Jerónimo Martín, ejemplo de trabajo y éxito empresarial

La muerte del cofundador de Grupo MAS viste de luto a Sevilla. A sus 67 años deja un colectivo empresarial que da empleo a 3.000 trabajadores

Manu Ojeda manuojedas /
24 dic 2020 / 11:00 h - Actualizado: 24 dic 2020 / 12:36 h.
  • Jerónimo Martín, ejemplo de trabajo y éxito empresarial

De luto se tiñe Sevilla previamente a recibir la Navidad. No es para menos, pues ha abandonado su periplo por la vida Jerónimo Martín González, cofundador junto a su hermano Vicente del Grupo MAS. Empresario hispalense destacado que abriera su primer supermercado hace 47 años en la calle Reina Mercedes 19 (actualmente sigue abierto) y que, hoy, deja un porvenir en la ciudad de 170 establecimientos, seis marcas comerciales y 3.000 trabajadores, convirtiéndolo en uno de los creadores de empleo más importantes de Andalucía.

A sus 20 años inició un camino que desembocaría en la creación de uno de los grandes operadores de la distribución comercial en Andalucía, potenciada junto a otros hermanos menores, Julio y Justo. Dato que muestra su extraordinario concepto de fuerza familiar. Prueba de ella fueron los 40 supermercados que abrieron sus puertas en los primeros 20 años de recorrido empresarial.

Si en 1992 logró diversificar la corporación, dando el salto de la alimentación a la hostelería inaugurando su primera cafetería en el barrio de la Macarena, dos años más tarde ganó terreno con la apertura de su primer supermercado en Huelva. A partir de ahí, inició el sendero hacia su expansión actual, comprendida entre Andalucía y Extremadura. El éxito profesional de Jerónimo y su cadena asciende, hasta la fecha, al 17,6% de la cuota de mercado de alimentación en la capital andaluza y más del 3% en el resto de provincias.

Jerónimo Martín presidió hasta 2018 la compañía, al mismo tiempo que la Fundación MAS, organización de la que siempre mostró su orgullo. El motivo: su profunda labor social. Algo que ha caracterizado su figura a lo largo de su vida, basada en una serie de valores heredados de una familia humilde, obrera y agricultora, que residía en un pueblo de Ávila, y en cuyo seno los valores y virtudes conformaban la riqueza familiar. Ello, unido a su visión de negocio, permitió a Jerónimo sellar su impronta en una ciudad que hoy llora su adiós.