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«Hasta que no llegué a la Cruz Roja no encontré lo que me gusta»

Vocación de servicio público. Los voluntarios de la institución destacan la satisfacción personal que les otorga su trabajo. Hacen un llamamiento a la ciudadanía para que más gente se incorpore

16 may 2017 / 06:08 h - Actualizado: 16 may 2017 / 06:08 h.
"Cruz Roja"
  • Demostración de efectivos de la Cruz Roja en la Alameda. / El Correo
    Demostración de efectivos de la Cruz Roja en la Alameda. / El Correo
  • Una sanitaria, en la caseta de la Cruz Roja en la Feria. / Pepo Herrera
    Una sanitaria, en la caseta de la Cruz Roja en la Feria. / Pepo Herrera

La persona que desee ser miembro de Cruz Roja Española debe cumplimentar la solicitud de inscripción y presentarla ante el Comité Local Comarcal o Insular de su residencia habitual o domicilio. El Comité, tras verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos para la adquisición de la condición de miembro de Cruz Roja Española, decidirá sobre su admisión y procederá a inscribir a la persona como miembro de la institución. Cualquier persona a partir de 16 años puede ser voluntaria de Cruz Roja, asumiendo un compromiso de permanencia y dedicación.

Este compromiso será el que la persona decida libremente y podrá variarlo conforme cambie su situación personal, acorde con su disponibilidad y las necesidades de Cruz Roja.

Cuando el voluntario formaliza el ingreso se compromete a cumplir lo establecido en los Principios, Fines, Estatutos y Reglamento de La Institución, así como los servicios y actividades que le puedan ser encomendados, con absoluto desinterés y sin retribución alguna. «Mi padre era voluntario así que ya en casa ya tenía bastante conocimiento de lo que era la Cruz Roja, pero cuando de verdad me decidí fue cuando en la Biblioteca en la que estudiaba vi unos folletos sobre el voluntariado. Desde entonces ya son siete años los que llevo colaborando», cuenta Patricia.

Cruz Roja promueve un modelo de voluntariado participativo, implicado con la Institución, dispuesto a asumir nuevas tareas y responsabilidades que contribuyan al crecimiento y desarrollo personal y de la Institución. La Formación para el Desarrollo Organizativo facilitará a la persona voluntaria a lo largo de su permanencia en la Institución, espacios claves para la reflexión sobre la intervención institucional, así como capacitación sobre los diversos mecanismos para hacer efectiva su participación institucional. «Tengo 53 años hasta que no llegué a la Cruz Roja no encontré lo que me gustaba. Desde hace ocho años me dedico al transporte adaptado, tengo muchas horas acumuladas y he hecho más de catorce cursos», explica Merchi.

El voluntario debe mantener un compromiso con los más vulnerables a través de Cruz Roja. Se trata de potenciar la afinidad e identificación del voluntariado con nuestros principios, ideales, y filosofía de acción. La insolidaridad no cabe entre los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja y, por defecto, se cuenta con su participación y aportaciones, en todas las fases del proceso de intervención. «He hecho muchas cosas, pero sin duda lo que más me ha llenado ha sido la atención a niños hospitalizados. Estuve en el Hospital Macarena. Les dábamos un respiro a las familias y buena compañía a sus hijos. Se lo pasaban muy bien y el contacto con ellos me llenaba muchísimo. La gente cree que la Cruz Roja es socorrismo y ambulancias, pero es mucho más», recuerda Patricia.

El voluntario de Cruz Roja debe de estar convenientemente formado y capacitado para el adecuado desarrollo de la acción voluntaria a la que se haya comprometido. Las personas que requieren de la atención de Cruz Roja tienen el derecho a que nuestra intervención sea de calidad. Ello exige una clara disposición y compromiso por parte del voluntariado para realizar la formación que habrá de capacitarle para la actividad que debe desarrollar.

Cruz Roja promueve un modelo de voluntariado participativo, implicado con la Institución, dispuesto a asumir nuevas tareas y responsabilidades que contribuyan al crecimiento y desarrollo personal y de la Institución. «Existen muchos tipos de voluntariado y puedo decir que todo el mundo sirve para algo, cualquier ayuda siempre nos va venir bien. A todos aquellos que se lo estén les diría que prueben un día, conozco muchos caso de gente que después de experimentar lo que es voluntariado se han quedado y llevan años con nosotros», apunta Merchi. Durante sus ocho años en la Cruz Roja ha tenido que prestar servicio en partidos de fútbol o colaborar en el hospital de campaña que se monta en El Rocío durante la romería.

Ni que decir tiene que durante los años más duros de la crisis el trabajo se ha multiplicado para los voluntarios de la Cruz Roja. «Las necesidades aumentaron a todos los niveles y hubo saturación en algunos servicios de atención de emergencias ante el aumento de la situaciones de vulnerabilidad. Siempre hace falta gente, aquí no sobra nadie».