Espadas se rebela ante «el bloqueo» de Participa e IU

El alcalde defiende su gestión y reivindica que ha cumplido el 50 por ciento de los acuerdos de investidura, que, al igual que Participa, da por «roto» IU, que propone una cuestión de confianza

Iñaki Alonso @alonsopons /
13 jun 2017 / 22:45 h - Actualizado: 13 jun 2017 / 23:27 h.
"PSOE","Balance en el ecuador del mandato"
  • Susana Serrano y Juan Espadas durante la firma del acuerdo de gobierno el 12 de junio de 2015. / Manuel Gómez
    Susana Serrano y Juan Espadas durante la firma del acuerdo de gobierno el 12 de junio de 2015. / Manuel Gómez

{El órdago de Participa e IU, que han dado, de manera escalonada pero calcada, por «roto» los acuerdos que brindaron la Alcaldía de Sevilla al PSOE abre un escenario hasta ahora inédito en la era Espadas: la falta de aliados suficientes que puede poner en jaque la gobernabilidad. Una situación que el propio alcalde no vaciló ayer en calificar de «estrategia política» de cara a las elecciones de 2019. A la vista de la decisión tomada por la asamblea de Participa el sábado y por la Ejecutiva local de IU el lunes, el regidor hispalense adoptó la postura de defender el cumplimiento «en más de un 50 por ciento» de los acuerdos de investidura, los mismos a los que se le ha acusado de incumplir sistemáticamente. Y, una vez enarbolada la bandera de haber hecho los deberes y «cumplir con creces» lo pactado, criticó el previsible «bloqueo a su gestión».

Espadas penduló y ofreció el palo y la zanahoria. Habló de mano tendida con Participa e IU para que «el cambio iniciado» frente a las políticas de gobierno del PP no se abandonen por un incidente concreto, en alusión a la polémica originada por el desalojo de los eventuales de Lipasam que se encerraron en la casa consistorial con la connivencia de los concejales de ambas formaciones. Pero, igualmente, advirtió de que no permitirá situaciones de bloqueo. «Si en estos dos años se dedican a bloquear, los sevillanos no se lo van a perdonar», dijo, a lo que recordó que él, como alcalde, no se quedará de brazos cruzados: «Me empeñaré a fondo en que los ciudadanos conozcan el no de estos partidos ante proyectos que sean beneficios para la ciudad».

El viento, por tanto, ha variado en el Ayuntamiento. Algo esperable después de la suave brisa que ha acompañado al alcalde, Juan Espadas, en los primeros dos años de gobiernos. Con muchísimas horas de negociación, como marca el sino de todo gobierno en minoría e incluso con picos de sierra, como la denuncia a los tribunales de los presupuestos de 2016. Pero, al fin y al cabo tranquilas para el tormentoso panorama que le predecían los agoreros que le veían empuñar el bastón de mando con poco más de un tercio de los ediles. Hasta de Despeñaperros para arriba creen que su gobierno es de mayoría absoluta y no como los de Madrid y Barcelona. Pero el ecuador, y esto no es nuevo sino un clásico, siempre se marca como el punto de partida a las elecciones de 2019. Es el momento en el que el gobierno empieza a mostrar sus credenciales e intentar refrendar por qué lo eligieron. Por contra, a la oposición le toca ese papel de distanciarse del modelo vigente. El PP, ideológicamente, lo tenía de serie, pero Participa e IU debían hacerlo ante un PSOE con el que comparten electorado en parte de su agenda.

Así, si Participa ya se desmarcó de las políticas socialistas, IU anunció ayer que daba «por roto» los acuerdos de investidura, después de que Espadas «lo dinamitara» al no cumplir «ninguno de los ocho ejes». La ejecutiva local de IU se despachó a gusto con un gobierno «debilitado» que «ha dado un giro a la derecha» y que ha olvidado «el carácter social y de izquierdas» con el que inició su andadura allá por 2015. E incluso planteó la moción de confianza a Espadas y se abrió «a estudiar otras opciones de gobernabilidad», siempre desde «posiciones nítidamente de izquierdas». Empresa harto complicadas, a la vista de que la única opción al PSOE es el PP, que no cumpliría los requisitos. Y la suma de IU y Participa alcanza únicamente a unos insuficientes cinco concejales.

Mientras, al PSOE le tocaba hablar de gestión. Espadas se explayó en un campo donde defendió que, pese a continuar con la contención en el gasto, ha revitalizado la inversión en Urbanismo y, en Emasesa, donde, a iniciativas como el tanque de tormentas de Kansas City le seguirán otros como un plan para sustituir las viejas arterias y tuberías de la ciudad.

Reivindicó el papel del gobierno para «crear confianza en los inversores» y la reactivación de proyectos como el de la Puerta de la Carne o el de Puerta Triana (entorno de la Torre Sevilla) e incluso de promociones de viviendas como Hacienda del Rosario o centros comerciales como el de Palmas Altas. Y, como no, se detuvo en la faceta social, con el cambio de funciones de Emvisesa, la recuperación de programas sociales pese a las trabas de Intervención, y un plan de colegios que permitirá, a final de mandato, que «no haya ningún centro por debajo de un cinco de nota». Pese a todo, puso freno de mano a sus expectativas, ya que, avisa, su proyecto está concebido «para dos mandatos». ~