«Es un éxito, pero aún mueren pacientes en listas de espera»

Lleva media vida dedicado a ser el embajador de la solidaridad. Y pese a que ahora es el momento de sacar pecho con unas cifras que, por tercer año en Andalucía, son de récord, prefiere recordar que queda mucho trabajo y, sobre todo, vidas que salvar

Iñaki Alonso @alonsopons /
13 ene 2017 / 16:51 h - Actualizado: 14 ene 2017 / 14:25 h.
"Salud","Junta de Andalucía","Solidaridad","El regalo que da vida","Aquilino Alonso"
  • El coordinador autonómico del Programa de Donación y Trasplantes, Manuel Alonso, en su despacho de la calle Imagen. / Jesús Barrera
    El coordinador autonómico del Programa de Donación y Trasplantes, Manuel Alonso, en su despacho de la calle Imagen. / Jesús Barrera

{Hace más de 16 años que el gerenense Manuel Alonso se convirtió en embajador andaluz de la solidaridad. Definición más cariñosa que el maratoniano coordinador autonómico del Programa de Donación y Trasplantes de Órganos y Tejidos del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Esboza una sonrisa cuando mira los últimos datos, otra vez de récord –y van tres– en donaciones. Pero no se detiene en las vidas salvadas, sino en la veintena que, en el pasado 2016, se quedaron en el angustioso camino de las listas de espera. En dejar esa cuenta a cero es el reto. Y la única ruta posible es la de la generosidad y ser donante.

—Cada año se habla de un récord de donaciones en Andalucía, ¿cuál es el techo?

—Llevamos tres años consecutivos batiendo récords. No es fácil subir de forma tan continuada. Además, Andalucía empezó más tarde que el resto. Hace 25 años, los datos eran deficientes. Esa tendencia varió hace cinco años y Andalucía está por delante de España. Todos los años pienso que se toca techo y cada año me equivoco. La subida de 2016 es extraordinaria. España ha subido un 9 por ciento, pero Andalucía ha subido un 22 por ciento.

—¿A qué se debe?

—Cuando empezó la crisis, en 2007, la tasa de donación era inferior y diseñamos estrategias para mantenernos. Además, se había producido un cambio del perfil del donante: se moría menos gente en accidentes de tráfico y accidente cerebrovascular, que son las causas frecuentes por las que mueren los donantes. Empezamos a trabajar en líneas como la donación asistolia o por parada cardiaca. Ahora, con los recursos actuales, es más factible hacer un trasplante así. Andalucía se puso las pilas. En 2009 no se hizo ninguna y ahora representan el 28 por ciento de los trasplantes y se realizan en todos los centros, incluso en los privados.

—¿Por qué se incorporó en 2016 a la sanidad privada?

—Tenemos que intentar que no haya ningún donante que se pierda, porque significa perder vidas. Nuestra obligación es escudriñar en todos los centros, ya sean públicos o privados.

—Siempre se habla de Andalucía como la más generosa, pero en el ranking nacional es la sexta comunidad...

—Andalucía se puede comparar con regiones grandes, no con La Rioja o con Cantabria, con todos mis respetos. Si me dices eso, puedo decir que hay provincias con tasas más grande. La comparación es con Cataluña o Madrid y, aunque han subido mucho, siguen por debajo.

—En todo caso, no es dado a la estadística comparativa.

—La donación es caprichosa y juega mucho el azar. En diciembre tuvimos pocos donantes y en enero hay muchos. Además, no hay que olvidar que, pese a las buenas cifras, hay que ser prudentes, porque se siguen muriendo pacientes en listas de espera. Fueron 25 personas el año pasado. Para evitarlo, la aceptación a la donación debe ser del cien por cien.

—¿Por qué no se ha llegado?

—Antes se decía que los andaluces eran menos proclives a donar [el rechazo era del 60 por ciento] porque había culto al cadáver. Recuerdo una vez que falleció un paciente y quise hacerle una autopsia y sus familiares respondieron que lo dejara en paz porque bastante había sufrido. Como si después de muerto se pudiera sufrir. No es que los andaluces fueran más generosos ahora que antes, sino que están más informados. Este 2016 la aceptación fue del 86 por ciento, en parte por el tacto y la sensibilidad de los profesionales para hablar con las familias.

—En Málaga estarán contentos, el Hospital Regional es el de más trasplantes renales se practica en España.

—Pero también hay otros hospitales que han hecho récord en Andalucía. Ahora hay cinco hospitales. Pero, más que el número, cabe destacar que los trasplantes renales son mejores que los de EEUU, con tasas de éxito mayores.

—Los donantes de médula ósea crecieron un 79 por ciento en Andalucía, ¿contribuye los mensajes por redes de algunos pacientes?

—Entre los mensajes de pacientes y la labor de los profesionales se ha incrementado la donación de médula. El objetivo es lograr sangre de células madre como con el cordón umbilical. España es de los países con más unidades de cordón y el 40 por ciento están en un banco de Málaga. Si se trasplantan cien de Málaga, 80 van fuera de España y tal vez seis o siete se quedan en Andalucía. Y los andaluces se trasplantan con sangre de cordón del resto el mundo. Los trasplantes son para nosotros, pero los donantes de médula o cordón son para el mundo. Es un compromiso de reciprocidad mundial.

—¿Andalucía está preparada para trasplante intestinal como se practica en Madrid?

—Hay que saber gestionar los recursos En 2016 se hicieron cuatro trasplantes en España. Si se incrementa en unos años, se replanteará.

—Rafael Matesanz deja la ONT tras una vida dedicada a los trasplantes, ¿qué mensaje le dejaría?

—Es un personaje irrepetible. Gran gestor, trabajador, bien preparado, duerme pocas horas... Es difícil buscar consensos entre comunidades y él lo logró. La persona que lo supla lo tendrá difícil, porque ha situado al sistema español en lo más alto. Lo de Marca España tiene más sentido por las donaciones que por la selección de fútbol. ~