Humanizando la moda

El de los blogs es un mundillo cada vez más consolidado y con una gran influencia gracias a que las blogueras han conseguido conectar con el público mostrando las tendencias «en chicas como tú y como yo»

25 nov 2016 / 22:44 h - Actualizado: 26 nov 2016 / 20:53 h.
"Internet","Redes Sociales","Moda","La moda de Sevilla"
  • Marina Rubalcaba, en una de las imágenes con las que ilustra su blog ‘Oveja Negra’. / JL Obando
    Marina Rubalcaba, en una de las imágenes con las que ilustra su blog ‘Oveja Negra’. / JL Obando
  • Vista principal del blog ‘Oveja Negra’. / El Correo
    Vista principal del blog ‘Oveja Negra’. / El Correo
  • Nuria y Marina, durante una sesión fotográfica para blogueras de moda. / Beatriz Hidalgo
    Nuria y Marina, durante una sesión fotográfica para blogueras de moda. / Beatriz Hidalgo
  • Nuria Cabrera firma ‘El Diario de Nuny’. / E. C.
    Nuria Cabrera firma ‘El Diario de Nuny’. / E. C.

Atrás quedó la influencia de las supermodelos en cuestión de moda. Hoy en día, las mejores y más accesibles pasarelas están en la calle y en las redes sociales, donde «chicas como tú y como yo nos enseñan la ropa y las tendencias» en un fenómeno que podría calificarse de «humanización de la moda». O al menos esa es la concepción que tiene Marina Rubalcaba, periodista sevillana de 27 años, sobre el mundillo de los blogs de moda, en el que ella se mueve como pez en el agua desde que hace cuatro años pusiera en marcha su Oveja Negra, un espacio en el que ofrece su propia visión sobre un ámbito que «adora».

En este sentido, Marina afirma que las blogueras, que comenzaron a proliferar allá por el año 2008, han ayudado a ver la moda «desde abajo, a entender mejor las tendencias porque nos las enseñan personas normales, lejos del 90-60-90». Algo en lo que coincide Nuria Cabrera, científica treintañera y el alma de El Diario de Nuny desde 2011, que cree firmemente en que los lectores encuentran en los blogs «una fuente inspiración mucho más asequible que lo que leen en las revistas o documentales de moda, sobre todo porque nosotras compramos en las mismas tiendas low cost que el resto de los mortales».

Y es precisamente así como consiguen conectar con gran facilidad con el público que las sigue y que las tiene como un referente en esta materia. Así, muchas de ellas acaban escribiendo para medios de comunicación especializados e incluso a llegan a convertirse en imagen de algunas firmas.

Claro que mantener un blog de moda no es tarea fácil: «Parece que se hace con cuatro fotos y dos líneas de texto, pero no es así. Hay un trabajo de planificación detrás y muchas horas al frente de la difusión de los contenidos en las redes sociales», apunta Marina, que en 2013, por cierto, se alzó con el Premio Blogosur al mejor Twitter en la categoría de moda. También Nuria, Premio Blogosur al mejor blog de moda en la edición de 2016, puntualiza que «hay que encontrar ratitos para acudir a eventos, redactar los posts, responder correos y, sobre todo, mantener el feedback con los lectores, que es lo que hace especial a este canal de comunicación».

Ninguna de las dos –todavía– puede vivir de sus blogs, a los que les dedican el tiempo libre que les permiten sus respectivos trabajos –Marina es social media manager en una agencia de marketing especializada en, adivinen, moda– o estudios –Nuria se prepara a conciencia las oposiciones a Químico Interno Residente–, por tanto ellas mismas se lo guisan y se lo comen, aunque cuentan con apoyos extra, como el de las fotografías.

Eso sí, reconocen que hay gente que lo ha convertido en su trabajo y «gana muchísimo dinero con ello, pero es un sacrificio porque absorbe las 24 horas del día». De hecho, las hay que cuentan con un equipo completo de fotógrafos, estilistas o traductores. Un ejemplo de este tipo de blogueras y que, además, es una de las referentes de Marina, es Chiara Ferragni, «una italiana que con su blog The Blonde Salada ha logrado colocarse en la lista Forbes de los 30 jóvenes más influyentes a nivel mundial, ganando millones de dólares al año». Julie Sariñana y su Sincerely Jules o «las redes sociales del gran Mario Testino», son los espejos en los que Nuria, por su parte, se mira en el mundo 2.0.

Un sector que no se libra de malas prácticas de las que ambas advierten. Desde la «compra de seguidores» para experimentar un rápido crecimiento hasta quienes se «venden a las marcas y por tanto venden humo a sus lectores». Pero más allá de posibles competencias entre las blogueras y del esfuerzo que requiere mantener el blog, las dos admiten que disfrutan de lo lindo dando rienda suelta a su mayor pasión a través de la red que, para más inri, les ha permitido hacer grandes amistades, como la que hoy ambas mantienen.