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El presidente de la patronal sevillana, Miguel Rus, responde a una de las preguntas de los periodistas. / Fotos: Pepo Herrera -
Un momento del encuentro en la sede de CEU.
«Que se paralicen las licitaciones con un gobierno en funciones significa que los técnicos no están cualificados o significa que son los políticos los que adjudican?», se preguntaba el presidente de la CES, Miguel Rus, en el primer minuto del desayuno con periodistas organizado por la Fundación San Pablo CEU, que inauguraba con el representante de los empresarios su formato Diálogos sobre Sevilla.
El ambiente era distendido: complicidad de colegas de profesión en la bancada de los periodistas y seguridad enfrente, en el área institucional, en la que el representante de la CES estaba arropado por el director general de CEU, Juan Carlos Hernández Buades, y por los empresarios Antonio Lappí y Rafael Caamaño. Y fue precisamente la distensión la que favoreció que Rus se dispusiera a lanzar un rosario de titulares sobre la relación de la empresa sevillana con su entorno.
Por ejemplo, con el político: «Si el futuro es un gobierno que derogue todo lo que se ha hecho, prefiero un gobierno en funciones», confesó el líder de la patronal hispalense, mientras que en relación también con las convocatorias electorales, quiso lamentarse de que «si no hubiéramos tenido todo un año electoral, habríamos alcanzado los objetivos de déficit».
También lanzó cargas de profundidad a los ámbitos de la política autonómica y municipal, reconociendo que había mantenido más reuniones en un año de gobierno con Juan Espadas que en los cuatro de Zoido como alcalde, y que la comunidad andaluza cuenta con un «excesivo peso de lo público» que ralentiza la recuperación económica.
Economía y sostenibilidad
Una de las reflexiones a las que más tiempo quiso dedicar el representante de la CES fue la del difícil equilibrio entre productividad empresarial y las posiciones «extremas» de las entidades ecologistas. «El medio ambiente no puede ser un obstáculo para el desarrollo económico, porque el empresario que hoy no tenga una responsabilidad sostenible está jugando a la ruleta rusa», zanjó Rus.
Pero también quiso, al margen de la filosofía general empresarial, llevar el debate hacia asuntos concretos de la ciudad, y se refirió a proyectos como el del dragado del Guadalquivir, en su relación con la construcción de la SE-40, asegurando que «hay empresas portuarias que planifican sus rutas de transporte por carretera en función de los atascos en el puente del Centenario._Hay muchos proyectos que dependen de que se cumplan hitos urbanísticos como el de los puentes de la SE-40», aseguró, antes de definir la ciudad en materia de Urbanismo como «una madeja de hilos impenetrable».
Asegura el empresario sevillano trasladar el sentir de sus colegas cuando afirma que «está peor visto un empresario que crezca y cree empleo arriesgando su patrimonio, que aquel otro que pone su dinero en una Sicav sin que nadie se entere», aludiendo a una pretendida relación entre la intención de la administración pública de animar a favorecer el crecimiento de las corporaciones empresariales «mientras que se penalizan las decisiones empresariales enfocadas al crecimiento».
De nuevo en clave municipal, el presidente de la patronal quiso referirse a proyectos «urgentes» como el de la recuperación de las Atarazanas «antes de tener que poner una escalera para que los turistas se asomen por las ventanas rotas», o a la conexión mediante transporte público entre la Estación de Santa Justa y el aeropuerto de San Pablo, y la ampliación de la red de Metro.
El encuentro tenía lugar en la sede de una institución dedicada en parte a la formación universitaria, y Rus no quiso dejar escapar la oportunidad para lanzar también un mensaje en ese sentido: «hay que acercar la universidad a la empresa, y no al contrario».