La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla juzgará a partir de este lunes y durante tres días a Francisco Morillo Suárez, el hombre encarcelado como presunto autor del crimen perpetrado en febrero de 2016 sobre una joven que había ingerido medicamentos para intentar acabar con su propia vida en el parque de María Luisa.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que la Sección Primera de la Audiencia ha fijado para este lunes, a partir de las 10.00 horas, la declaración del acusado, que se encuentra en prisión provisional, y las testificales de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que investigaron el crimen.
Asimismo, el martes se llevarán a cabo las declaraciones del resto de testigos, entre ellos la de una limpiadora que recogió con un pincho distintas pruebas claves como ocho pañuelos de papel y los salva slip con sangre que había detrás del banco en el que se encontró a la joven asesinada.
Al día siguiente, miércoles, tendrá lugar la práctica de las periciales y la presentación de los informes finales por parte de la Fiscalía, la acusación particular que ejerce la familia de la víctima y la defensa del encausado.
Cabe recordar que tanto el Ministerio Público como la familia de la víctima, representada por el abogado Alberto Lag, han solicitado para el imputado la prisión permanente revisable por un delito de asesinato y 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual, así como que indemnice con 100.000 euros a los padres de la joven y con 25.000 euros a su hermana, mientras que el acusado ha pedido su libre absolución. Se trata de la primera vez que la Fiscalía de Sevilla se acoge a la reforma del Código Penal, aprobada en julio de 2015, que introduce la figura de la prisión permanente revisable.
En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, el Ministerio Público relata que el acusado, de 46 años, frecuentaba desde hacía un tiempo el parque de María Luisa, el cual «solía visitar una vez entrada la noche», permaneciendo en el mismo incluso después del horario de cierre de puertas, que en invierno estaba fijado a las 22,00 horas, «momento éste en el que tienen lugar encuentros de naturaleza sexual».
«LLAMADA DE ATENCION»
De este modo, precisa que la noche del 23 de febrero, la víctima acudió al parque y permaneció en el mismo tras el cierre al público «con la supuesta intención de suicidarse, no siendo esta la primera vez que procedía de tal modo», ya que «había empleado en otras ocasiones ese mecanismo a modo de ‘llamada de atención’ a su entorno más cercano». Sobre las 21,47 horas, la joven envió un mensaje por teléfono móvil a sus allegados «en forma de despedida», al tiempo que ingería una «importante» dosis de barbitúricos «que fueron sumiéndola en una lenta somnolencia». Según apunta el Ministerio Público, esa misma se noche también se personó en el parque el procesado, que se dirigió hacia la zona en bicicleta.
Así, y en hora no determinada pero en todo caso anterior a las 4,30 horas de la madrugada, el imputado coincidió con la víctima, quien en ese momento «ya se hallaba sumida en el sopor causado» por los medicamentos ingeridos.
«BRUTAL PRACTICA SEXUAL»
La Fiscalía asevera que el acusado, «consciente del estado de somnolencia» que mostraba la joven, «decidió aprovechar tal circunstancia para satisfacer sus deseos libidinosos más extremos», de manera que la despojó de sus ropas y la agredió sexualmente. Seguidamente, y «como quiera que debido a la letargia que sufría», la joven, que pesaba 42 kilos, «no reaccionaba al dolor y mostraba una resistencia mínima», el inculpado «decidió ir más allá aprovechando la práctica nula defensa de su víctima para así colmar sus más depravados instintos sexuales», de manera que en una «brutal práctica sexual» utilizó un objeto con el que le causó graves lesiones que, horas más tarde, le provocaron la muerte.
«Una vez satisfizo su ánimo lúbrico», el procesado volvió a vestir a la víctima, «dejándola acostada boca abajo sobre uno de los bancos del parque», tras lo que se montó en su bicicleta y abandonó el lugar, relata la Fiscalía en su escrito de acusación. En el momento de su muerte, la joven tenía 31 años de edad, contando con padres y una hermana.
EL ACUSADO DECLARO QUE LAS RELACIONES FUERON CONSENTIDAS
Cabe recordar que la autopsia practicada por los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla confirmó que la joven falleció a consecuencia de la agresión sexual sufrida a manos del acusado y no por la ingesta de pastillas previa que llevó a cabo con la intención de suicidarse.
En su declaración ante el juez instructor, el detenido explicó que sobre las 21,00 horas del día 23 de febrero coincidió en el parque con la víctima, a la que no conocía con anterioridad, de manera que, según su versión, ambos decidieron mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo, por lo que las mismas fueron «consentidas» y estando la chica consciente.
No obstante, sí admitió que la joven estaba «un poco mareada», extremo que atribuyó a que pensaba que habría tomado un par de copas. Al hilo de ello, declaró que, tras mantener las relaciones sexuales, se despidió de la joven y se marchó del parque sobre las 22,00 horas, de manera que no se enteró del fallecimiento hasta la mañana del día siguiente, 24 de febrero.