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El sevillano Gabriel Rodríguez Peña. / El Correo
Gabriel Rodriguez Peña tiene 29 años. Aunque es sevillano, su nombre no tiene en esta tierra la repercusión que sí atesora en algunos lugares del mundo. Su historia es la de un joven que superó acoso escolar por estar pasado de peso, pero cuya disciplina física y mental le ha terminando abriendo las puertas que necesitaba.
“Aunque me veo en poco tiempo en Los ángeles o Miami, estuve en Los ángeles trabajando en varios programas de televisión y me encantó el trato, lo bien recibido que fui y sobre todo el trato de mis compañeros, gente muy talentosa y muy famosa a nivel internacional. Allí somos todos iguales, nadie es más que nadie ni nadie se cree nada, por eso me siento tan bien fuera, porque en España muchos se creen que han descubierto la cura del coronavirus o algo así, y en esta vida nadie es más que nadie, todos somos iguales y todos iremos al mismo agujero”.
Referente en países como México
Con esa premisa, ha cogido los aviones que necesitaba para trabajar, aunque también ha tenido desengaños: “Cuando volví de México a España ya me di por vencido. Tengo 29 años y tengo que poner los pies en la tierra, no puedo ganar un mes 20.000 euros y llevarme dos años sin volver a la televisión. Te pones a buscar trabajo y se te cierran muchas puertas porque tu cara es conocida, se me crean inseguridades, complejos y estoy expuesto para todo el mundo dando una imagen que no corresponde con el que yo soy realmente, no me compensa por mucho que sea mi sueño”.
Así, después “de luchar y luchar y querer trabajar en la televisión porque me encanta y lo afirmo”, ahora tiene otra vida, pero sentencia: “Todo el que está ahí es porque le gusta la tele, la fama, el dinero, el éxito, si no, no estarían ahí y se dedicarían a otra cosa. Parece que es pecado decir que te gusta trabajar en los medios y dedicarte a ello”.
“Pues después de dejar todo eso y dedicarme al sector de lujo como comercial, actualmente me siento feliz, tengo un trabajo de lunes a viernes, para mí es calidad de vida tener libre los fines de semana”, explica.
Gabriel Rodríguez Peña.
“Nadie es profeta en su tierra”
Eso sí, lamenta que “nadie es profeta en su tierra y que en otros países te admiren y te quieran como a nadie, hasta a la hora de hacer amigos, me sentí muy querido y muy arropado no sé si es por la forma de ser de la gente latina, pero les admiro tanto que por muy pobres que sean jamas se quejan de nada”.
“En otros países, agradecen todo en la vida, en cambio nosotros los españoles, no todos pero si la mayoría, y yo me incluyo a veces, si tenemos trabajo nos quejamos, si tenemos dinero nos quejamos, siempre nos estamos quejando por todo y creo que vida solo hay una y tenemos que dar gracias a Dios porque estamos viviendo. No podemos pedir más”.
Eso sí, recuerda que, para llegar al nivel que tiene hoy día “me llegué a obsesionar con mi cuerpo y con el gimnasio. Ahora, con tanto trabajo, tengo mi mente tan ocupada que no tengo tiempo para nada ni para entrenar, pero soy cada día más feliz y si la televisión me busca, genial, pero yo no busco más, si esta para mi estará y si no pues ya vendrán cosas mejores que me hagan feliz”.