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El 25 por ciento de los andaluces acude a las consultas de los médicos de familia por cuadros de ansiedad o depresión, según se indicó en la presentación del III Plan Integral de Salud Mental de Andalucía. / El Correo
La salud mental es una cuestión que nos afecta a todos, y cada vez más. No es que haya que alarmarse, pero tampoco hay que desdeñar la realidad. Porque los datos dicen que uno de cada cuatro sevillanos va a desarrollar a lo largo de su vida algún problema de esta índole.
La mayoría no pasará de una depresión leve y transitoria, tampoco estamos hablando de trastornos graves, pero ese 25 por ciento es la misma proporción de personas que acuden a las consultas de los médicos de familia por esos cuadros de ansiedad o depresión, de acuerdo con las cifras que facilitó la Junta de Andalucía esta semana pasada con motivo de la presentación del III Plan Integral de Salud Mental de Andalucía (2016-2020).
La nueva estrategia del Gobierno andaluz coloca a los problemas de salud mental en el cuarto lugar en cuanto a carga de enfermedad, un diez por ciento por detrás de las patologías del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo, del sistema circulatorio y los tumores.
La prevalencia de la enfermedad mental es complicada de cifrar, en todo caso. Los estudios realizados en diversos países europeos la sitúan entre el 8 y el 26 por ciento; en España, del 13,8 por ciento, aunque los datos pertenecen a 2006.
En Andalucía se ha registrado en la última década un aumento significativo de los trastornos de depresión y ansiedad, cuya prevalencia en 2011 se situaba en el 5,4 por ciento de los hombres y el 7,8 por ciento de las mujeres. Se pone de manifiesto que tanto el nivel de ingresos económicos como el de estudios realizados incide de forma directa; y así, por ejemplo, el 17,4 por ciento de las mujeres que ganan menos de mil euros habían sido diagnosticadas de alguno de estos trastornos; lo mismo que el 15,3 por ciento de las amas de casa. Las personas jubiladas o las paradas presentan también prevalencias altas.
El proceso suele iniciarse en Atención Primaria, desde donde se deriva a los pacientes hacia las Unidades de Salud Mental Comunitaria. En la provincia de Sevilla, y según datos de 2013, las derivaciones a estas unidades ascendieron a 30.865, a saber: 6.826 desde Sevilla Sur, 5.780 desde el Aljarafe, 1.793 desde Osuna, 3.954 desde Sevilla Norte y 12.512 desde Sevilla. Este dispositivo, el de las Unidades de Salud Mental Comunitaria, han visto cómo el número de personas atendidas crecía en un 25 por ciento entre los años 2008 y 2013, mientras que las consultas subían en ese periodo un 43 por ciento hasta alcanzar las 1.344.202 en el ejercicio 2013. De esas consultas, el 9,8 por ciento se correspondieron con los llamados trastornos esquizofrénicos e ideas delirantes, muy por encima de los trastornos de personalidad (5,5).
Además de estas unidades, el sistema público andaluz contempla otra tipología de dispositivos tales como Unidades de Rehabilitación (para personas con problemas de larga duración), Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil (hasta los 17 años), Comunidades Terapéuticas (para pacientes que no se compensan con facilidad y necesitan ingresos superiores a los 20 días), Hospitales de Día (personas que requieren una supervisión pero no pernoctan), Unidades en Hospitales Generales (para ingresos urgentes en situaciones de agudización pero limitadas en el tiempo) y Equipos de Tratamiento Intensivo Comunitario (para pacientes que requieren una atención domiciliaria a largo plazo).
UNIDADES DE GESTIÓN CLÍNICA
En Sevilla, funcionan cuatro Unidades de Gestión Clínica: en el Virgen Macarena hay seis unidades de salud mental comunitaria, una de rehabilitación, una en el hospital general, una infanto-juvenil, una comunidad terapéutica, un hospital de día y un equipo de tratamiento intensivo comunitario.
En el Virgen del Rocío, seis unidades de salud mental comunitaria, una de rehabilitación, dos en el hospital general, una infanto-juvenil, dos comunidades terapéuticas, un hospital de día y un equipo de tratamiento intensivo comunitario.
En Osuna, dos unidades de salud mental comunitaria (una de ellas en Écija), una en el hospital general y un hospital de día.
Y en Valme, cuatro unidades de salud mental comunitaria, una en el hospital general, una infanto-juvenil, una comunidad terapéutica y un hospital de día.
Una amplia gama de recursos con los que atender a las alrededor de 250.000 personas que acuden cada año a estas unidades en Andalucía.
La buena noticia es que, con un tratamiento sanitario y social de calidad, la mitad de estos casos tendrá una evolución favorable y la persona podrá seguir su vida como cualquier otro ciudadano. Como tiene que ser.