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Taller de poesía impresa en camisetas en Artifariti 2016. / El Correo
La lucha de los saharauis por recuperar su tierra, ocupada por Marruecos desde 1975, se puede entencer como predicar en el desierto. Pero precisamente para convertir el inacabable arenal en un altavoz surgió en 2006 Artifariti, un festival que ha alcanzado 10 años y que, aunque se celebra en la aldea de Tifariti (3.000 habitantes), en la forntera desértica que controla el Frente Polisario de la que fue colonia española de Seguía el Hamra y Río de Oro. El festival, que se clausurará este viernes, comenzó el 29 de octubre y busca crear a través del arte una «solidaridad decolonial».
Artifariti, Encuentros de Arte y Derechos Humanos del Sáhara Occidental, «es un evento fundamental en las relaciones entre España y el Sáhara Occidental», explican desde la Asociación Sevillana de Amigos del Pueblo Saharaui. De hecho, este encuentro fue ideado por los sevillanos solidarios con la causa polisaria, que busca expulsar a Marruecos del Sáhara Occidental para que lo puedan gobernar sus habitantes, muchos de ellos exiliados desde hace más de 40 años en una esquina –la peor del país, por su aridez extrema y su falta de recursos– de la vecina Argelia.
La décima edición de este evento promovido por el Ministerio de Cultura saharaui y la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla recuerda el XXV aniversario de la firma del alto el fuego auspiciado por la ONU entre Marruecos y el Frente Polisario y se centra en la juventud saharauis nacida tras 1991. «Es una generación que ha crecido en un clima de tensión a la espera de un referéndum de libre determinación que no llega, exiliada en los campamentos sin conocer la tierra por la que luchan o sobreviviendo en los territorios ocupados [por Marruecos] bajo continua represión», explica la asociación de Sevilla.
El equipo curatorial de Artifairti 2016, que llevará por título Después del Futuro, está formado por dos saharauis, Umdleila Bujari y Walad Mohamed, y dos españoles, Charo Romero Donaire y Jose Iglesias García-Arenal.
Más de cien participantes, entre artistas saharauis (58), argelinos y de todas partes del mundo, colectivos, curadores y otros colaboradores, transforman los campamentos saharauis «en una plataforma artística para crear una red de solidaridad». Les apoyan 14 colectivos saharauis a través de talleres, ponencias y debates. A ellos se suman un programa de películas de otros 14 artistas, que reflexionan sobre cómo responde el cuerpo en un clima de conflictos postcoloniales, y nueve proyectos que colaboran desde la distancia en el desarrollo de los décimos encuentros.
El 31 de Octubre se organizó en colaboración con la arteterapeuta Mariantonia Hidalgo y el colectivo No Violencia Activa el Encuentro sobre Prácticas Artísticas y Derechos Humanos en la Escuela Saharaui de las Artes, apoyado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Tendrá continuidad el 15 de diciembre en Sevilla