Elecciones Municipales 2019

Espadas encabeza el refrendo a alcaldes en la provincia de Sevilla

Desde 2003 no era el PSOE la lista más votada en los comicios locales de Sevilla capital y Espadas seguirá siendo visto dentro y fuera de su partido como el único socialista que gobierna una de las grandes capitales españolas

Juan Luis Pavón juanluispavon1 /
27 may 2019 / 08:45 h - Actualizado: 27 may 2019 / 12:47 h.
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  • Juan Espadas, tras ganar las elecciones en Sevilla. / Julio Muñoz - EFE
    Juan Espadas, tras ganar las elecciones en Sevilla. / Julio Muñoz - EFE

En las elecciones municipales más atípicas del periodo democrático, porque el debate sobre el presente y futuro de la acción de gobierno local quedó eclipsado por la preeminencia de las tribulaciones nacionales en la actualidad informativa y en el sentir de la opinión pública, la tendencia predominante en Sevilla y provincia ha sido refrendar a alcaldes. Votar con perspectiva local, para reforzar a quien ya tenía la vara de mando, o dar un revolcón por lo sucedido durante cuatro años a pie de calle, y no por la dinámica alcista o decadente de los partidos en el Congreso de los Diputados. El ejemplo más paradigmático de los refrendos es Coria del Río, donde el andalucista Modesto González ha revalidado la mayoría absoluta pese a que el Partido Andalucista desapareció como organización política y sus fundadores la disolvieron. Quienes intentan abanderar en la región sus valores ahora comparten las siglas AxSí, Andalucía Por Sí. Modesto González carecía de apoyo estructural y orgánico proveniente de fuera de su pueblo para reforzar a ojos del vecindario su candidatura. Pero en las urnas le ha sacado 25 puntos de ventaja al PSOE.

Juan Espadas, en su tercera comparecencia como candidato, sí ha logrado ganar las elecciones y continuará siendo alcalde de Sevilla, amén de seguir siendo visto dentro y fuera de su partido como el único socialista que gobierna una de las grandes capitales españolas. Desde 2003 no era el PSOE la lista más votada en los comicios locales de Sevilla. El PP con Zoido apabulló en 2011 sumando mucho voto de castigo a Zapatero y Monteseirín, y en 2015 también fue el primero en sufragios y concejales pero con un fuerte descenso en el respaldo ciudadano como contestación a la distancia que se produjo entre las expectativas y el balance de su gestión. Espadas, para ser investido alcalde, necesitó el respaldo de Participa Sevilla e Izquierda Unida. Cuatro años después, ha elevado su base de apoyo, de 11 a 13 concejales, y de 103.000 a 123.000 votos, y aunque se ha quedado a tres de la mayoría absoluta (16), sabe que ni Adelante Sevilla, la nueva marca de la confluencia de la izquierda, ni Ciudadanos, van a impedir que revalide investidura el próximo 15 de junio en el pleno de constitución de la nueva Corporación Municipal. Espadas tiene ahora más opciones para que el PSOE siga gobernando en solitario mediante pactos a veces con unos o con otros. Y el gran reto que ha de afrontar es reducir la gran desigualdad de bienestar socioeconómico entre unos distritos y otros de Sevilla, y transformar la dinámica de vida en los barrios de la periferia para que salgan del furgón de cola de la renta per capita nacional.

En un domingo electoral, con los ecos muy recientes del protagonismo de los políticos secesionistas a la vez presos y diputados, y donde en las grandes ciudades se ha evidenciado que en los barrios con mayor querencia hacia PSOE y Podemos hubo más desmovilización abstencionista que en los barrios con mayor simpatía por PP y Ciudadanos, esa situación no ha puesto en peligro la gran holgura de la victoria de Juan Espadas. Ello es así por una suma de factores, de los que unos son méritos suyos y otros son deméritos de sus rivales. Espadas, durante su primer mandato, apenas ha provocado rechazos cainitas hacia su figura, esgrimiendo que su perfil y su estilo es el de gestor, y no el del hiperliderazgo. Lo cual, con la visceralidad de la política española actual, evita que se articulen alternativas o estados de ánimo basados en el voto a la contra. Y Espadas ha sabido ganarse el voto de sectores de población de talante conservador o liberal. Generando confianza tanto en cuestiones identitarias vinculadas con las fiestas (ampliación de la Feria, refuerzo de la seguridad en Semana Santa) como favoreciendo el fuerte crecimiento de la actividad turística, que donde más rédito deja es en los barrios del centro de la ciudad y su entorno (Triana, Los Remedios, Nervión...).

