La casa encantada del Muro de los Navarros

La hija de una amiga de la familia asegura que juega con un niño que encaja con la descripción del crío que murió allí

16 ene 2016 / 23:38 h - Actualizado: 16 ene 2016 / 23:42 h.
"La aventura del misterio"
  • El la calle Muro de los Navarros hay una casa en la que se registran fenómenos extraños. / Foto: El Correo
    El la calle Muro de los Navarros hay una casa en la que se registran fenómenos extraños. / Foto: El Correo
  • La casa encantada del Muro de los Navarros

Se han hecho populares en estos últimos años, su visión o sólo insinuar la cercanía de una de ellas puede provocar sentimientos y sensaciones enfrentadas. Objetos que cambian de lugar, bruscos descensos de temperatura, extrañas presencias, orbes de luz, ruidos extraños, muñecos que hablan sólo o que parecen cobrar vida... Son algunos de los elementos más usuales cuando la gran pantalla toca el fascinante tema de las casas encantadas.

Se llaman casas encantadas o casas embrujadas a aquellos inmuebles, pisos o edificios en cuyo interior se produce una clara y evidente fenomenología paranormal o sobrenatural.

Habitualmente todo ese conjunto de fenómenos inexplicables producidos en su interior es atribuido a la presencia de fantasmas o poltergeist, a falta de otra explicación que resolvieran los fenómenos que se manifiestan en el mismo.

Su denominación varía, de casas encantadas, embrujadas, enduendadas, infestadas, endemoniadas, del terror, del miedo... Pero todas ellas comparten un punto en común: los fenómenos análogos que se producen en su interior.

Para encontrar una explicación razonable, dentro del campo de lo paranormal, a todo lo que en ellas ocurre tendríamos que revisar concienzudamente el inmueble –para descartar toda hipótesis racional y dar paso a la paranormal–, buscar posibles evidencias de desajustes eléctricos, campos magnéticos, infrasonidos, ultrasonidos, fraudes, roedores y un sin fin de explicaciones. Al final tenemos lo más improbable, que en este caso es lo más posible: el fenómeno paranormal.

Buscaremos en el pasado del edificio o de sus moradores cualquier indicio de hecho violento o luctuoso que pudiera encajar con las descripciones, testimonios o relatos que de un lugar encantados nos realizan y que haya podido canalizar los fenómenos como desencadenante.

El cine o la televisión nos muestra estos edificios encantados como viejos castillos ingleses, o un alma en pena que vaga por su interior purgando eternamente su culpa o alguna suerte de casa inteligente que –únicamente– parece encontrar consuelo asustando a los moradores que lo habitan. Muy lejos de la realidad ya que una casa encantada puede ser cualquier inmueble que por causas aún desconocidas se comienza a manifestar una actividad, presuntamente, paranormal que no llegamos a comprender, puede ocurrir en una edificio antiguo o de nueva construcción.

En las casas encantadas se presentan igualmente unos «síntomas» que nos pueden hacer sospechar de una posible infestación (que es como se le denomina), estos son:

Fenómenos ópticos: fenómenos luminosos, orbes o extrañas luces en forma, bolas de luz que se desplazan, sombras y pirogénesis (combustión).

Fenómenos olfativos: sensación de olores extraños (buenos o malos olores dependiendo de la naturaleza de la entidad).

Fenómenos físicos: desplazamiento de objetos sin que nadie actúe sobre ellos de forma física visible, se manifiestan con movimientos de lámparas, cortinas que se mueven, jarrones que se rompen o estallan, caída de objetos y todo lo que implique el movimiento de cualquier de los enseres de la casa.

Fenómenos acústicos: psicofonías principalmente o voces audibles que percibe nuestro oído y que sin embargo no proceden de ninguna persona. Raps (repiqueteo o castañeteo).

Fenómenos atmosféricos: bajadas bruscas de temperatura.

Materialización de objetos: aportes.

Robo de energía: baterías que se descargan o luces que presentan un comportamiento anómalo.

Apariciones: visión de sombras con forma humana e incluso apariciones de personas fallecidas, pueden ser los que desencadenan el fenómeno en el interior del inmueble presuntamente encantado.

Igualmente hay casos muy conocidos de edificios encantados, para la historia quedan el caso Rosenheim, la casa encantada de Ryanham Hall o los nacionales edificios del Reina Sofía (Madrid), el hotel Corona de Aragón (Zaragoza), el restaurante Viandas (Sevilla), la Casa del Obispo (Cádiz) o Diputación de Granada (Granada) por sólo citar algunos ejemplos de ello.

En Sevilla, y como continuación de la entrega anterior, nos quedamos investigando un caso donde una familia, que habitaba una casa en las inmediaciones del Muro de los Navarros, estaba sufriendo el continúo acoso y sinvivir por parte de una entidad que habitaba la casa, se creía que era el espíritu de un antiguo familiar que vivió allí mismo y que realizaba prácticas oscuras, ritos afrocaribeños descontrolados y que mostraba una clara animadversión hacia los más pequeños.

Tras investigar y documentar el caso, con testigos, con historiadores, con médicos, con ingenieros, tocaba hacer lo más complicado: tratar de captar al fenómeno, o cómo se manifestaba, en éste punto y saber cómo invitarlo a marcharse –algo del todo imposible si lo que habita dicho lugar no tienen voluntad de ello–.

