Escuelas vacías por los niños de Siria

A iniciativa de la organización ‘Save The Children’, Sevilla ha amanecido con pupitres huérfanos de alumnos en las calles para reivindicar el derecho a la educación

13 abr 2018 / 13:27 h - Actualizado: 13 abr 2018 / 14:16 h.
"Educación","Derechos Humanos","ONG"
  • Imagen de la escuela vacía junto al Puente de Triana. / El Correo
    Imagen de la escuela vacía junto al Puente de Triana. / El Correo

Las orillas del río Guadalquivir en Sevilla han amanecido hoy llenas de pupitres vacíos. En la pizarra que presidía esta peculiar escuela podía leerse: «La mitad de las escuelas en Siria están vacías o destruidas». Y es que, unos dos millones y medio de niños y niñas sirios no pueden ir al colegio y la mitad de las escuelas han quedado inservibles o están destruidas por completo.

La guerra en Siria dura ya siete años. A veces parece que se olvida la crueldad vivida en un país azotado por las armas y la destrucción. Por eso, la organización Save The Children, que lucha por proteger la vida de los niños y sus derechos, ha llevado a cabo una iniciativa que busca crear un impacto y concienciar a la sociedad española de una realidad que viven millones de niños cada día.

«La idea surge porque después de siete años y las diferentes actuaciones que ha llevado a cabo el Consejo de Seguridad de la Unión Europea, la situación de la infancia en este país es incluso peor que antes», ha manifestado el responsable en Andalucía de Save The Children, Javier Cuenca, en declaraciones a El Correo de Andalucía. Cuenca ha estado presente en la acción llevada a cabo esta mañana en Sevilla. «Queremos hacer ver a todos los niños muertos, a los niños que han tenido que huir de sus casas, a los niños que siguen allí e incluso a aquellos que han nacido durante el conflicto y no conocen una escuela, a los cuales se les ha privado del derecho a la educación». Por eso, la acción ha sido coordinada también en las ciudades de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.

La campaña, que recibe el nombre de #NuncaSerán, está destinada a generar un despertar solidario en la sociedad, para que esta entienda que sin educación no hay futuro. Desde mediados del año pasado, los niveles de violencia en Siria, lejos de reducirse, están aumentando de forma alarmante, especialmente en las llamadas «zonas de distensión», establecidas como seguras para los civiles. Hospitales y escuelas siguen siendo objetivo de los bombardeos. En zonas como Guta más de 60 escuelas han sido destruidas durante los dos primeros meses de 2018 y más de 57.000 niños han perdido la oportunidad de ir a clase. Las escuelas que siguen en funcionamiento no tienen electricidad ni gas, han tenido que trasladarse a los sótanos y solo abren un par de horas al día.

Los últimos meses de conflicto están siendo especialmente crueles. A finales del año pasado se registraron los índices más altos de desplazamiento interno, en solo tres meses un millón de personas se quedaron sin hogar. Las víctimas mortales han aumentado en un 50 por ciento desde mediados del año pasado y se calcula que un millón de niños vive en zonas de muy difícil acceso, donde no entra ni un solo convoy con alimento o medicinas, y como consecuencia los índices de desnutrición infantil se están disparando. «No vamos a dejar de hacer cosas por Siria», afirma Cuenca. «Los niños son los que sufren las mayores violaciones de derechos», zanja.