El quiero y no puedo de los jóvenes con la vivienda

El 21 por ciento de ellos intenta acceder a una vivienda, pero no puede debido a los altos precios

Juanmi Vega @Juanmivegar /
07 oct 2019 / 12:26 h - Actualizado: 07 oct 2019 / 12:33 h.
"Vivienda"
  • El quiero y no puedo de los jóvenes con la vivienda

La vivienda es uno de los principales problemas que afectan a los jóvenes. Muchos de ellos viven en casa de sus padres debido a la imposibilidad de emanciparse por los precios tan altos en los que se mueve la burbuja de la vivienda y los salarios tan bajos que perciben.

Todos sabemos los problemas de la vivienda: precios encareciéndose muy por encima de los sueldos, la transformación de viviendas familiares en pisos turísticos, la inseguridad del arrendatario...

Hay una falsa creencia que dice que los jóvenes no quieren moverse de la casa donde habitan con su familia, pero la realidad es que el 40 por ciento de los jóvenes entre 18 y 34 años ha realizado alguna acción en el mercado de la vivienda en los últimos 12 meses. Este porcentaje supone 11 puntos más que el 29 por ciento que se registró en 2018, es decir, que el segmento más joven de la población está más activo en el mercado inmobiliario respecto al pasado año.

De hecho, los jóvenes están siendo los responsables de la recuperación de la actividad en el último ejercicio. Esta es una de las principales conclusiones del informe elaborado por el portal web Fotocasa ‘Los jóvenes y su relación con la vivienda en 2018-2019’ que pretende analizar la situación de los jóvenes respecto a la vivienda y plasmar su opinión y visión.

«Este estudio refleja que nuestros jóvenes sí demandan vivienda: quieren comprar o alquilar, pero no pueden acceder a ella porque su situación económica o laboral se lo impide ante el crecimiento de los precios. Y también se aprecia cómo ante el encarecimiento de los alquileres, se refuerza su visión a favor de la compra de vivienda cuando el alquiler debería ser su primera opción. Como sector, tenemos que encontrar alternativas que les permitan ahorrar o financiar la compra a aquellos jóvenes que puedan permitírsela. Pero también necesitamos un mercado del alquiler más equilibrado y profesionalizado que haga del arrendamiento una buena opción», explica Beatriz Toribio, directora de estudios de Fotocasa.

Una de las principales conclusiones del informe es que el aumento de la actividad inmobiliaria por parte de los jóvenes tiene más que ver con la búsqueda inconclusa de vivienda que con la compra o el alquiler efectivos. Es decir, buscan vivienda, pero no la encuentran. Por ejemplo, el porcentaje de menores de 35 años que han comprado una vivienda en los últimos doce meses es prácticamente el mismo que había en los años 2018 y 2017, mientras que los que han buscado casa en propiedad sin encontrarla se ha duplicado (del 6 por ciento al 12 por ciento ) respecto a 2018.

El mercado del alquiler es ligeramente distinto, porque se ha producido un repunte del arrendamiento efectivo (un 14 por ciento de los particulares entre 18 y 34 años han alquilado una vivienda en los últimos 12 meses, frente al 9 por ciento de 2018), pero el aumento es más intenso entre los que han buscado casa en alquiler, aunque no la hayan encontrado (del 6 por ciento de 2018 al 12 por ciento en 2019).

«Alquilar es tirar el dinero»

Los menores de 35 años que han comprado o buscado para comprar una vivienda tienen claro que es una inversión a largo plazo (el 42 por ciento) y que la vivienda es un seguro para el futuro (34 por ciento). Junto a estos motivos para optar por la propiedad frente al alquiler, la mejora de la situación laboral actúa como palanca para un 36 por ciento, porcentaje que se repite entre aquellos que consideran la compra porque “alquilar es tirar el dinero”.

La mitad de los jóvenes que han alquilado o intentado alquilar un inmueble para vivir en él lo han hecho porque su situación económica les impide comprar. De hecho, el alquiler no es la opción preferente incluso para quienes optan por ella, sino que muchos preferirían una vivienda en propiedad.

Tras este motivo sí que aparecen los que tienen que ver con las ventajas que se atribuyen al alquiler: movilidad laboral (33 por ciento frente al 38 por ciento de 2018) o libertad y flexibilidad (26 por ciento frente al 34 por ciento del año pasado). Estos dos argumentos han perdido protagonismo respecto al año pasado, como también lo ha hecho la rotunda afirmación de que comprar no entra en sus planes: hace un año era un motivo para el 22 por ciento y ahora lo es para el 16 por ciento.

El precio, el gran problema

El precio es el motivo por el que los jóvenes que están buscando casa no la encuentran y la principal dificultad que se han encontrado aquellos jóvenes que sí que han comprado o alquilado una vivienda. Si esta ha sido su experiencia personal es lógico que entre los menores de 35 años se haya instalado la idea de que los precios están demasiado altos. De hecho, el 75 por ciento de los jóvenes que compran o alquilan encuentran dificultades por los elevados precios.

Para muchos jóvenes, el 66 por ciento, cuatro puntos superior al pasado año, el presupuesto no encaja con los precios en los que se mueve el mercado.

Aún así, la mitad de los jóvenes activos en el mercado que no han comprado o intentado comprar, se plantean esa posibilidad en los próximos 5 años. Se consolida esta tendencia que ya se apuntaba en 2018. Pero a la vez que aumenta la intención de compra de los jóvenes, se aplaza cada vez más la decisión: desde 2017 el porcentaje de los que se fijan un plazo de 2 años para comprar mantiene una constante línea descendente, mientras que la de los que contemplan la adquisición dentro de entre 2 y 5 años no deja de subir.

Respecto a los inquilinos menores de 35 años, el 49 por ciento, se plantea adquirir una casa en los próximos cinco años. En este caso también se repite la tendencia a aplazar la decisión: más bien dentro de entre dos y cinco años que en los próximos dos años. Sólo los más jóvenes, de 18 a 24 años incrementan de forma notable su interés por la compra a corto plazo, pero las dificultades que encuentran cuando realmente confrontan con el mercado sus posibilidades de emancipación hacen que opten por retrasarla (y ahorrar más) o por alquilar (si tienen planes sentimentales o laborales impostergables). Solo el 9 por ciento de ellos descarta completamente la posibilidad de compra.

Con estos datos, la falsa creencia de que los jóvenes no se quieren ir de casa se disipa. La burbuja inmobiliaria retrasa la emancipación. Alguien tendrá que pincharla.