Desde Cádiz hasta Chipre pedaleando

A través de 11 países y 5.888 kilómetros, persigue el disfrute de cicloturistas de larga distancia y el impulso del turismo local

11 nov 2016 / 08:00 h - Actualizado: 11 nov 2016 / 08:00 h.
"Movilidad","Las bicicletas sí son para Sevilla"
  • Tramo de carretera asfaltada dentro de la Ruta Mediterránea, que como el resto de itinerarios de EuroVelo debería estar concluida para 2020. / El Correo
    Tramo de carretera asfaltada dentro de la Ruta Mediterránea, que como el resto de itinerarios de EuroVelo debería estar concluida para 2020. / El Correo
  • Desde Cádiz hasta Chipre pedaleando
  • Un bello paraje de la ruta EuroVelo 8 a su paso por los Pirineos. / El Correo
    Un bello paraje de la ruta EuroVelo 8 a su paso por los Pirineos. / El Correo
  • Un tramo de carril bici de la ruta junto a la costa. / El Correo
    Un tramo de carril bici de la ruta junto a la costa. / El Correo

Recorrer toda la costa mediterránea, desde Cádiz hasta la isla de Chipre, a lomos de una bicicleta es probablemente un sueño para cualquier amante de la bicicleta y el cicloturismo. Un sueño que a día de hoy es una quimera, pero que deberá ser realidad en el año 2020.

Y es que, a día de hoy, no deja de ser un proyecto que sólo existe en los papeles y en los documentos que maneja la Federación Europea de Ciclistas –ECF por sus siglas en inglés–, el ente impulsor de toda una red de rutas ciclistas que conectan el viejo continente y que se enmarcan dentro del concepto denominado EuroVelo.

En el caso concreto de la Ruta del Mediterráneo –también conocida como MedCycleTour–, que lleva asignado el número 8, el trayecto abarca cerca de 6.000 kilómetros (5.888) y atraviesa once países, a saber: España, Francia, Mónaco, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Albania, Grecia y Chipre. Este paseo cicloturista por toda la costa mediterránea incluye nada menos que 23 sitios que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.

La propuesta –para los cicloturistas de larga distancia, claro está– sería recorrer esta distancia a lo largo de trece etapas, que tendrían como puntos de origen y destino las siguientes ciudades: Cádiz, Elche, Barcelona, Béziers, Mónaco, Turín, Venecia, Rijeka, Dubrovnik, Durres, Igoumenitsa, Patras, Atenas y Chipre.

Sin embargo, a día de hoy esta ruta EuroVelo 8 tan sólo cuenta con un par de tramos concluidos y, por tanto, transitables: uno dentro del territorio nacional, entre Sant Feliu de Guíxols (Bajo Ampurdán) y la frontera francesa; y otro más extenso en Italia, entre Turín y Venecia.

«El objetivo es que la red esté terminada en 2020. Es cierto que la EuroVelo 8 es una de las rutas más retrasadas pero tenemos varios proyectos y además hay dinero disponible en los planes operativos 2014-2020 Feder», reconoce Jesús Freire, representante de la ECF nacido curiosamente en Sevilla.

En este sentido, Andalucía ha dado en estos últimos meses un paso adelante, y es que la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía se ha erigido en el socio principal y locomotora del proyecto MedCycleTour, plataforma de intercambio de experiencias y actividades entre las regiones localizadas en la ruta EuroVelo 8.

La idea es diseñar planes de acción transnacionales, nacionales y regionales para el desarrollo de este itinerario europeo mediante el uso de aplicaciones para móviles que proporcionen información geográfica, información turística o información de la ruta, compatibles en cualquier región mediterránea que atraviesa la EuroVelo.

Además, la propuesta andaluza presenta experiencias piloto dentro del fomento del cicloturismo en la citada ruta, como la conexión mediante tramos ciclistas con otros transportes públicos, el desarrollo de servicios especializados en cicloturismo, la señalización de algunos tramos inconexos y la monitorización con eco-contadores del uso de algunos tramos de la ruta. El proyecto está presupuestado en 2,5 millones de euros, enmarcados en la convocatoria Interreg Med, dentro del eje prioritario de protección y promoción de los recursos naturales y culturales del Mediterráneo.

La ruta, de hecho, discurre en un arco (Cádiz-Chipre) en el que todavía no se han desarrollado políticas activas del fomento del cicloturismo a pesar de que esta actividad supone en la práctica la posibilidad de prolongar la temporada turística. Se trata además de una actividad de bajo impacto, que contribuye al desarrollo de pequeñas empresas de carácter local y que favorece que áreas poco visitadas entren en nuevos circuitos turísticos.

«Estamos muy satisfechos con el impulso dado por Andalucía y la presentación de este proyecto porque muestra un gran liderazgo y marca el camino al resto de España. El proyecto nos permitirá incrementar el interés, conocimiento y planes de actuación», asegura Jesús Freire.

A modo de ejemplo, la página web oficial (www.eurovelo.com) incluye entre sus ofertas un bonito paseo de 36,5 kilómetros por la vía verde que une Olvera y Puerto Serrano, durmiendo en bungalows que reproducen vagones de la línea de ferrocarril que transitaba la zona en el siglo XIX y con paso por el Peñón de Zaframagón o el famoso Chaparro de la Vega. Disponible desde 220 euros.

La ruta 1 pasa por Sevilla

Al margen de la ruta 8, otras dos atraviesan suelo español: una de ellas es la número 3, Ruta de los Peregrinos, que conecta Trondheim (Noruega) con Santiago de Compostela tras pasar por países como Suecia, Dinamarca, Alemania, Bélgica y Francia.

La otra es la número 1, también conocida como Ruta de la Costa Atlántica, que parte también de una ciudad noruega (North Cape) y va descendiendo por el Reino Unido, Irlanda, Francia y España, bajando por la Ruta de la Plata y circulando por las provincias de Sevilla y Huelva antes de morir en Portugal, en la bella localidad de Sagres.