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Teresa Yribarren, directora de ‘Oído Teatro’, con el director Ricardo Iniesta, de Atalaya. / El Correo -
Logo del programa. / El Correo -
Antonio Castaño, con Salvador Távora. / El Correo
Si hablamos de radioteatro, la mayoría de la gente pensará en aquellos espacios que sus padres y abuelos seguían con el oído pegado a los viejos transistores, cuidando de no perder un detalle de sus seriales favoritos. No obstante, el teatro sigue teniendo un espacio en la radio, hoy y en Andalucía. Se llama Oído Teatro, es una iniciativa de Teresa Yribarren con la colaboración de Antonio Castaño, y en algo más de un año de vida se ha convertido en un baluarte para las artes escénicas desde las ondas de Canal Sur.
«Todo surgió en septiembre del año pasado», recuerda Yribarren. «Antonio y yo queríamos mezclar radio y teatro de algún modo; no sabíamos aún cómo, solo teníamos claro que se podía hacer. Presentamos un proyecto a Canal Sur, les pareció bien, y ahí vamos ya por la segunda temporada».
La idea era recuperar la larga tradición del género, pero sin renunciar a un aire claramente contemporáneo. «En Oído Teatro rompemos la cuarta pared, la tercera, la segunda... y el patio de butacas si hace falta. Queríamos demostrar que se puede crear un ambiente teatral simplemente escuchando», comenta la directora.
El espacio, de media hora, consta invariablemente de un extracto de una obra teatral, que suele ir acompañada de una entrevista de refuerzo, con un autor, director teatral, director de festival, actor o actriz... «La música tiene también un papel fundamental en el programa», explica Antonio Castaño. «Además de enganchar asuntos de actualidad como el Nobel a Bob Dylan o la muerte de Leonard Cohen, buscamos sorprender con algunas cosas: por ejemplo, poniendo una canción de una rapera latinoamericana para hablar con José Luis Alonso de Santos de su Edificio Okupado. O, al entrevistar a Ramón Fontseré, de Els Joglars, sobre su obra Zenit, sacar un Himno de los periodistas que no conoce nadie».
En el año largo que lleva cumpliendo su cita con los oyentes, por los micrófonos de Oído Teatro han pasado destacadas figuras como Roberto Quintana, a propósito de su montaje Una hora en la vida de Stefan Zweig; el prestigioso dramaturgo Alfonso Zurro, el director de Axioma teatro, Carlos Góngora, el de La Tarasca, Ramón Bocanegra, o la actriz de la compañía colombiana La Candelaria, Carmiña Martínez.
Asimismo, los periodistas han sido invitados a cubrir eventos como las Jornadas del Siglo de Oro de Almería, el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, el Festival Quijote de París –en su vigésimo aniversario– o la Feria de Palma del Río.
Por otra parte, el programa se ha propuesto «dar cancha también a la gente que está empezando», aseguran. Entre estos últimos figuran una joven autora como la madrileña Eva Redondo, la escuela de teatro Estrateria, de San Fernando (Cádiz), o el Taller de Teatro Grecolatino de Chiclana de la Frontera, en la misma provincia. También apoyan otras experiencias radioteatrales, como la de la compañía almeriense Acarta Teatro, o los gaditanos Esquina Latina. «La idea es acercar a nuestros oyentes todo el radioteatro que se hace en Iberoamérica, que es muchísimo. Allí sigue haciéndose como se hacía aquí hace décadas», explica Teresa Yribarren.
Entre los contenidos previstos para las próximas emisiones, Oído Teatro brindará entrevistas con Salvador Távora, de La Cuadra, y Ricardo Iniesta, de Atalaya, así como un homenaje a Carlos Edmundo de Ory. Su aspiración es aumentar su horario al menos hasta una hora, o lograr una periodicidad semanal, pero su ambición mayor es «hacer el programa en los teatros, con compañías, actores y actrices, que puedan defender en público sus obras desde la radio. El teatro en la radio, pero desde el escenario. Es complicado, porque además el programa no podría hacerse sin la dedicación de los técnicos de sonido de Canal Sur Cádiz, que están más acostumbrados a hacer informativos, y a los que les pedimos un juego dramatúrgico que tiene mucho mérito», dice la directora, a lo que Castaño agrega: «Es difícil, sí, pero, ¿quién dijo que el teatro fuera fácil?», apostilla.