Enfrente, su gran rival en las urnas, el Partido Popular, no tenía un candidato con el que se identificara todo el entorno fáctico, empresarial, estamental y mediático, que habitualmente es correa de transmisión y prescriptor. Dentro del PP, hay sectores que consideraban la candidatura de Beltrán Pérez como una enmienda a la totalidad de quienes han mandado años atrás en dicha formación. Y esas 'peleítas' han sido también un lastre a la hora de convencer a propios y extraños. Más aún cuando la crisis de reputación de la 'marca PP' a nivel nacional restaba en lugar de aupar. También se beneficiaba Espadas de que Ciudadanos presentara su número uno en la lista municipal con solo tres meses de antelación a la cita en las urnas. Cuando todos los estudios indican que en una gran ciudad se requiere como mínimo un año para ser conocido por la generalidad de la población. Álvaro Pimentel había ejercido antes como analista, asesor y negociador, pero en muy pocas semanas no se aprende a transmitir de modo enfático y en breves segundos mensajes que capten la atención de indecisos o desencantados. Es significativo que durante la campaña electoral a las municipales, ni Pablo Casado ni Albert Rivera hayan arropado a sus candidatos participando en un mitin en Sevilla, que es la cuarta ciudad de España. Sí lo hicieron un mes antes para las elecciones generales.

Adelante Sevilla, como confluencia de Participa Sevilla, Podemos, Izquierda Unida, Equo y otras organizaciones políticas, tenía que haber rentabilizado en las urnas la máxima de que la unión hace la fuerza, y el factor de corrección al alza que otorga el sistema proporcional de asignación de escaños y/o actas de concejal. Pero ahora tendrá cuatro concejales y no cinco como antes sumaban entre Participa e IU. Su mayor error ha sido no desmarcarse de Pablo Iglesias y de lo que él representa como 'establishment' desde Podemos Madrid/Galapagar, cuando desde la mayor parte de las 'confluencias', incluso en Madrid con Carmena, han marcado rotundas distancias con el aspirante a ser ministro y a que su pareja sea la líder por consenso conyugal. Incluso tuvieron a Pablo Iglesias en un mitin en el Muelle de la Sal. Eso era arriesgarse a quedar petrificados electoralmente como estatuas de sal.

Provincia de Sevilla

En la provincia de Sevilla, el PSOE ha sido el partido más votado en 74 municipios, y en 53 de ellos gobernará con mayoría absoluta. Continúa siendo la provincia española donde tiene en su mano más ámbitos de poder. El paradigma es Dos Hermanas, donde Francisco Toscano va a rebasar la cifra de 40 años como alcalde. Pero a su enésimo triunfo arrollador, como los que alcanzan en el área metropolitana socialistas de una generación más joven, como Javier Fernández en La Rinconada y José María Villalobos en Utrera, no cabe etiquetarlos con el tópico del 'voto cautivo'. Porque al PSOE también le encantaría mandar en el ayuntamiento de un municipio tan populoso como Los Palacios, donde tuvo el poder durante un cuarto de siglo, pero desde 2011 los palaciegos confían en Juan Manuel Valle, de Izquierda Unida, quien ocho años después acrecienta su victoria a niveles de mayoría absoluta.

En el PP sevillano tendrán que preguntarse de nuevo si no les hubiera ido mejor con el manual de estilo de José Luis Sanz, que acrecienta aún más la mayoría absoluta para gobernar Tomares. O con el de Juan Ávila, que continuará siendo alcalde de Carmona, pero ahora con mucho mayor respaldo electoral (más del 40% de votos) y mayoría absoluta en el pleno. Hace un mes, en un municipio como Carmona, era el PSOE quien obtuvo más del 40% de sufragios cuando lo que se dirimía era quién manda desde La Moncloa. E incluso Ciudadanos logró más votos que el PP. Que no se diga que en Andalucía siempre se vota a los mismos y siempre ganan los mismos.