Del súper al ‘coaching’

Uno de los fundadores de supermercados Hermanos Jurado –el primero se abrió en Los Rosales– lo ha dejado todo para dedicarse a formar en el liderazgo

21 ago 2017 / 21:53 h - Actualizado: 22 ago 2017 / 09:47 h.
  • José María Jurado, junto a su mujer, Olga García Moreno, en un momento de visible alegría. / A.C.
    José María Jurado, junto a su mujer, Olga García Moreno, en un momento de visible alegría. / A.C.
  • Supermercado de Hermanos Jurado, en el polígono Store de Sevilla capital. / El Correo
    Supermercado de Hermanos Jurado, en el polígono Store de Sevilla capital. / El Correo

Volver a empezar puede ser el título de una canción o de una película, pero también el de la historia de vida de muchas personas que, a consecuencia de la crisis económica, se vieron obligados a reinventarse. Para otras, el motivo no fue externo sino interno. Una crisis existencial, entendiendo crisis como oportunidad para mejorar la calidad de vida y ganar en felicidad. Uno de esos tantos ejemplos es el de José María Jurado, cofundador de los supermercados Hermanos Jurado, que un día cambió la abundancia económica por la abundancia personal.

Tenía apenas 19 años cuando su padre abrió una «tiendecita de barrio» en el núcleo poblacional de Los Rosales, que conforma municipio con el de Tocina, donde trabajaba junto con su hermano. La empresa donde estaba contratado su progenitor se trasladó y este no quiso abandonar su pueblo, así que se decidió por emprender. «Dos o tres años después, mi padre decidió abrir otra tienda, un poco más grande, en Guadajoz, una pedanía de Carmona», continúa, «y de ahí se fueron ampliando a otros sitios con un formato algo más grande, más de supermercado».

Las aperturas en Villanueva del Río y Minas, Constantina y una segunda tienda en Los Rosales fueron sucediéndose en el tiempo, una detrás de otra. En menos de diez años, aquel pequeño negocio se convirtió en una cadena de supermercados, ubicados en «locales cada vez más amplios, de unos 200 metros cuadrados» y con espacios para «carnicería, frutería, pescadería,...». Era un modelo de tienda «más grande».

Siguiendo esa seña de identidad de la empresa de «crecimiento constante, a base de riesgo con préstamos con los bancos», dos décadas después de la iniciativa de su padre, ya con él jubilado, los hermanos se embarcaron en el proyecto con el que dieron el gran salto cualitativo. Desembarcaron en San José de La Rinconada, «municipio con muchos más habitantes que los pueblos anteriores» y con un modelo de negocio diferente. Así, la empresa pasó a ser el Cash Hermanos Jurado. «Solo ese negocio facturaba más que los cinco supermercados juntos», relata, «por lo que se optó por traspasarlos» y quedarse solo con el último.

«Se ganaba mucho dinero», relata el exempresario, y se hizo una última apuesta que respondía a un deseo personal que barruntaba su cabeza desde hacía tiempo. «Quería abrir otra tienda en Sevilla capital». Esa decisión pudo ser la responsable de que se dedique actualmente al mundo del coaching, ya que al no estar su hermano de acuerdo «comenzaron las desavenencias familiares». Así que, «un buen día», se sentó con su mujer, Olga García Moreno, quien también trabajaba con él en el negocio, y le explicó su intención de dejarlo todo y volver a empezar. «Ella no estuvo de acuerdo de entrada», pero finalmente lo siguió y buscó su vocación para dar también un giro de 180 grados a su vida.

«Al principio el entorno no lo entendía», apunta Jurado, «y mucha gente pregunta que con el dinero que daba el negocio cómo lo dejaba». Pero lo económico no lo es todo. «Estoy genial, me ha cambiado la vida», apostilla.

Su gusto por trabajar con las personas, «en la empresa llevaba recursos humanos», lo adentró en formaciones «de diferentes terapias y técnicas del mundo del liderazgo y el coaching». Y eso es lo que hace a día de hoy. «Este trabajo no tiene horarios ni entiende de días de la semana», señala, «pero es mucho más sosegado y gratificante». «Tengo menos dinero pero más satisfacción personal», sentencia.

Su historia es un imán para empresarios que están buscando impulsar su negocio, o para personas en la misma situación de crisis existencial en la que se encontró él un día. Entre sus clientes abundan perfiles del mundo de la empresa, cosa de la que en los inicios quiso huir. Pero su historia inspira y atrae a estas personas con las que empatiza fácilmente por su historia laboral. «No tengo estudios universitarios, pero tengo un máster de vida», afirma.

Así, Jurado ofrece sesiones individuales y también talleres grupales, trabajando incluso con personas de otros países.

Después de aplicar esas técnicas como coach a su mujer, «cosa difícil cuando se trata de la familia», ésta encontró su vocación en el mundo de la moda. En estos momentos trabaja como asesora de imagen, personal shopper y estilista. Feliz.

Las redes sociales son las grandes aliadas comerciales de estos emprendedores, ya que desde ahí difunden contenidos relacionados con sus materias que pueden ayudar a otras personas con temas puntuales (pueden encontrarse en Facebook en las páginas José María Jurado y Olga García –asesora de imagen–).

Jurado se está topando «cada vez más con personas que rompen con sus antiguos trabajos, e incluso con la pareja de toda la vida porque no les hacen felices» y se reinventan. También «con gente joven que no piensa en tener un trabajo fijo de ocho horas y luego llegar a casa por la tarde», sino que están «emprendiendo y desarrollando su creatividad en actividades que sirven para ayudar a otras personas, con horarios más flexibles y mayor libertad». Así ve este empresario de éxito y ahora autónomo reconvertido el nuevo modelo de empleabilidad y de vida que ha llegado «con el nuevo siglo» y que augura «un futuro esperanzador».