene que envidiar a otros espacios de la ciudad las tablas de este pequeño escenario que dinamiza la clientela de un mercado en el que también destacan los puestos de ostras y comida japonesa o los exquisitos dulces del afamado Manu Jara.

En la gastronomía encuentran también su baza los placeros de la calle Feria. Alrededor del mercado han proliferado los negocios de restauración –sobre todo en Calderón de la Barca– que se mezclan con los puestos tradicionales, los ultramarinos y las abacerías que venden sus productos para el consumo en improvisadas barras en los alrededores del edificio. Una apuesta que ha supuesto un nuevo modelo de negocio para los placeros que incluso alargan sus horarios para adaptarlos a los de la hostelería.

Nuevos modelos

Junto a los mercados tradicionales que buscan fórmulas innovadoras para mantenerse en pie, destacan los nuevos modelos que se están desarrollando en la ciudad y que tienen como protagonistas dos proyectos largamente olvidados como son la antigua Estación de Cádiz y el mercado de la Puerta de la Carne.

En ambos casos, se ha apostado por un negocio alejado del tradicional mercado para salvar la actividad comercial. La Estación de Cádiz encontró en la empresa Enjoy Wellness la tabla de salvación de la que salir del atolladero en el que llevaba 18 años. Tras varios intentos fallidos, la entidad granadina se hizo con el proyecto que apuesta por hacer el espacio rentable gracias a un centro deportivo, «el más grande de Andalucía». Un gimnasio que espera seducir a 7.000 sevillanos y que compartirá espacio con un aparcamiento subterráneo –con capacidad para un centenar de vehículos–, una plaza pública y un nuevo mercado para los 29 placeros que llevan casi una veintena de años ocupando de manera provisional el hangar de la antigua estación. Las obras, que ya han iniciado su segunda fase, van a buen ritmo por lo que el Consistorio confía en que su reapertura pueda realizarse en unas semanas.

En la Puerta de la Carne poco rastro quedará del antiguo mercado. El proyecto para la rehabilitación del inmueble pasa por darle una nueva vida centrada en la cultura, el ocio y la gastronomía. El futuro edificio que resulte de los trabajos de remodelación, que cuentan con una inversión de 7,5 millones, recuperará el aspecto original del inmueble construido entre 1927 y 1929, con la desaparición de todos los añadidos estructurales de los años 40. El nuevo mercado dispondrá de una planta sótano, que se destinará esencialmente a usos culturales –475 metros cuadrados para una sala multiusos, 79 metros cuadrados como sala de exposiciones y 116,25 metros para hall de la zona cultural–; una planta baja que albergará hasta 24 puestos de productos gourmet, una planta primera que acogerá diversos usos comerciales y de restauración y una última planta mirador «donde se descubrirán nuevas vistas de Sevilla».