Y comienza la investigación

La primera vez que llegamos al lugar, llamados por la familia, lo hicimos de la mano del investigador local Alberto Fernández, conocedor del caso y de los acontecimientos que en ellos sucedían a la par que con cierto grado de amistad con la misma. Él nos sirvió de guía por un lugar cuyo avatar suponía un nuevo reto a la investigación.

Escuchamos atentamente el relato que aquellas dos personas, cuya infinita amabilidad con nosotros es de agradecer, relatándonos sus experiencias y creencias. Y comenzaron las jornadas de investigación, en todo el edificio. Al principio con pocos resultados para posteriormente ir tomando indicios de la extraña actividad que allí se producía.

Las cámaras de infrarrojos instaladas en la vieja buhardilla, durante aquellas sesiones de investigación, captaron diferentes orbes que parecían deambular por aquel pequeño habitáculo que era la habitación. Las grabadoras no captaban nada anormal que pudiera tildarse de psicofonía sin embargo era curioso comprobar como no era capaces de grabar más de 16 segundos en cada sesión, era como si algo imposibilitara la grabación de más minutaje, la misma grabadora en el piso inferior funcionaba correctamente, subida a la planta objeto del primer estudio volvía con aquel extraño ritual de disfunción. ¿Qué o quién podía estar ocasionándolo?

Algo de lo que nos habían hablado también pudimos comprobar: las extremas bajadas de temperatura, capaces de ubicarse entre los 8ºC y los 12ºC. Una sensación extraña a la que no se le podía encontrar ninguna explicación salvo por la antigüedad del edificio. Pero, ¿por qué sólo en aquella planta y no en otras? Las preguntas se nos iban acumulando.

José David Flores, ingeniero de Abengoa –en la época– y conocedor de otros fenómenos extraños en la ciudad nos acompañó en otra sesión de investigación acompañado de José Carlos García, médico en ejercicio, encargado de pulsar la estabilidad psicológica de aquel grupo, el resultado fue el normal: aquellas personas gozaban de una salud mental fuera de toda duda. Y aquel mismo día suceden otros hechos que no dejan de ser sorprendentes, en la planta superior se comienzan a escuchar esas extrañas pisadas provocadas por «nadie», la temperatura baja abruptamente y la luz comienza a tintinear. Las grabadoras sólo registran un murmullo lejano y las cámaras dejan de grabar al unísono y al mismo tiempo, como si algo hubiera querido que no hubiera testigos electrónicos de lo imposible.

Ante tal situación de alerta, los polímetros no indican anomalías eléctricas en la red pero los medidores de campos magnéticos parecen afectados por algo que ocasionalmente provoca fuertes picos coincidiendo con esas oleadas de frío intenso. Los ordenadores portátiles instalados en la planta inferior parecen estar detectando ruidos, y en ese momento, en el salón se escucha una tremenda explosión como si algo hubiera reventado en la habitación de Santiago. El equipo que cubría esa zona de la casa acude rápidamente para ver que ha sucedido, Alberto Fernández explicaba: «Estábamos solos, seguíamos con interés las gráficas de audio que iba describiendo el PC, por qué había pequeños saltitos que nos llamaban la atención justo en el pico donde vieron la aparición masculina de la habitación, en ese momento arriba estaba José David y José Carlos y también estaban algo inquietos por que el medidor de temperatura registraba variaciones sorprendentes en torno a los 10ºC. En ese momento, alguien recordó a la tía Gracia y se ha escuchado un estruendo fortísimo en la habitación de Santiago, estábamos hablando tranquilos sin mayores contratiempos que los comentados y ese sonido fue como una demostración. Entramos dentro y no había nada que lo hubiera podido ocasionar. No sabemos que ha podido ser».

Mientras en la planta superior el viejo ropero parece ser el mudo testigo de los hechos que allí suceden.

Un acontecimiento más viene casi a cerrar esta crónica de investigación, en una de aquellos ruidos extraños captados por las grabadoras y debidamente analizados por los expertos e ingenieros de sonido que nos acompañaban se puede escuchar como un llanto, un lamento de niño. Y ningún niño habita aquella casa.

María del Carmen ante esos datos nos hace una confidencia que nos deja sorprendidos: «algunas veces ha venido a casa una amiga que trae a su hija pequeña, tendrá 4 o 5 años. Mientras nosotras charlamos esa niña parece jugar con alguien e incluso habla con ese alguien invisible. Nos extrañaba un poco hasta que un día le dijimos: «Ana hija, ¿con quién hablas?» y la niña nos respondió: «con el niño que vive arriba», y nos hizo una descripción del niño. No sé, pero encajaba con el crío que se le murió a la tía allí arriba». Nos quedamos heladas, pero es que en otra ocasión me visitó una amiga que dice ser sensible a estas cosas y me dijo que en la planta había un niño que habitaba en esta casa. Me dio miedo».

Apariciones extrañas, extraños ritos ancestrales, espiritismo, santería, rituales. Fuerzas que parecen contrarrestarse a decir de los testigos, anomalías eléctricas, «voces del misterio» o psicofonías que delatan la presencia de algo o alguien e incluso de ese niño que desde el otro lado parece estar diciendo: «venid conmigo». Son los extraños sucesos que suceden en esta vivienda que se ubica cerca del viejo cementerio junto a la Puerta del Osario, en el Muro de los Navarros, ¿se atrevería a vivir allí?